La especulación del PRO en materia de vivienda: Nuevos negocios
– El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires retomó su intención de venderle al club Boca Juniors los terrenos de Casa Amarilla que no se utilizaron para construir viviendas sociales, pese a la existencia de fallos judiciales que lo ordenan. Una medida más que demuestra la desidia y la especulación del PRO en materia de vivienda, la misma que hace una semana produjo la muerte de un joven en Villa Soldati.
Página/12 dió a conocer una investigación del dirigente del Partido Social, Facundo Di Filippo, en la que se advierte que el Ministerio de Desarrollo Económico de la Ciudad está considerando una propuesta de Boca que ya tiene consenso en la Corporación del Sur -la sociedad del Estado porteño que administra el desarrollo de la denominada zona sur de la Ciudad-, que implica que cinco manzanas en las que debían haberse construido viviendas pasen del ámbito público a manos privadas.
“Esta presentación de Boca comprueba lo que venimos denunciando desde 2008: Boca se quiere quedar con el excedente que no se utilizó para viviendas sociales en Casa Amarilla», señaló el legislador.
La Ciudad construyó un total de 438 viviendas en esos terrenos, sólo el 10 por ciento de las que se proyectaban originalmente
En efecto, en 1981, Casa Amarilla pasó a ser un terreno de la Ciudad de Buenos Aires. En los noventa, el intendente Carlos Grosso le cedió una parte de los terrenos al Club Boca Juniors y otra a Almagro Construcciones. Durante la gestión de Fernando De la Rúa y luego de Aníbal Ibarra, el resto de los terrenos se destinaron a viviendas sociales por ley.
Desde su llegada al poder, el líder del PRO se resistió a construir las viviendas sociales. Una serie de documentos del IVC de 2008 dieron a conocer que tenían la intención de cederle las tierras a Boca Juniors, pese a que su presidente de entonces, Roberto Apelbaum, aseguraba que se iban a construir las viviendas. Ya en ese momento, Boca decía que buscaba quedarse con esas manzanas para “actividades deportivas, sociales y culturales”.
El plan remitido por Boca se titula ‘Plan de Desarrollo y Mejoramiento Urbano Boca Social’ y lleva la firma del presidente de Boca Daniel Angelici, uno de los hombres de mayor confianza de Macri
El juez Andrés Gallardo cortó con la diletancia macrista y les ordenó construir las viviendas. Desde el Gobierno porteño respondieron con recusaciones, pero perdieron en todas las instancias. Entonces, Macri cambió la estrategia: construyó viviendas, pero sólo en una parte de los terrenos. El resto fueron transferidos en 2010 a la Corporación del Sur, que tiene entre sus facultades la posibilidad de venderlos.
Según Di Fillipo, el 26 de agosto Boca efectivamente envió una propuesta de compra de esos terrenos a la Corporación del Sur que pronto hizo suya el gerente de Desarrollo Económico de esa entidad, Carlos Sanguinetti.
El plan remitido por Boca se titula «Plan de Desarrollo y Mejoramiento Urbano Boca Social» y lleva la firma del presidente de Boca Daniel “El Tano” Angelici, «uno de los hombres de mayor confianza de Macri»
«Allí propone privatizar exactamente los terrenos que fueron declarados en emergencia urbanística por la ley 2.240. Propone comprar los 32.545 metros cuadrados por un precio total de 115 millones de pesos, con un plan de pagos de 22 cuotas semestrales y un 18 por ciento de tasa de interés fija en pesos, con 3 años de gracia. El 5 por ciento del total se haría al contado al momento de la compra. El pago completo se haría en 14 años», indicó el diario.
La Ciudad construyó un total de 438 viviendas en esos terrenos, sólo el 10 por ciento de las que se proyectaban originalmente, y al resto de los terrenos disponibles les cambió el destino con el decreto 723/10, que determinó que podían usarse para espacios verdes, salud, educación o seguridad.
En este sentido, el matutino indicó que el desarrollo urbano que propone Boca Juniors no se limitaría a extender las edificaciones del club, sino a encauzar una propuesta de desarrollo urbano que abarca fines comerciales y turísticos.
Hace diez días, un joven de 17 años falleció tras caer del sexto piso de un complejo habitacional de Villa Soldati que debía ser controlado por el Instituto de Vivienda de la Ciudad
Esta noticia se enmarca en la deficiente política de Mauricio Macri en materia de vivienda. Se estima que hay 20 mil personas desalojadas anualmente, 17 mil viviendo en la calle, 270 mil habitando en villas sin urbanizar, 200 mil viviendo en hoteles, inquilinatos y pensiones hacinados y más de 500 mil personas sufriendo diferentes formas de emergencia habitacional.
La situación se agrava aún más en el sur de la Ciudad de Buenos Aires. Hace diez días, un joven de 17 años falleció tras caer del sexto piso de un complejo habitacional de Villa Soldati que debía ser controlado por el Instituto de Vivienda de la Ciudad.
Junto con otros dos amigos -que están graves-, se apoyaron sobre una baranda que cedió y cayeron al vacío. A partir de la muerte de Cristian Crespo, los vecinos de la Comuna 8 se movilizaron exigiendo que el macrismo enfrente la emergencia habitacional que sufre la Ciudad de Buenos Aires y que golpea especialmente a los sectores postergados.
El gobierno porteño no da respuestas concretas alegando que «no puede hacer nada», pero parece que sí puede hacer -y mucho- cuando se trata de gestionar para seguir alimentando negocios propios y de amigos.
