Francisco pidió modelos «responsables» de desarrollo
El papa Francisco comenzó la etapa inicial de su primer viaje a África, que además de Kenia lo llevará a Uganda y a la República Centroafricana.
Se reunió con el presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta y pidió a los líderes mundiales que se esfuercen para promover modelos «responsables» de desarrollo económico con el objetivo de hacer frente a la «grave» crisis ambiental.
«Los valores (de la naturaleza) deben inspirar los esfuerzos de los líderes nacionales para promover modelos responsables de desarrollo económico», afirmó el pontífice.
La grave crisis ambiental que afronta nuestro mundo exige cada vez más una mayor sensibilidad por la relación entre los seres humanos y la naturaleza.
«Tenemos la responsabilidad de transmitir a las generaciones futuras la belleza de la naturaleza en su integridad y la obligación de administrar adecuadamente los dones que hemos recibido», expresó Francisco.
Estos valores, aseguró, están «profundamente arraigados en el alma africana».
En este sentido, alabó a los kenianos, «bendecidos» por la belleza del país y la abundancia de recursos naturales, por su cultura de la conservación.
Según dijo, para construir un orden social «justo y equitativo» es necesario «renovar nuestra relación con la naturaleza», por lo que animó a los líderes mundiales a buscar alternativas económicas que respeten el medioambiente.
El pontífice fue recibido entre cánticos tradicionales por una delegación de representantes de la Iglesia keniana y del Gobierno.
La visita del Papa a Kenia fue declarada de alto riesgo ante la permanente amenaza terrorista del grupo yihadista Al Shabab, que durante los dos últimos años ha perpetrado graves atentados en respuesta a la presencia de tropas kenianas en Somalia.
Durante el vuelo al ser preguntado por su seguridad durante el viaje oficial, Francisco respondió que lo único que le preocupa son los mosquitos.
Bergoglio afirmó: «¿Por qué? Hay gente buena y mala. Para ser sincero, lo único que me preocupa son los mosquitos».
Un dispositivo de 10.000 agentes vela por su seguridad en una ciudad que mantendrá cerradas sus principales avenidas durante la mayor parte de esta visita.
