La lectura como derecho
Hoy se anunció el regreso del Plan Nacional de Lectura, un acontecimiento histórico, fundamental y emblemático por varios motivos.
Por Alma Rodríguez
El evento contó con la presencia del Presidente de la Nación, Alberto Fernández, el Ministro de Educación, Nicolás Trotta, y la flamante Directora del Plan Nacional de Lectura, Natalia Porta López, quienes estuvieron junto a Tristán Bauer, Ministro de Cultura, Marcela Losardo, Ministra de Justicia y Derechos Humanos y las escritoras Claudia Piñeiro y Eugenia Almeida. Acompañaron el acto escritores, escritoras, especialistas en lectura y escritura así como diferentes personalidades del ámbito de la educación, de la cultura y del universo editorial.
En principio, Nicolás Trotta mencionó la importancia de que este programa llegue a más de diez millones de niños, niñas y adolescentes de todo el país a partir de la propuesta de “180 posibles lecturas para 180 posibles días de clase”. Junto con esto, mencionó también la denominación de Plan Nacional de Lecturas (en plural), para poder avanzar dentro de las distintas plataformas que lo acompañen así como la importancia de la publicación de libros que reflejen la existencia de lenguas originarias.
Luego de la lectura de un poema de Borges en la voz de Claudia Piñeiro, llegaron las palabras de Natalia Porta López, quien tendrá a su cargo la dirección del Plan y quien viene haciendo un enorme trabajo de difusión de la lectura en la provincia de Chaco, tarea que trasciende todo límite geográfico. Porta López agradeció y mencionó la importancia de la relación entre los argentinos y la práctica lectora mencionando que “celebramos despertarnos en un país donde un presidente decide acompañarnos” y mencionó la posibilidad de “pensar en un Plan que confía en la lectura como acto pedagógico en sí mismo y sin artificios.”
Natalia Porta López, Directora del Plan Nacional de Lectura
Finalmente y luego de la lectura de un texto de Pía Barros por parte de Eugenia Almeida, llegó el momento de las palabras de Alberto Fernández, quien resaltó la importancia de volver a los libros de papel y a la lectura así como expresó cuánto disfruta del encuentro con creadores. Mencionó, entre otras cosas, la importancia de recuperar aspectos como la ortografía, la gramática y la sintaxis y citó autores como Borges, Cortázar, Baudelaire, Whitman entre otros.
¿Por qué el de hoy constituye un hecho tan relevante a nivel político, cultural y educativo?
En primer lugar, porque el denominado Plan Nacional de Lectura fue un programa de promoción de la lectura y la literatura ejemplar para Latinoamérica y el mundo que, como se sabe, fue completamente desmantelado durante el macrismo. El Plan llevaba a cabo, entre otras acciones, la posibilidad de que tanto los libros como los autores llegaran a las escuelas de todo el país, a lo largo y a lo ancho de todo el territorio. De esta manera, el Plan Nacional tuvo como objetivo primordial asignarle a esta práctica el rango de derecho y, por lo tanto, permitir un acceso a la literatura por parte de absolutamente todos los niños, niñas y adolescentes.
Durante los cuatro años del gobierno de Cambiemos no solo dejaron de repartirse libros, sino que todo el material pedagógico y didáctico creado para acompañar las lecturas fue encontrado en containers ubicados en las inmediaciones del Palacio Pizzurno, una clara muestra de lo que significó para el gobierno anterior el acceso a los libros y a la lectura.
Otro de los motivos por los cuales constituye un hecho de suma importancia está asociado al lugar que con la implementación de estás políticas se le asigna a la lectura, a la literatura y a la comprensión del mundo a partir de los libros y que hace que la lectura sea una política de Estado más que una práctica individual.
Cuando un beneficio individual se convierte en algo con lo que todos pueden verse favorecidos, entonces estamos hablando de un derecho. Y en este caso puntual, de un derecho recuperado
El regreso de un programa como el Plan Nacional de Lectura hace posible la democratización de la información, el acceso a los libros de los sectores más vulnerables y aislados geográfica y socialmente así como la posibilidad de desarrollar un espíritu crítico y el conocimiento de otros mundos. Por todo eso y porque con libros hay futuro.
