“La grasita”, novela juvenil de Mercedes Pérez Sabbi, premiada con justicia
Escribe Ignacio Campos, Director de Infobaires24

Cuando se conoció “La grasita”, la novela de Mercedes Pérez Sabbi para los jóvenes (que pueden ser los de la literatura infantil y los que alcanzan hasta los 104 años), se comenzaba a romper el velo que cubría la falta de visibilización para muchachas y muchachos, sobre el tema del bombardeo de la Plaza de Mayo del 16 de junio de 1955.Para ella, la literatura es un campo donde es posible reestablecer ciertos olvidos para expresarlos en un lenguaje innovador que movilice. Su vínculo profundo con las hablas del pueblo, de los pueblos que recorrió desde su Tapalqué familiar, sus abuelos maternos, su madre, su prima Chicha y la qué hace personaje en su novela, Dora Rodríguez, le dan una carta literaria de difícil construcción. Y así, el camino de la gente sencilla de Maizoro, una suerte de Tapalqué de la literatura en el que nombra la propia historia compartida con los otros, Clarita, la niña que por esos asuntos de la suerte de imparten los caminos, llega a la Plaza de Mayo de los bombardeos, y vive los acontecimientos para los que no estaba preparada. Ahora resulta que ALIJA (Asociación de literatura infantil y juvenil argentina), le acaba de otorgar el Premio de Novela Histórica, a este libro que publicó la editorial Comunicarte de Córdoba, cuya editora es Karina Fraccarolli.

“La grasita”, título que concibió con buen saber, Fraccarolli, en medio de la pandemia cuando se decidió salir al ruedo, contra viento y marea, porque intuyó que iba a impactar aún a pesar de los días difíciles y los acontecimientos despiadados que se vivían. El libro va a ser presentado en la Feria del Libro, el miércoles 4 de mayo, a las 17,30 hs. en la Sala Carlos Gorostiza, cuando ALIJA le entregará el premio.
Mercedes es autora de varios libros de literatura infantil y juvenil, que abundan en la temática social. “Sopa de estrellas”, que tuvo como editora a Canela, escritora y poeta, fue hacia 2003, cuando llegaba Néstor Kirchner luego de la crisis del 2001, una luz en la traza de lo que significaba unir el arte con el dolor de los niños. Blas y Roco, el niño de la calle y su perro, recorrieron el reconocimiento de miles de niños de todo el país, y anduvieron por el mundo llevando su caja donde se resguardaban, de la mano del grupo de teatro de objetos, del platense Fernán Cardama. Luego llegó, entre otros libros, “Manuela en el umbral”, que describió la vida de una niña que vio entre sombras desaparecer a sus padres. De una historia real, Mercedes Pérez Sabbi, recorrió la creación, que situó en un pueblo imaginario -como el Macondo de García Márquez, o el Santa María de Juan Carlos Onetti-, Los Aromos, con un cuidado singular para no cruzar al facilismo de ciertas demagogias que pueden dificultar el sentido literario.
En “La grasita”, al traer a colación un tema histórico de enorme gravitación y cuidada negación, devuelve a los jóvenes la facultad de ser protagonistas de su tiempo. El ocultar los hechos para mantenerlos en un limbo neoliberal de consumo y olvido, el sistema impuesto hacia los noventa, intenta arrancarle el protagonismo al que Mercedes, acaso sin proponérselo, los devuelve a un papel que lo hace sentirse vivos, como parte principal de la acción presente de un país y su época.
De ahí que celebramos este justo reconocimiento a una escritora, Mercedes Pérez Sabbi, que nos hace vibrar y que nos llega desde una editorial de provincias, “Comunicarte”, que viene realizando una tarea encomiable en la difusión de la literatura y los temas relativos a la formación docente y de los estudiantes. “La grasita” como novela juvenil, puede ser leída por cualquiera y doy por seguro, que una vez que se aborda su relato, uno no será ya el mismo. Estará atravesado por esa luz que dan desde Balzac a Eduarda Mansilla o Juanamanuela Gorritti, o Selva Almada, cuando se proponen estremecer desde una de las artes más antiguas y más presentes. El desafío es común, uno en “La grasita” comparte la palabra, el lenguaje, y este sentimiento de sentirse en un país donde se lucha día a día por un presente y un futuro mejores.





