Enviado de la ONU pidió una tregua en Siria para favorecer la diplomacia
El enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, pidió en Damasco el cese del fuego en el país que permitan redoblar esfuerzos diplomáticos en curso para detener la guerra interna, que ya lleva más de cuatro años de duración y en la que han muerto decenas de miles de personas.
En declaraciones a periodistas al cierre de una visita a Siria para informar al gobierno sobre el resultado de una reunión internacional celebrada la semana pasada en Viena para explorar salidas políticas al conflicto, De Mistura dijo que la tregua mostraría que el diálogo diplomático está dando sus primeros frutos.
«Lo que necesitamos son algunos hechos sobre el terreno, algunos alto el fuego, algunas reducciones de la violencia», dijo el diplomático sueco-italiano.
El enviado especial agregó que el alto el fuego «supondría una gran diferencia para dar la sensación al pueblo sirio de que el ambiente de Viena está produciendo un efecto en ellos», informó la agencia de noticias EFE.
El diplomático sueco-italiano concluyó un viaje de dos días a la capital siria, donde ayer se reunió con el ministro de Relaciones Exteriores, Walid al Mualem.
La ONU rehusó ofrecer detalles sobre los contactos que De Mistura tuvo en el territorio sirio.
El mediador internacional ha viajado a Siria tras participar el viernes pasado en una reunión en Viena a la que acudieron los principales países implicados en el conflicto, tanto partidarios como detractores del presidente sirio, Bashar al Assad.
Entre los participantes figuraban los jefes de las diplomacias de Estados Unidos, Rusia, Irán y Turquía, pero no acudió ningún representante sirio, ni del gobierno ni de la oposición.
Los asistentes acordaron acelerar los esfuerzos diplomáticos para poner fin al conflicto en Siria, aunque Washington y Moscú siguen enfrentados por el papel de Al Assad en el futuro del país.
Estados Unidos cree que Al Assad es responsable del conflicto en su país y que no debería jugar un rol en un gobierno de transición de posguerra, pero Rusia insiste en que son los sirios los que deberán decidir y que marginar por anticipado al actual mandatario es inviable.
La ONU estima que más de 250.000 personas murieron por el conflicto en Siria, que comenzó en 2011 con una revuelta contra el gobierno de Al Assad, cuya familia está en el poder desde hace cuatro décadas, y derivó en una guerra con grupos insurgentes que ha arrastrado a numerosas potencias.
Estados Unidos apoya con armas y equipos a algunos grupos rebeldes sirios, incluyendo a algunos islamistas. Al mismo tiempo, bombardea a los yihadistas del Estado Islámico (EI), que también quieren derrocar a Al Assad, y ha anunciado que enviará tropas terrestres para combatirlos.
Rusia también está bombardeando desde el aire y desde barcos al EI y a otros grupos insurgentes en apoyo a Al Assad, un aliado de Moscú.
(Télam)