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Hallaron un cuaderno con un relato de Hemingway

El autor de “El viejo y el mar” a los 10 años

Escribe Alejandro C. Tarruella

Un escritor niño

El hallazgo del primer cuento de Ernest Hemingway se ha convertido en uno de los hechos culmines de la literatura mundial en 2017. Según quienes obtuvieron esa pieza única, el escritor norteamericano escribió su primer cuento cuando tenía apenas 10 años y pasó inadvertido dentro de un diario de viaje que nunca se hizo realidad.

El ejemplar estaba en unos escritos que tenían la apariencia de un diario. Lo guardaban envuelto en una funda de plástico, entre materiales que fueron en vida del escritor fotografías, papeles sueltos sin identificaciones claras, y cierto número de cartas. Todo eso estaba en manos de familia Bruce, amigos del escritor que le entregaron años atrás al historiador Brewster Chamberlin. El cuaderno fue hallado en la localidad de Key West (Florida) y contenía lo que puede ser el primer cuento de Hemingway a la edad de diez años. Sería él quien comenzó a clasificar el material donde se hallaba el relato; se encontró frente al cuaderno y observó una escritura de caligrafía infantil que aludía a un viaje realizado a Europa, y que estaba en el inventario que elaboraba. Intervino entonces, Sandra Spanier, profesora de la Universidad del Estado de Pennsylvania y editora de The Hemingway Letters Project, quien se dispuso a estudiar los elementos hallados. Spanier se sorprendió cuando Chamberlein le dijo repentinamente señalándole la libreta de anotaciones de Hemingway

-Esto es lo que escribió cuando fue a Irlanda y Escocia en 1909 – dijo.

Ella recordaría entonces que el niño Ernest jamás estuvo en Irlanda. Era imposible que lo escrito fuese,  por ejemplo, una suerte de crónica de campo. Si podía ser, en cambio, un relato. De manera que podría establecerse que ese escrito plasmado al modo de un diario de viaje, un viaje que no trajinó durante su vida, era la pura imaginación del escritor norteamericano.

Al rearmar la historia del suceso, se supo que fue en el archivo de la familia Bruce donde estaba el escrito de Hemingway. Fue el historiador Brewster Chamberlin quien logró establecer su importancia y al hallar esa escritura que no era sino de un niño, lo reunió con otros hallazgos. Sin embargo, sería Sandra Spanier, que ejercía el profesorado en la Universidad del Estado de Pennsylvania y además, era editora de The Hemingway Letters Project, quien esclarecería los hechos contenidos en los escritos y buscara fondos para su tarea. Dijo luego: “En ese momento entendimos que estábamos ante una pieza de ficción”, le dijo Spanier a Bruno Pardo Porto, periodista del diario ABC de Madrid. Aquel «Estaba tratando de contar una historia, una historia escrita en forma de cartas a sus padres y entradas de diario (…) Es un descubrimiento increíble, de gran valor histórico», continúa la investigadora que aclaró luego que el escritor trataba “de contar una historia, una historia escrita en forma de cartas a sus padres y entradas de diario (…) Es un descubrimiento increíble, de gran valor histórico», valoró.

Un viaje imaginario

Recién entonces se pudo establecer que el barco en el que el presunto viajero (el niño Hemingway en ficción) era el Mauretania, buque británico que se reconoce en escritos de principios del siglo XX  y se estableció en la investigación que era el único, además del Lusitania, que poseía cuatro hélices, cosa que se encargó de dejar sentado tal y el joven escritor norteamericano. “También encontramos descripciones de lugares concretos en Escocia e Irlanda, país este último donde se desarrollan algunos de los pasajes más creativos del texto. En uno se cuenta la historia de un hombre muerto que vuelve a la vida una vez al año para reconstruir el Castillo de Ross y dar una fiesta, después de la cual regresa a la tumba. En otro, alude a la leyenda de la piedra mágica del Castillo de Blarney, que dota de elocuencia a todo aquel que la besa, para contar la mala fortuna de un joven que pierde todo su dinero al intentar besar la roca, situada en un saliente de la muralla”, explicó la investigadora.

Chamberlin abundó por su parte en algunas características que surgen de analizar el trabajo de Hemingway: “Él nunca hizo ese viaje que describió con tanto detalle, pero encontró la información en artículos de revistas y libros. Este hallazgo demuestra la habilidad del joven autor para investigar sobre un tema e integrar sus nuevos conocimientos en una narración relativamente coherente… Solo tenía diez años”. “Realmente se aprecia cómo de sensible era a todo lo que le rodeaba”, reflexionó.

Datos como la capacidad narrativa del niño, la economía de recursos, la descripción detallada en las descripciones, anécdotas y localismo, dejaban vislumbrar la presencia de un escritor en ciernes.

En la portada, Hemingway situó su trabajo en septiembre de 1909 pero no quedó en claro si se trataba de un trabajo escolar o de una tarea que pudieron encomendarle sus padres. Acaso pudo tratarse de un cuaderno escolar que vislumbraba el arte de un joven escritor.

Spanier reseño al ABC que “La imagen popular del escritor es la de un personaje bruto que no iba al colegio, pero esto demuestra que era un niño con una formación muy buena”, y esclareció que  “Su familia se preocupaba por la lectura y la escritura. Desde una edad muy temprana los hijos de los Hemingway tenían que redactar cartas e historias”. El propio escritor expresó sobre la escritura opiniones que pueden ayudar a reconocer el camino que inició en aquellos años niños. Concepto de la narrativa y capacidad de observación parecían ser sus elementos claves para escribir: “Si un escritor deja de observar está acabado –resumió Hemingway-. Pero no tiene que observar conscientemente ni pensar en cómo le será útil lo observado. Quizá podría pasarle al principio. Pero después todo lo que vea entrará en la gran reserva de cosas que conoce o ha visto. Por si sirve de algo, yo siempre intento escribir según el principio del iceberg. Hay siete octavos de iceberg bajo el agua por cada parte que se muestra en la superficie. Puedes eliminar cualquier cosa que conozcas y sólo fortalecerás tu iceberg. Es la parte que no se muestra. Si un escritor omite algo porque no lo conoce, hay un agujero en la historia”. En este caso, en sus cuadernos niños, sin embargo, el notable escritor de “El viejo y el mar”, omitió algo. Revelar que su escritura sería siempre tan antigua y plena como su misma vida.

 

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