Impuesto a las grandes fortunas, Patria es Solidaridad egoísmo es coronavirus
Durante estas largas jornadas donde la pandemia mundial hace mutar nuestra cotidianiadidad, hay una sensación generalizada de que muchas cosas cambiaron, de que el mundo no puede seguir como esta y que desde lo humano debe emerger una nueva noción de participación social, donde la solidaridad sea la mediación ética que posibilite el bienestar colectivo.
A diario millones de argentinos y argentinas son protagonistas de una dolorosa escena, en los alrededores de merenderos, iglesias y ollas populares, largas filas conjugan a hombres, mujeres y niños que buscan que comer, si bien es una imagen que refleja un hecho solidario que dota de belleza a lo humano, también es una escena que tristemente expone la verdadera “grieta” que nos separa, mientras grandes mayorías no tienen para comer un grupo privilegiado concentra en su poder las grandes riquezas que deberían ser de todos.
Los cuatro años de macrismo fueron un tiempo de bonanza para los grandes grupos económicos del país, grandes no porque sean muchos sino más bien por lo abultado de su patrimonio.
La matriz tributaria del gobierno anterior se empecino en desconocer a Newton, desafiando la ley de gravedad los recursos iban de abajo hacia arriba, los pobres pagaban más impuestos mientras los ricos acumulaban excedentes extraordinarios que dolarizaban y fugaban fuera del país, destrozando cualquier posibilidad de fortalecimiento al desarrollo productivo nacional.
La llegada del conoravirus se amalgama con la catástrofe económica generada por la alianza cambiemos, instalando una situación muy complicada para los trabajadores formales e informales quienes hoy se limitan a subsistir, sacrificando la idea de mejorar su calidad de vida.
Los sectores humildes argentinos vienen haciendo sacrificios desde hace cuatro años y lo siguen haciendo, es tiempo de que los grupos que concentran grandes fortunas pongan de su parte para que el país pueda estar mejor, la coyuntura singular que atraviesa el mundo y la patria, exigen una responsabilidad ética por parte de los que más tienen, en el caso de estos sectores privilegiados no se habla de sacrificios sino de un impuesto patriótico, que podría hacer mucho bien y servir para ayudar a palear la compleja coyuntura desatada a partir de la llegada del covid 19.
«¿No pagas? Esta injusticia es pecado mortal. No estás en gracia de Dios. No lo digo yo, lo dice Jesús, lo dice el apóstol Santiago. Por eso las riquezas te alejan del segundo mandamiento, del amor al prójimo» Papa Francisco
Sumamente oportunas estas palabras de Francisco, en un momento en que en la Argentina post Macri el 1% más rico es dueño del 15% del ingreso nacional, de hacerse realidad el impuesto a las grandes fortunas 12 mil privilegiados tributarían al estado 3000 millones de dólares, los cuales significarían más comida para los barrios, más fondos para la salud pública, o incluso la posibilidad crear un fondo de emergencia.
La mayoría de los barrios del conurbano bonaerense se iniciaron como asentamientos, provincianos e inmigrantes periféricos instalan sus precarias casas en terrenos donde suele encontrarse más basura que tierra, a los pocos meses si uno pasa por ahí seguramente ya va empezar a ver los primeros ladrillos, el tejido y alguna que otra planta creciendo.
Ante la pregunta de que necesitas o que le pedís al gobierno, la respuesta suele ser siempre la misma, “el medidor de la luz”, “quiero pagar mis impuestos”, a pesar de la precariedad del lugar que habitan, hay en los sectores populares una clara conciencia de que para ser parte de lo colectivo hay que dar un poco de lo individual , no le demandamos a los poderosos de este país mucho más que eso, que se involucren, que sean parte, que ejerzan en plenitud su ciudadanía no solo cuando se enriquecen a costas del estado sino también ahora en que la salida de esta crisis es necesariamente colectiva.
El “Quédate en casa” para las mayorías pobres significo un sacrificio patriótico en post del bienestar colectivo, que se sostiene con esfuerzo en todas las barriadas humildes, en estos momentos duros para nuestra patria debe resonar desde abajo hacia arriba un rotundo “Paga el impuesto”, que los que tienen mucho den un poco para que la cosa mejore un poco para todos.
Patria es solidaridad egoísmo es coronavirus
