La fiscalìa pidió perpetua para Acosta, Astiz y otros 50 imputados en la megacausa ESMA
Con el pedido de 52 prisiones perpetuas y otras cuatro penas que van de los 10 a los 25 años de prisión, concluyó el alegato del Ministerio Público Fiscal en la megacausa ESMA. Mercedes Soiza Reilly también pidió al TOC 5 que ordene a los medios de comunicación rectificar la información que difundieron en dictadura, cuando llamaron «delincuentes» a las víctimas.
En su alegato en la «megacausa ESMA unificada III», el Ministerio Público Fiscal solicitó también otras cuatro penas de entre 10 y 25 años de cárcel para otros tantos acusados, informó hoy el sitio de noticias Infojus.
En el caso de Juan Alemann, ex secretario de Hacienda de la dictadura, la fiscalía pidió 10 años de prisión por haber presenciado en su visita a la ESMA los tormentos agravados a Orlando Antonio Ruiz.
Además, la fiscal Mercedes Soiza Reilly pidió que el Tribunal ordene a los medios de comunicación que rectifiquen las informaciones que, en dictadura, calificaban de “delincuentes subversivos” a quienes en realidad fueron “víctimas del terrorismo de Estado”.
El Ministerio Público Fiscal le pidió a los jueces que, en caso de condenar, revoquen las prisiones domiciliarias de los represores y que este beneficio quede sujeto al correspondiente informe médico.
También requirió que los condenados sean exonerados de las fuerzas a las que pertenecen.
El Ministerio Público Fiscal había comenzado su alegato en julio pasado, en este proceso que comenzó el 28 de noviembre de 2013 y que tiene 63 imputados, entre ellos 8 que son juzgados por los denominados «vuelos de la muerte» que actuaron en prejuicios de 789 víctimas.
“La verdad deberá ocupar el mismo lugar que ocupó la mentira”
“Los medios de comunicación deformaron y falsearon la verdad de lo ocurrido; calificaron a las víctimas del terrorismo de Estado como delincuentes, sediciosos, subversivos, terroristas”. Con esta frase, la fiscal Soiza Reilly introdujo en su alegato un pedido -de concederse- sentaría un precedente en los juicios por delitos de lesa humanidad.
Con réplicas de notas periodísticas de Clarín, La Nación, La Razón, La Prensa, La Opinión, Crónica y las revistas Para Ti y Gente –que se iban proyectando en las pantallas de la sala- Soiza Reilly explicó cómo los medios de comunicación funcionaron como cobertura y parte fundamental del aparato represivo. “Lo que hicieron no es un ejercicio de la libertad de expresión sino que la dictadura realizó a través de los diarios la acción psicológica del plan sistemático”, expresó la fiscal.
Entre los casos emblemáticos se nombró la nota publicada en Para Ti a Thelma Jara de Cabezas, víctima del GT 3.3.2, secuestrada en la ESMA. El 10 de septiembre de 1979, Thelma fue sacada unos minutos de su cautiverio en la ESMA. Miguel Cavallo –que hoy estuvo presente en la sala– le había dicho que tenía que hacer la nota para darles un mensaje a las madres argentinas. Ella estaba detenida-desaparecida desde abril de ese año por buscar a su hijo secuestrado en mayo de 1976 mientras repartía panfletos en una plaza de Martínez. En la nota se la presentó como “una arrepentida que describía cómo la guerrilla había engañado a su hijo”.
El caso de Norma Arrostito fue otro de los mencionados. Secuestrada y trasladada a la ESMA, fue dada por muerta en un parte militar. Los diarios se hicieron eco de esto y la revista Gente en su portada, publicó la foto de la dirigente de Montoneros con la faja que la daba por muerta. Los detenidos desaparecidos que llegaban a la ESMA se sorprendían al verla con vida, exhibida como trofeo de guerra.
“La verdad deberá ocupar el mismo lugar que ocupó la mentira”, dijo Soisa Reilly al cerrar el pedido a los jueces para que los medios que colaboraron con el ardid de impunidad tengan que revertir hoy y saldar su deuda con la verdad publicando cada uno de los hechos con las rectificaciones pertinentes. Este mismo pedido fue realizado recientemente por el Ministerio Público Fiscal en Bahía Blanca en el juicio en el que se condenó a 18 ex miembros de la Armada por los delitos de lesa humanidad cometidos en esa ciudad.
Al terminar la audiencia, los familiares de las víctimas, sobrevivientes y militantes de derechos humanos, repitieron el mismo gesto con que se había iniciado la audiencia: levantar las imágenes de las personas desaparecidas en la ESMA. Y se quedaron un rato más en la sala aplaudiendo a la fiscal, entre abrazos y lágrimas. Muchos querían acercarse y saludarla personalmente. “Este es un paso más que damos en el camino a establecer las complicidades civiles de la dictadura. Esto no se termina acá y seguiremos avanzando juntos”, dijo Soiza Reilly. En la última parte del alegato, al pedir justicia por delitos que “dejaron huellas y atravesaron a toda la sociedad”, había expresado al tribunal la necesidad imperiosa de reparar, aunque fuera tardía e incompletamente.