
Guillermo Abel Gómez: la verdadera historia del militante muerto por coronavirus de la Argentina
Fue un militante social que debió exiliarse por la dictadura que lo sometió a la tortura. Debió realizar trabajos precarios devastadores para su cuerpo que no toleró el coronavirus, ni la negligencia del gobierno de la ciudad.
Los diarios definen a Guillermo Abel Gómez como el primer muerto por el coronavirus en la Argentina. Pero nadie publica su verdadera historia: la militancia en Villa Soldati en los años setenta, la tortura que soportó en la dictadura y el exilio, aquel doloroso viaje que enfrentó para postergar su muerte. Sus compañeros coinciden a algo: no merecía morir por la negligencia de las políticas públicas por las que tanto luchó. IB24 reconstruye su último día con vida y cómo fue su militancia en el Movimiento de Villero Peronista.
“El reclamo de memoria y verdad y justicia está más vigente que nunca, porque Guillermo padeció en su cuerpo los ataques que le propició la dictadura”, cuenta a IB24 Diego Molinas, cuyo padre militó con Guillermo en los años de plomo. El exilio fue la condena que sufrió la víctima que vivía en San Telmo y había ido a ver a una hija a Francia, donde se contagió la pandemia.
Pese a que tenía síntomas como fiebre, había llegado de forma reciente desde Francia y padecía dolores que no lo dejaban estar en pie, Guillermo pasó cinco horas en la guardia del Argerich a la espera de que lo traten. Cuando quedó internado su primer diagnóstico fue neumonía aguda y sólo después de su fallecimiento confirmaron que padecía coronavirus. Tuvo contacto con decenas de personas que estuvieron en el Argerich. Su esposa Nelly se impuso cuarentena.
-¿Quién era Guillermo?
-Guillermo era parte del movimiento Villero Peronista en los setenta y se fue a vivir a un barrio en Villa Soldati para ayudar a la gente. Por su actividad solidaria es capturado por la dictadura militar que lo somete a torturas junto a su pareja Nélida que estaba embarazada. Tras ser liberados, se van al exilio para escapar del terrorismo de Estado.

Guillermo era muy amigo de mi papá y me enteré de su muerte por los medios. Dialogué con sus compañeros de militancia y para nosotros es importante reivindicarlo como una víctima de la dictadura que tiene nombre y apellido y que no es sólo el primer muerto del coronavirus. El reclamo de memoria y verdad y justicia está más vigente que nunca, porque Guillermo padeció en su cuerpo los ataques que le propició la dictadura.
-¿Cómo fue la captura y su exilio?
-Primero la habían detenido de forma clandestina a Nelly y luego lo capturaron a Guillermo que entonces era recolector de basura en el gobierno de la Ciudad. Ambos realizaban tareas en Villa Soldati y por eso fueron apresados. Luego de que fueras torturados hasta casi la muerte lo tiraron en Lugano. Después decidieron irse a Francia, donde Guillermo debió trabajar en malas condiciones de obrero. Es muy duro que alguien que sobrevivió a la dictadura muera por el maltrato del sistema público de la Ciudad.
Guillermo había viajado a Francia para visitar a una hija que tiene allá. Él había llegado el 25 y había tenido varias consultas médicas.
-¿Cómo fue la intervención de Luis para ayudar a su amigo?
-Luis conocía a Guillermo desde el trabajo en la villa al igual que lo conocía mi papá. Luis vino a buscarlo desde El Jagüel porque nadie del 107 lo atendía. Con sus ochenta años, Luis bajó en sus espaldas a Guillermo y tardó media hora hasta llegar de a poco a la puerta. Lo subió a un taxi y lo llevó al Argerich. Cuando se conoce esta historia por la muerte de Guillermo entonces los vecinos de El Jagüel presionan para que se vaya del barrio. Luis llamó a una ambulancia del PAMI que lo llevó a tratarse al hospital Español donde se observó que está sin síntomas y ahora está aislado en su casa.
-¿Qué ocurrió con Nélida, la pareja de Guillermo?
-A Nelly le dijeron en el Argerich que Guillermo se iba a morir porque tenía un cuadro grave de neumonía. Luego de que Guillermo muriera, se supo que tenía coronavirus. Entonces fue al hospital Muñiz, donde una inmunóloga le dijo que seguramente no padecía coronavirus porque no tenía síntomas y la dejaron irse sin hacerle un hisopado, ni tampoco exigirle un aislamiento.Estuvo sin aislamiento durante varias horas y tuvo contacto con al menos cinco personas. Además de lo que sufrió Guillermo, se nota una falla seria en el seguimiento a los familiares que tuvieron contacto con él.
-Hubo otras personas del entorno que se pusieron en cuarentena por riesgo: ¿Cómo ocurrió el posible contagio?
-Durante las primeras horas tras la muerte de Guillermo, no se sabía que padecía coronavirus, eso sólo se conoció tras las llegada de los estudios. Entonces cinco compañeros que lo conocían le fueron a dar el pésame a la pareja y ahí estuvieron en contacto con Nelly. Ellos no quieren dar a conocer su nombre por temor a represalias en sus trabajos a los que no están concurriendo. La mayoría de ellos no tienen síntomas, pero temen que allá una persecución contra ellos como ocurrió con Luis.





