Francisco en Chile: hay que «cuidar la cultura» de los pueblos originarios

En su primer discurso en Chile, en el palacio de La Moneda (sede del gobierno), y frente a la presidente Michele Bachelet, el papa Francisco pidió respetar los «derechos” y “cuidar la cultura» de los pueblos originarios.
Luego del encuentro con Bachelet, Francisco ofició una multitudinaria misa en el Parque O’Higgins de Santiago, en la que convocó a salir “al encuentro de aquel que lo está pasando mal” y del que “no ha sido tratado como un digno hijo de esta tierra».
«Frente a la resignación, que como un murmullo grosero socava nuestros lazos vitales y nos divide, Jesús nos dice ‘bienaventurados los que se comprometen por la reconciliación'», expresó el Papa ante unas 400 mil personas que asistieron al encuentro.
Para facilitar la concurrencia a la ceremonia, las autoridades de la capital decretaron que el día sea feriado. Muchos de los fieles comenzaron a hacer fila desde las 2 de la madrugada.
En una homilía cuyo eje fueron las “bienaventuranzas”, Jorge Bergoglio destacó el rol de «aquellos que se esfuerzan por no sembrar división», y de «aquellos que son capaces de ensuciarse las manos y trabajar para que otros vivan en paz».
Al mismo tiempo, en las afueras de la ciudad, un nutrido grupo de personas participó de la denominada «Marcha de los Pobres», que intentó llegar al Parque O’Higgins, aunque unos 20 manifestantes fueron detenidos por la policía local.
Destacó el rol de «aquellos que se esfuerzan por no sembrar división», y de «aquellos que son capaces de ensuciarse las manos y trabajar para que otros vivan en paz».
La manifestación, de tono crítico hacia el Papa, fue interceptada por la policía cuando avanzaba en dirección al lugar de la misa. Llevaban carteles como: «Papa: los pobres marchamos contra las migajas de esta democracia» o «No puede dar la paz un cómplice que ayuda y ampara a violador».
Antes de la misa, Francisco se reunió durante 25 minutos con la presidente chilena, Michelle Bachelet, y luego dio un discurso en el que sostuvo que las comunidades originarias son “parte de la identidad y riqueza de esta nación”. Y agregó que por eso, «es preciso escucharlos» y es necesario que sus derechos “sean atendidos y su cultura cuidada”.
Por último, en su mensaje frente a Bachelet y autoridades eclesiásticas y del gobierno trasandino, el Papa se refirió a un tema por el que algunos cuestionaron su visita a Chile: «No puedo dejar de manifestar el dolor y la vergüenza que siento ante el daño irreparable causado a niños por parte de ministros de la Iglesia».





