LA CRUELDAD ARGENTINA

Aclaro que no soy católico, ni profeso otra religión que mi fe profunda en el pueblo y la humanidad, entendida como una realización superior, que nos compromete en su defensa biocéntrica, es decir hombres y naturaleza, simbiosis necesaria del equilibrio biológico y solidario, que tan bien conocían los “salvajes” de los pueblos americanos y tan poco los adoradores del metal corrupto del oro y la plata.

Esos valores son defendidos por el Papa Argentino, Francisco, primer mandatario Vaticano de origen Latinoamericano, que expresa desde el mismo día de su asunción, un combate frontal al capitalismo salvaje, denunciando las injusticias del mundo que provoca la acumulación de riquezas neoliberales, con su secuelas del hambre sobre casi 1.500 millones de seres humanos en el mundo de 7.000 personas. Esas denuncias originan reacciones de los sectores concentrados de la economía y de los dueños del poder.

Pero la otra arista de este mandatario, verdadero ícono del liderazgo mundial por la recuperación del hombre como centralidad del pensamiento y la acción, es su permanente apuesta a la resolución pacífica de los conflictos mundiales, intentando alejar el peligro de una confrontación nuclear. Así lo hizo en Colombia, Cuba, lo intentó entre Palestinos e Israelíes siendo sometido al rigor de nuevos atentados del terrorismo de Estado Israelí, en Cisjordania. Lo intentó también con la llamada oposición venezolana, que contra atacó con atentados en Caracas.

Las manos negras sobre sus intentos tienen nombre y apellido, es el poder global Unipolar hegemónico, que ve peligrar sus incursiones armadas, que tienen dos objetivos: conquistar nuevas áreas de recursos y control de tráfico, a través de invasiones militares en nombre de la “libertad y la democracia”, con cientos de miles de muertos, denunciados por Francisco junto a los desplazados como una herida a la Humanidad, y por otro lado la permanente venta de armas a terceros países, motor económico del poder militar-industrial- farmacéutico de los EEUU.

Es que el Papa denuncia a diario las atrocidades de las guerras y el avance materialista e inhumano del poder, que ante el avance de nuevos actores del poder Multipolar, aumenta la apuesta intentando posicionarse de la mejor manera, ante la necesaria mesa de negociaciones que deberá abrirse a los fines de evitar un Holocausto Mundial. Esta denuncia de Francisco desnuda la hipocresía de la política internacional, la pérdida de los valores y el peligro del destino de la Humanidad, lo cual pone desnudos ante el mundo, a los protagonistas de tanto dolor a los pueblos,

¿Se preguntará a esta altura, el porque del título? Es porque el gobierno argentino, los medios de comunicación, los periodistas estrellas, los factores de poder que hoy dominan la escena nacional y regional, intentan esconder a veces, desprestigiar siempre e intentar denigrar a este argentino convertido hoy en una referencia mundial, con un mensaje que hace recuperar la esperanza de un futuro más humano, menos tecnocrático y menos materialista. Este Francisco de hoy pretende ser comparado con el Bergoglio de ayer, cuando su universo era el Episcopado argentino, siendo que ahora ese universo es mundial, de miles de conflictos cruzados e informaciones y operaciones de los servicios secretos de los principales países del mundo.

Pero como los argentinos somos auto referenciales, creemos que todo lo que hace Francisco tiene que ver con el ojo de la cerradura de la política nacional, que cada movimiento es un mensaje para personajes menores como pude ser el presidente o algún otro líder nacional. Somos capaces de creer que su compromiso con los pueblos originarios, a los cuales viene pidiendo Perdón por el accionar de la Iglesia, es oportunismo coyuntural, sin evaluar su compromiso permanente como lo expresó en Bolivia, Colombia, Cuba y ahora en Chile y Perú. Su misa con los pueblos Mapuches fue interpretada como una respuesta a la posición perversa del gobierno argentino o chileno, sin embargo su destinatario eran los Beneton, los Midlin, los Lewis, que cercan a los pueblos originarios en su afán económico.

Por eso los argentinos somos catalogados en el mundo como soberbios, porque creemos que todos los acontecimientos surgen de nuestro ombligo y cuando un Gardel, un Maradona, un Ginóbili, un Piazzola, un Milstein, un Che Guevara, un Messi, un Perón o Evita, el mismo Néstor Kirchner cuyo nombre invade edificios públicos y hospitales de América Latina o algún otro argentino tiene protagonismo y reconocimiento mundial de los pueblos, es automáticamente lapidado por los medios, que responden sólo a intereses de lucro del capitalismo salvaje y a un gobierno que está poniendo a la Argentina en riesgo, al atarse internacionalmente al carro guerrerista de EEUU, denunciado por Francisco desde el mismo momento de su asunción.

“Recen por mi”, dice Francisco convirtiéndose para los agnósticos como yo, en una referencia política, en un personaje enorme, que hoy le da al mundo, una permanente guía moral, más allá de errores que todos puedan cometer, desde su Evangelio brinda un mensaje a la humanidad, por la paz, el diálogo y la solidaridad . Perdonen mi naturaleza: un mensaje peronista