Grecia elige su futuro
La socialdemocracia y la derecha europeas se han unido -aunque con matices- para rechazar el referéndum que se celebra hoy en Grecia sobre si apoyar o rechazar la hoja de ruta que la troika (Comisión Europea, Fondo Monetario Internacional y Banco Central Europeo) tiene preparada para el país heleno a cambio un nuevo rescate de su economía.
Aunque los ministros del Eurogrupo aseguran que esa hoja de ruta o conjunto de medidas ya no sirven y habría que reiniciar la negociación de otras nuevas, el Gobierno de Alexis Tsipras sigue adelante con una consulta que se ha convertido ya en un plebiscito histórico sobre la estrategia de austeridad de una Unión Europea capitaneada por Alemania y el círculo vicioso de ruina ciudadana al que somete a los países rescatados.
Lejos de apoyar a Grecia en este día trascendental, los principales líderes políticos europeos y los dirigentes institucionales optaron ayer intentar marcarle la cancha a los griegos: si votan «sí» a la imposición que viene de Bruselas, Berlín y Washington, habrá posibilidades de salida; si votan «no», se podrá hacer algo, pero todo será una «catástrofe», uno de los términos usados.
Pedro Passos Coelho, primer ministro de Portugal, sostuvo que es difícil ayudar «a quien no quiere ser ayudado», en referencia a Grecia, y agregó que Europa es más fuerte porque Portugal, España e Irlanda hicieron «lo necesario» para superar las dificultades. Europa está repleta de «ejemplos de pueblos que pidieron ayuda y que supieron hacer todo para superar sus problemas», aseguró.
Jean-Claude Trichet, ex presidente del BCE, aseguró que si el referéndum griego se salda con un «no, puro», supondría «la catástrofe inmediata» para Grecia porque la posición de fuerza de su Gobierno para renegociar sería ilusoria.
Jean-Claude Trichet, ex presidente del BCE, aseguró que si el referéndum griego se salda con un «no, puro», supondría «la catástrofe inmediata» para Grecia
Para Emmanuel Macron, ministro de Economía de Francia, el referéndum convocado por Tsipras es «legítimo», pero que hay una falta de «sinceridad democrática» en el momento y en la cuestión planteada. «El referéndum se refiere a textos que ya no se corresponden a lo que hay encima de la mesa. Y ahí hay una gran responsabilidad del Gobierno griego», señala.
En tanto, Klaus Regling, presidente del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), afirmó que espera un «resultado positivo» del referéndum que Grecia celebra este domingo, porque el país debe seguir aplicando las «reformas necesarias».
El ministro de Finanzas griego ha acusado a los acreedores de tratar de «aterrorizar» a los griegos para que acepten la austeridad, advirtiendo de que Europa tenía tanto que perder como Atenas si el país se ve obligado a salir del euro tras el referéndum del domingo sobre los términos del rescate.
Después de una semana en la que Grecia suspendió pagos, cerró sus bancos y comenzó a controlar los capitales, los griegos votan mañana si aceptan o rechazan las duras condiciones que demandan los acreedores internacionales para ampliar el salvavidas que ha mantenido a flote al endeudado país.
Mientras los ciudadanos inundan las calles de la capital griega, con grupos a favor del «Sí» y del «No», el gobierno de izquierda insta a votar «No», diciendo que los socios europeos están mintiendo cuando advierten que supondría la salida griega de la moneda única europea, con impredecibles consecuencias para Grecia, Europa y la economía mundial.
Los sondeos de opinión publicados el viernes dieron una ligera ventaja al «Sí», que está a favor de aceptar los términos del rescate, pero todas estaban dentro del margen de error y los responsables dijeron que la consulta estaba demasiado ajustada para pronosticar un resultado. El resultado queda pendiente del 9% que suponen los indecisos. Sólo un sondeo preveía que ganase el «No», pese a las más de 50.000 personas que se concentraron en una manifestación en el centro de Atenas el viernes, que parecía significativamente más numerosa que otra concentración simultánea a favor del «Sí». «Lo que nos piden es que aceptemos la esclavitud eterna», dijo Ermioni Tenekidou, un profesor de 54 años. Wolfgang Schäuble, ministro de Finanzas de Alemania, el mayor acreedor griego y su crítico más duro, dijo que una salida de Grecia del euro podría ser sólo temporal.
Lo que nos piden es que aceptemos la esclavitud eterna, dijo Ermioni Tenekidou, un profesor de 54 años
«Grecia es miembro de la zona euro. No hay duda al respecto. Ya sea dentro del euro o temporalmente sin él: sólo los griegos pueden contestar a esa pregunta. Y está claro que no dejaremos a la gente en la estacada», dijo Schäuble al diario Bild en una entrevista. Pero no está nada claro cómo funcionaría una salida temporal del bloque. Algunos economistas han planteado la idea de una suspensión temporal, en la que Grecia debería volver a una moneda nacional durante unos años hasta que se estabilice su economía.