Jujuy y la dictadura de Gerardo Morales
Una provincia con profunda crisis institucional. Manejada a la conveniencia de una élite concentrada que rechaza cualquier atisbo de políticas populares. Valen el dinero, el poder y los negocios, jamás las personas. Así lo demuestran con el maltrato a trabajadores rurales.
La privación ilegítima de la libertad, el estado de esclavitud y el maltrato sobre la vida humana, son características del delito de la trata, no muy lejos de lo que podría suceder con quienes habiendo ido a trabajar en los viñedos de Mendoza, fueron retornados a su Jujuy natal, pero al llegar, la cuarentena dispuesta por el Gobierno de Gerardo Morales, para ellos fue, un complejo sin agua caliente, comida, elementos de limpieza e higiene personal, camas, ni ningún modo de mantener las mínimas condiciones para evitar la propagación de cualquier enfermedad y no sólo la del contexto actual de pandemia por Coronavirus.
Así lo relatan en este video que llegó a IB24 «Una gran cantidad de personas que venimos de Mendoza y nos dejaron aquí en el complejo Eva Perón, sin agua» denuncian los trabajadores privados de lo indispensable para superar la cuarentena.
Gerardo Morales, el Bussi de Jujuy
En los años de la dictadura cívico militar que desplegó el Terrorismo de Estado en los 70’s, Tucumán conoció la ferocidad de Antonio Domingo Bussi, un ex militar que hizo carrera política favorecido por la infamia de la ley conocida como Punto Final.
Este oscuro personaje de la historia en el norte argentino, había dispuesto como usurpador de la gobernación tucumana, la expulsión a los cerros catamarqueños de todos los mendigos, locos, vecinos sospechados de actividades gremiales, referentes barriales, etc que se encontraban en las calles de San Miguel de Tucumán en junio de 1977. La finalidad pretendida de tan deleznable acción era «adecentar» la ciudad con motivo de la visita del dictador Jorge Rafael Videla para inaugurar la autopista norte de San Miguel de Tucumán.
En esta década del siglo XXI, en Jujuy, se reitera la acción con un Gerardo Morales que ordena en un colectivo, cargar trabajadores rurales de origen extranjero, latinoamericanos, de clase obrera y llevarlos hasta Buenos Aires en calidad de expulsados en el marco de la emergencia sanitaria. Incumpliendo de este modo, todos los protocolos de Salud y los de Derechos Humanos, con absoluta impunidad.
Los medios de prensa jujeños, dieron cuenta de esta remake del golpismo que expone un profundo odio de clase; publicar lo sucedido con la expulsión de 62 pasajeros obligados a trasladarse a Buenos Aires.
“Un micro Balut procedente de La Quiaca fue detenido por la policía cuando intentaba ingresar a la Capital Federal con 62 pasajeros, que presuntamente fueron obligadas a subir al micro por el Gobierno Provincial.
Como es sabido, durante la cuarentena no pueden circular micros de larga distancia: el micro infringiría así el artículo 205 del Código Penal, que castiga al que viole las medidas adoptadas para impedir la introducción o propagación de una epidemia.
Los choferes del micro de Balut presentaron una autorización ante la policía con membrete del Gobierno de Jujuy: ese papel está firmado por el secretario de Integración Regional y de Relaciones Internacionales del Gobierno de Jujuy, Pablo Palomares y allí se aclara que todos los pasajeros fueron sometidos previamente al cumplimiento de una cuarentena de 14 días y que tenían certificados médicos expedidos oficiales.
Sin embargo, varios puntos sin aclarar surgieron cuando los pasajeros comenzaron a descender del micro: en primer lugar, una mujer presentó fiebre, por lo que tuvo que ser aislada inmediatamente. Por otro lado, algunos de los pasajeros eran indocumentados, lo que obligó a intervenir al Ministerio del Interior a través de Migraciones, para comprobar el estatus migratorio de cada involucrado.
En la nota de Palomares no se aclaraba el destino preciso de cada pasajero. Hoy, todos serán derivados a distintos hoteles de la Capital Federal, y se abrió una investigación penal, que quedó a cargo del juez Ercolini.
El Gobierno de Jujuy deberá salir prontamente a aclarar cómo se gestó el traslado de los pasajeros, si se obligó realmente a la gente a subir al micro, de qué manera y cuándo se hicieron los controles de salud pertinentes y por qué algunos de ellos no tenían documento. Mientras tanto, la repercusión en distintos medios y en las Redes sigue en aumento y amenaza con transformar todo en un gran escándalo nacional” (Fuente: Política Jujuy)