Escándalo en San Martín: los concejales macristas se negaron a repudiar el atentado contra Cristina
Una democracia hackeada por la oposición macrista
La intolerancia es uno de los síntomas preponderantes que suele esgrimir la derecha cuando se ve ante la situación de debatir posiciones que le son “incómodas”, los exabruptos y descalificaciones, así como gritos o insultos, caracterizan la falta de argumentos, que por lo general encierran las posiciones de esta fracción de la política y que no es solo atributo de dichos segmentos en la Argentina, sino que caracteriza a esa tendencia en el mundo entero.
Así, durante una sesión del consejo deliberante de la ciudad de San Martín, en la provincia de Buenos Aires, estaba establecido en el orden del día, el tratamiento de un repudio al salvaje intento de asesinato sufrido por la vicepresidenta de la nación, Cristina Fernández de Kirchner; en momentos en que debe tomar la palabra el concejal Lauro Grande, referente de la Cámpora, y en un hecho que enluta al sistema democrático argentino, la oposición macrista en pleno y en un gesto repudiable, deciden abandonar sus bancas. Lauro Grande no obstante desarrolló su discurso de repudio al intento de magnicidio, pero quienes fueron elegidos democráticamente para representar a las y los vecinos de dicha localidad, huyeron del debate, en un gesto que se condice con las actitudes en general, que ha sostenido dicho sector en torno al lamentable suceso sufrido por Cristina.
El repudio hacia estas actitudes debiera ser generalizado, puesto que no hacen más que bastardear un estado democrático en el que elige vivir el pueblo argentino, y que la derecha debiera cuidar con “algo” de esmero, pero cada día es mas evidente que, no se puede esperar de la derecha argentina, otra cosa que atentados constantes contra el orden constitucional, amparados y justificados por el inmenso escudo mediático y judicial. Al fin de cuentas, son las patas de una misma mesa.