La Ciencia en su peor momento nacional
Dora Barrancos era parte del directorio del CONICET, hasta que presentó su renuncia al cargo por las actuales circunstancias adversas para los científicos y científicas de nuestro país. Entrevistada por la periodista Nadia Luna para TSS, Barranco explica el cuadro de la situación y sus argumentos para abandonar la institución nacional.
Una persona con una gran sensibilidad, al presentar su renuncia, tomó un tiempo para despedirse de cada trabajador de las oficinas colindantes a la suya y mientras lo hacía, sus primeras declaraciones a la prensa llegaron con palabras muy sentidas por la decisión adoptada: «Hay una grave crisis institucional» A la vez que agrega su sentimiento en este contexto; “Tengo un afecto enorme por la institución y me duele este momento de retroceso. Me desgarra profundamente la no incorporación de tantos jóvenes que hoy tienen limitada su perspectiva de desarrollo en el campo de la ciencia y la tecnología. Ayer, eso fue una suerte de combustible para mí. Tengo entendido que los colegas están previendo una despedida formal pero siento que mi despedida fue ayer”.
Barrancos dejó la institución esta semana, tras nueve años y dos mandatos cumplidos: 2010-2014 y 2014-2018. A finales de mayo del año pasado, el investigador Mario Pecheny fue elegido para tomar su lugar en el directorio por el área de Ciencias Sociales y Humanidades, al mismo tiempo que Alberto Kornblihtt resultaba el más votado por el área de Ciencias Biológicas y de la Salud. Sin embargo, a casi un año, el presidente Mauricio Macri no ha firmado sus nombramientos. Algo similar había sucedido en el año 2016 con el actual diputado Roberto Salvarezza.
La razón esgrimida por la científica social para alejarse del CONICET, se relacionan con la gravedad de la situación por la que pasan en estos momentos, así lo explicó Barrancos: «Eso es lo que potenció el fondo de la cuestión. El desencadenante es, sin dudas, el hecho de que ha transcurrido un año de la elección que catapultó a Mario Pecheny como director sustituto de mi mandato. Creo que hay un compromiso moral inexorable de que, quien está en ese lugar, pasada esa enorme cantidad de tiempo tiene que dejarlo porque, de lo contrario, habría una connivencia con esa situación y eso sería ilegítimo» aseguró.
Crítica con las decisiones que lleva adelante el estamento gubernamental, la otrora directora de la Institución Científica, comenta sobre cómo vivió estas diferencias profundas con los altos mandos de la gestión macrista: «Blandiendo una esgrima fónica del lenguaje que, a veces, ha dado resultados. Hubo algunos combates de los que he podido salir victoriosa y otros en los que no pude modificar la situación. Por ejemplo, en lo que respecta a las asignaciones de vacantes en temas generales y estratégicos (N.R.: hoy están en un 50% para cada área, mientras que, hasta hace unos años, la proporción era 75% generales/25% estratégicos). Este año planteé con fuerza que había que reducir el número de oportunidades para los temas estratégicos al 30%, para darle más lugar a los temas generales, pero fui completamente derrotada. De todas maneras, creo que es muy interesante la resistencia en las márgenes porque ahí una se obliga de nuevo a forjar compromisos vertebrales. Yo sé que en ese punto me comporté con la mayor coherencia posible y eso me da mucha tranquilidad de conciencia»
Cuáles fueron las disciplinas más afectadas por la dirección que le imprime el actual Gobierno al CONICET, es la pregunta consecuente ante lo que sucede y Dora Barrancos no le huye a la cuestión y explica: «En la última convocatoria, la avería la sufrieron más las disciplinas humanísticas: hay una circunstancia dolorosa de gran retroceso en las oportunidades de ingreso. Al resto de las ciencias sociales no les fue tan mal pero igual hemos perdido la cuota histórica del 25% y, en las Humanidades, muchísimo más (…)Yo lo he dicho y lo sostengo: además de todos los procesos de retroceso en materia de presupuesto, recursos y merma de oportunidades de ingreso, hay una grave situación institucional en el CONICET que se subraya más con mi salida. Pero, además, hay una grave pérdida de autarquía del CONICET con la compresión que tiene, por un lado, del ex Ministerio de Ciencia y, por el otro, de la Secretaría de Modernización, que es quien hoy regula varias cuestiones, entre ellas, las cuotas de disponibilidad en los ingresos a la carrera»
La despedida de un alto cuadro técnico para las ciencias argentinas, conlleva cuestiones que quedaron pendientes de realizarse, entre los que por cierto, detalló: «El ciclo expansivo del sistema científico del período anterior fue una gran oportunidad de contexto para animarnos a encarar propuestas que fueron de gran significado para el CONICET. La verdad es que estoy muy agradecida de haber participado de ese ciclo de expansión. Sin embargo, el debe es gigante y es un balance que tengo que sentarme a hacer. Hubiera querido, por ejemplo, que fuera mucho más incisiva la capacidad actuante que tiene el actual protocolo contra las violencias. También hubiera querido convencer aún más a mis colegas del directorio acerca de que no se puede consentir este déficit que tienen hoy las ciencias básicas»
En la entrevista para TSS, le consultan a Dora Barrancos; ¿Pensó que la crisis iba a llegar al punto de ver a una científica buscando fondos en un programa de televisión, como fue el caso de la bióloga Marina Simian? A lo que respondió, categórica: «No, ese punto extraordinario no estaba para nada en nuestra previsión. Es muy grave este clímax de deterioro. Pienso que es patético que una persona con íntima convicción de su labor tenga que ir a un programa de lotería. Y la otra cuestión patética, cuya gravedad subrayo más, es que haya elencos que aplaudan como si fuera una situación normal. Una cosa es señalar el hecho con consternación y otra es ‘la felicito, siga apostando a la lotería’. Es una barbaridad»
Publicado por la Universidad Nacional de San Martín