Ignacio Campos: Oscar Romero, impunidad con los días contados
Contaron que fue en Puerto Madero. Conducía, esto es casi una humorada, un auto de alta gama acompañado por una dama de alta gama. El operativo de alcoholemia de la Ciudad de Buenos Aires, le dio la cana. Romero, el aún no diputado pero creía que era el marqués de Junín, se detuvo. La dama de alta gama se alteró en el auto de alta gama. De inmediato el servidor de Macri, en ese momento era el jefe de la ciudad, le pidió que se sometiera al control. En la práctica, eso significaba que debía tocar pito, como Pitana, pero sin Ver. De repente, lo que era un paso de un trámite municipal, se transformó en casi un escándalo público: el futuro diputado marqués se negaba a los gritos, lanzando nombres, amenazas, e improperios. La causa cayó en la Fiscalía Penal Contravencional n° 19 de la CABA en mayo de 2013 por violación a la ley 1472 artículo 111.
Romerito, tal vez ya un poco más lúcido luego de la fuerte ingestión alcohólica, no hizo la probation que había aceptado. Vino su elección de diputado ydeclaró ante una Unidad Fiscal en los tribunales de Bartolomé Mitre 1735 en noviembre de 2013, a un mes de asumir.
Romero suele internarse en cotizados restaurante de Puerto Madero, come copiosamente y bebe varias botellas de vinos que hoy pueden costar entre mil quinientos y dos mil pesos. Luego, en un estado que lo emparenta con Patricia Bullrich, sale y maneja con el riesgo que eso significa. La cuestión es que no hizo el control, la justicia procedió y le dictó una probation. Romero, fiel a su estilo, no cumplió (curioso cuando decía que era de Cumplir) pero, decía o hizo alguna argucia para mentir que la había cumplido. Y no cumplió jamás hasta perder por último, como candidato de Randazzo de Chivilcoy, la banca que lo banca. En diciembre, Romerito, el ex marqués diputado, pierde los títulos de nobleza y tiene que sostener una fortuna a la que ayudaron a forjar, algunos “amigos” de Cambiemos a los que entregó sus principios.
Romero, fiel a su estilo, no cumplió (curioso cuando decía que era de Cumplir) pero, decía o hizo alguna argucia para mentir que la había cumplido. Y no cumplió jamás hasta perder por último, como candidato de Randazzo de Chivilcoy, la banca que lo banca. En diciembre, Romerito, el ex marqués diputado, pierde los títulos de nobleza y tiene que sostener una fortuna a la que ayudaron a forjar, algunos “amigos” de Cambiemos a los que entregó sus principios.
Romero “el infeliz”
Romero había prometido en Junín la radicación de una empresa china de autopartes. Todavía la esperan. Viajo a China, manejó fondos, este año fue a ver al Papa con una delegación de 11 amigos partidarios, con dinero que aportó Emilio Monzó desde Cambiemos, nombró a su esposa (que no es la dama de alta gama) y a otros en la Cámara de Diputados y en el Parlamento bonaerense, y acumuló a lo potro plata de todos los colores. En SMATA, el gremio en el que tenía mandato y no cumplía, dijeron basta al jolgorio, le intervinieron el gremio en Junín y se espera su destitución en el congreso anual del gremio con voto mayoritario y concluyente.
Romero creía que “la vida es joda” y cuando “Semanario de Junín”, publicación de ética inclaudicable comenzaron a revelar sus tropelías de truhán parlamentario, alguien se acercó a la redacción y ofreció a su nombre una millonada de pesos en efectivo y sin descuentos. “Semanario de Junín” respondió denunciando aún más las andanzas del personaje. Hoy se lo ve en Junín con casa quinta a todo lujo, reuniendo cantidad de autos de alta gama en encuentro corporativo que hace recordar a la película “Scarface”.
Oski, se viene la noche
Romero intentó cientos de maniobras, rompió el bloque del Frente para la Victoria con Diego Bossio, que ahora aprueba a ojos cerrados las reformas que quiere imponer Macri, intentó acomodarse en el Frente Renovador con Massa, que lo sacó volando como si fuera un pájaro de mal agüero, se acercó a Emilio Monzó (uno de sus proveedores económicos), volcó en su proyecto con Randazzo y hasta intentó ser catapultado como Defensor del Pueblo. Hoy dicen algunos de sus amigotes o ex amigotes, que padece una creciente angustia. Su rostro sonrojado de profesor viejo verde, deja ver las huellas de un drama que se avecina. Dicen que hace unas semanas, un par suyo al verlo muy caído comentó: “¿De dónde viene Romero, estuvo en Dunkerke”.
En diciembre, el SMATA lo habrá expulsado por sus actitudes antigremiales, su falta de ética; allí perdió a sus compañeros de muchos años que no lo quieren ver. Habrá perdido definitivamente su vinculación con el movimiento obrero. No logró ser diputado otra vez, no alcanzó a seducir al “Semanario de Junín” ni a otros medios que frecuentó en estos meses, Massa lo echó de mala gana. ¿Tendrá que dar cuenta a la justicia por sus manejos económicos?
Entre sus veleidades, estaba en otros años, ensayar escritos históricos de escasa calidad pero sólidas pretensiones. Tal vez se dirá a sí mismo, ex diputado o, “diputado mandato cumplido” y su estrella se irá acabando. Las cosas no le salen muy bien últimamente. Es posible que, si se cruza en la calle con Cátulo Castillo, el vate lo mire y le diga sin fervor: “ni el tiro del final te va a salir”.