El gobierno sinley no es anarcoliberal, es narcoliberal.
Por eso, la ley de Bases que se pretende desde la tríada sinley, Caputo y Sturzenegger, no es ganar inversiones sino garantizar el narcolavado masivo, negocio que alienta comisiones ilegales a su paso, y la falsa ilusión de que llegan capitales. Por eso, uno de los objetivos principales del gobierno consiste en destruir el gobierno, instalar de hecho banderas que sustituyan a la Argentina (el presidente tiene para sí un cuadro de Margaret Tatcher) para convertir al país no ya en una colonia, sino en una factoría.
Veamos algunos datos del funcionamiento de un sistema que pretende la profundización del poder absoluto de las corporaciones, sostenido en una dinámica corporativo política institucional que sirve a sus objetivos. Recientemente, un jurado federal de Florida (Estados Unidos) estableció que Chiquita Brands International, sucesora de la United Fruit, había financiado a un escuadrón de la muerte paramilitar colombiano, responsable de asesinar y torturar trabajadores que expresaban sus reclamos laborales entre 1990 y 2000. En ese lapso, Chiquita suministró más de 1,7 millones de dólares para la financiación ilegal a las Autodefensas Unidas de Colombia desde 1997 a 2004 (https://www.elsaltodiario.com/multinacionales/gigante-fruta-chiquita-brands-es-condenado-apoyo-paramilitares-colombianos) Un abogado de International Rights Advocates recordó al abrirse en 2007 el caso judicial, que “en los últimos 10 años [1997-2007], más de 10.000 personas han sido asesinadas por las AUC, muchas de ellas en las zonas bananeras donde Chiquita financiaba las operaciones de las AUC”. Ese es el rumbo de Adolf Sturzenegger y el fugaz Caputo sostenidos en un rumbo sinley que se pretende aprobar con la ley bases. Todo fuera de ley, sin ley, sin derechos, fuera de la constitución y casi de la vida.
El ahora presidente había expresado ese rumbo en la televisión chilena en 2020, “Entre la mafia y el Estado prefiero a la mafia. La mafia tiene códigos, la mafia cumple, la mafia no miente, la mafia compite”, expresó en el programa “Vía pública”. Eso, sin embargo, no era todo porque en 2019, sinley había dicho públicamente en los medios: “probablemente, el mejor ejemplo que a mí se me ocurre de esto es el caso de Al Capone. La verdad es que Al Capone era un héroe. Y sin embargo, está siendo estigmatizado por todo el cine. Es más, son tan hijos de puta que le hacen películas en honor a Eliot Ness (quien lo persiguió para que cumpliera la Ley Seca en Chicago). Entonces agregó: “Al Capone, básicamente, era un trader. Lo que pasa es que un día un hijo de puta se subió a la Poltrona y se le ocurrió que la gente no tenía que tomar alcohol. Entonces pusieron la Ley Seca”. Dijo entonces que “evidentemente creó una oportunidad de negocio y Al Capone la descubrió. Había gente que podía producir, el alcohol y ahora, por culpa de la restricción no lo podía hacer. Es más, se perdían puestos de trabajo. También había gente que quería tomar alcohol y no podía. Básicamente porque estaba la Ley Seca.
¿Entonces qué hizo Al Capone? Como todo trader fue y le compró a los productores y se lo vendía a los borrachines de Chicago”. La justicia argentina, de la que poco se sabe confundida en una corporación de negocios de confusa consistencia, no se inmutó tratándose de un mandatario y sigue ahí, en el toma y daca del régimen. Por eso debe ser que sinley concluyó en ese momento, señalando que al “pobre Al Capone lo tildaron de traficante y de asesino. Todo por culpa de una regulación estúpida. Ahora, ¿alguien se acuerda por qué fue preso? Por no pagar impuestos”. No pagar impuestos por parte de los poderosos es una de las “garantías” del régimen y sus esbirros. Por eso, hoy van por la ley de bases para que los Al Capone del sistema, tengan la garantía de sus tráficos y negocios por sobre los derechos del pueblo argentina y su soberanía nacional.
Ante este panorama, la resistencia activa del pueblo argentino en su conjunto, el papel del movimiento obrero organizado, las organizaciones sociales, parte de los partidos políticos, la iglesia con el rol tan importante del Papa Francisco, encuadrados en una situación internacional no favorable al gobierno, forman parte de las posibilidades concretas de terminar con esta negación de los derechos constitucionales del pueblo y la soberanía de la Nación. El Papa Francisco recibirá este jueves en El Vaticano, a Axel Kicillof en una suerte de marcación de camino. El Papa es una personalidad de peso internacional incuestionable. Al mismo tiempo, organismos internacionales, muestran una posición no favorable a las maquinaciones corporativas del gobierno basadas en la pura especulación y el saqueo a jubilados, trabajadores, desocupados, la destrucción del Estado nacional, las provincias y la negación de derechos políticos, económicos y sociales. Si existiera una justicia activa, podría determinar la inconstitucionalidad de muchos de los actos que se consuman en estos días, que intentan ser sostenidos en una creciente represión al pueblo argentino.
La movilización en el país es muy significativa pero no se trata de exigir al pueblo que todos los días salga a la calle, lo cual se hace en estos días en términos de sacrificio consciente, se trata de que la estructura política del justicialismo en sus diferentes frentes, se muestre unida y reclamando en su favor. El radicalismo tiene tanto dirigentes como seguidores, que están en esta línea de acción, Leandro Santoro como Ricardo Alfonsín son un ejemplo, no así gran parte de sus mandos, entregada a la negociación ventajera entre gallos y medianoche. Cuidado, eso ocurre también en zonas del justicialismo, gobernadores de la entrega y otros, y es necesario lograr entonces una conducción efectiva que siga el camino que marcan el movimiento obrero y el pueblo.
Es posible que haya novedades positivas. No hay margen para los políticos con cargos para la traición aunque algunos fuguen a gozar de la intriga y la entrega. Incluso, a la lucha del pueblo argentino, a veces en soledad respecto de la corporación política, la puede ayudar un milagro. Cuenta José María Rosa, que Federico II estaba acorralado cuando la guerra de los Siete Años (1756-1763) y se iba a producir la batalla de Zorndorf que era decisiva. Su ejército estaba devastado de cansancio y la desproporción con el de Rusia era considerable, en tanto, su posición estratégica se veía en condiciones desfavorables. Sus generales prusianos, le aconsejaban capitular ante lo que observaban como una derrota sin atenuantes. Federico entonces, preguntó a sus generales si existía algún modo de vencer y la respuesta lo sorprendió:
“Solamente un milagro, Majestad”, le respondieron y el expresó entonces: “
Pues bien, esperemos el milagro de la Casa de Brandeburgo”.
Esa misma noche en su tienda, Federico II recibió a un mensajero del general enemigo, el zarevitch Pedro de Rusia. El zarevitch, un inteligencia atormentada y admirador profundo de Federico, le alcanzó el plan de batalla del Estado Mayor ruso. Sin titubear, Federico llevó el documento a sus generales y les dijo: “He aquí el milagro de la Casa de Brandeburgo”. Un día después, derrotó a sus enemigos en Zorndorf y ganó la guerra que estaba perdida. La guerra concluyó con el Tratado de París entre Francia, España y Gran Bretaña y la Paz de Hubertusburgo entre Sajonia, Austria y Prusia en 1763.
Es de esperar que los milagros y el saber popular acompañen a la movilización constante del pueblo argentino, en su esfuerzo enorme por recuperar derechos e impedir la entrega de la soberanía nacional. Hoy es un día decisivo.
