“Insfrán le dio a Formosa una infraestructura educativa, vial, de salud y de servicios públicos»
El político, historiador y escritor Julio Fernández Baraibar dialogó con AGENCIA PACO URONDO y ofreció un análisis sobre la política sanitaria en la provincia de Formosa y compara su situación con lo que se vive en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Por Santiago Asorey para APU
Julio Fernández Baraibar es político, historiador y escritor. Además de ser Director Académico del Instituto Independencia. Fue también fundador del Frente de Izquierda Popular, liderado por Jorge Abelardo Ramos. El referente intelectual del campo popular ofrece un análisis sobre la política sanitaria en Formosa y la compara con lo gestionado por el jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta.
¿Qué evaluación le merece está ofensiva mediática sobre el Gobierno de Formosa?
Julio Fernández Baraibar: Mire, en Formosa la oposición encabezada por la UCR no puede superar el 28, 29% en las elecciones provinciales y Gildo Insfrán obtiene porcentajes en algún caso superiores al 70% del electorado. Es la provincia donde las fuerzas políticas agrupadas alrededor del Partido Justicialista mejores resultados obtienen año tras año. Por otra parte, siendo una provincia de recursos limitados ha llevado adelante una política sanitaria con respecto al Covid 19 que es ejemplar y los números de contagiados y fallecidos lo demuestran. La pandemia no impactó en Formosa gracias a una política firme de control del movimiento de personas y de mantenimiento de los aislamientos necesarios. La oposición, que está pasando por un muy mal momento en la opinión pública, intentó montarse en la obvia resistencia que esa política produce en algunos sectores muy limitados del comercio en los centros urbanos y convertirla en un proceso destituyente de Gildo Insfrán como gobernador. Pese a todo el apoyo y hasta la complicidad de la prensa hegemónica porteña, la provincia ha ratificado su política sanitaria y el conjunto del justicialismo y sus aliados han defendido a Insfrán contra las maniobras destituyentes.
¿Hay una situación institucional «irregular» en la provincia en relación a las otras?
JFB: De ninguna manera. La situación político-institucional de la provincia es ejemplar. Lo único que tiene de excepcional son las cifras plebiscitarias que Insfrán obtiene electoralmente. Pero no hay que olvidarse que, de alguna manera, Gildo Insfrán convirtió a Formosa, que era una especie de Cenicienta del federalismo argentino -Cavallo llegó a afirmar que era inviable-, en una provincia con infraestructura educativa, vial, de salud, de servicios públicos y donde ha logrado evitarse la sojización de su producción agraria. Por primera vez en su historia Formosa está vinculada al conjunto del país y puede exportar parte de su producción, como la carne de yacaré, muy apreciada en Europa.
¿Observa intenciones de la oposición de ampliar sus demandas electorales en un perfil de centro derecha pero con cierta perspectiva «progresista»?
JFB: Me da la impresión que el Juntos por el Cambio no sabe bien para qué lado agarrar. Por un lado, Patricia Bullrich quiere presentarse como una especie de impiadosa Margaret Thatcher dispuesta a encabezar las tendencias violentas de los Jóvenes Republicanos y por el otro, vemos que cierto radicalismo está pretendiendo sacarse de encima el cepo que le ha puesto su alianza con el macrismo. Cornejo efectúa rampantes declaraciones machistas, mientras el devaluado ex secretario de Salud, Adolfo Rubinstein, tiene el tupé de discutir el tema vacunas. Creo que, en este momento, el papel de la señora Bullrich es rasguñar votos en la ultraderecha cipaya, tipo Milei y compañía, mientras que en la ciudad de Buenos Aires, ha comenzado a notarse un deterioro en la opinión que el electorado porteño tiene sobre el alcalde Larreta.
¿Qué análisis le merece la lectura sobre la estrategia sanitaria de la provincia comparativamente con la estrategia de CABA?
JFB: Personalmente, creo que es una gran política y que algo parecido han hecho los países donde el combate contra el virus ha sido más exitoso. Gran control sobre las personas que entran y salen de la provincia, cuarentena preventiva a los que entran y aislamiento en los lugares donde el virus comienza a hacerse sentir. No se olvide que Formosa está a tiro de piedra del Paraguay y el movimiento de personas entre ese país y la provincia ha sido siempre muy fluido. Han sido esas las bases del éxito obtenido. Y, créame, esa política cuenta con un fuerte apoyo en Formosa.
Creo que CABA ha tenido una estrategia errática y librada a la responsabilidad individual. El resultado ha sido la proliferación del virus y la cantidad de fallecidos por el mismo. Se parte de creer que la economía o la libertad individual son bienes superiores a la salud y la vida de los ciudadanos. Y si hablamos sobre la campaña de vacunación, Larreta, como en general han hecho los gobernadores de la oposición, han incorporado al sector privado a la misma, generando una situación de privilegio, por un lado, y de relativo descontrol de las vacunas, por el otro. La verdad que hay pocas cosas que Larreta pueda exhibir como el resultado de una buena gestión, aunque pueda, privadamente, haber hecho buenos negocios.
¿El apoyo a medias del Gobierno Nacional a la gestión de Insfrán se interpreta como un momento de debilidad política nuestra o como un intento de disputar una agenda moderada anti grieta?
JFB: Mire, el gobierno, en un intento de descomprimir el nivel de violencia que había impreso la oposición, hizo una crítica al accionar policial de la provincia, crítica que, en ningún momento, el gobierno provincial consideró concesiva con la oposición. Es más, me consta que muchas de esas declaraciones fueron explícitamente consensuadas. Por otra parte, me consta también que Gildo tiene un permanente diálogo con el resto de los gobernadores, tanto del llamado Gran Norte, como con los del resto del país. Mientras en Formosa la situación estaba totalmente bajo control, era necesario bajar los ánimos de un sistema de medios opositores que, después de haber blindado a Macri, mostraban a Formosa como una especie de campo de batalla. No se olvide que, de los detenidos por los disturbios, la mayoría no tenían domicilio en la provincia.