El semanario francés Charlie Hebdo desata nueva polémica; satiriza crisis migratoria
En esta edición Charlie Hebdo publicó dos caricaturas de Aylan Kurdi, el niño sirio de tres años que murió ahogado en las costas de Turquía hace casi dos semanas.
El semanario se convirtió en un símbolo de libertad de expresión tras ser blanco de un ataque por parte demilicianos islamistas en enero por publicar caricaturassobre el profeta Mahoma. Los extremistas mataron a 12 personas.
El semanario francés abunda en esta publicación sobre la crisis humanitaria que conmociona a Europa con una caricatura en su portada en la que se da la bienvenida a los migrantes mientras un hombre recostado en un sillón utiliza a un desplazado para apoyar sus pies y le dice: «Acá estás como en casa».
En otras páginas, los dibujantes parodian la fotografía del pequeño ahogado en una playa turca cuando intentaba llegar con su familia a suelo europeo, una imagen que conmovió al mundo.
«La prueba de que Europa es cristiana: Los cristianos caminan sobre las aguas y los niños musulmanes se ahogan», dice el texto de una viñeta que firma Riss, actual responsable de la corrosiva publicación tras el asesinato, en enero pasado, del director, Charb, y de varios de sus dibujantes más emblemáticos, como el veterano Cabu.
Otra de las imágenes duramente criticada, especialmente en las redes sociales y desde fuera de Francia, muestra al pequeño Aylan tendido en la arena sobre un titular que anuncia que falleció «tan cerca del objetivo», mientras detrás puede verse una propaganda de la cadena de hamburguesas McDonald’s que oferta «dos menúes de niño por el precio de uno».
La revista satírica francesa Charlie Hebdo generó polémica otra vez al publicar caricaturas burlándose de la respuesta de países europeos predominantemente católicos a una ola de inmigrantes y refugiados en su mayoría de zonas musulmanas enconflicto como Siria e Irak.
Ocho meses después del atentado yihadista que conmocionó a Francia y al mundo, muchos usuarios de Internet se preguntan en las redes sociales si quienes entonces se sumaron al eslogan «Yo soy Charlie» siguen manteniendo su compromiso con la revista.
Los comentarios que critican las bromas, consideran de mal gusto burlarse de la muerte de menores y dieron lugar a una nueva etiqueta en las redes sociales: «#JeNeSuisPasCharlie» (Yo no soy Charlie), en la que pueden encontrarse numerosos mensajes contra la publicación, reportó la agencia de noticias EFE.
«Reírse de la muerte de un pequeño. En eso consiste la libertad de expresión», dice uno de los muchos usuarios de Twitter que atacaron a la dirección de una revista caracterizada por un sentido del humor brutal e irrespetuoso y que se autodenomina «periódico irresponsable».
En esa misma red social, un activista de la Asociación de Abogados Negros, Peter Herbert, anunció que estudia llevar las bromas de la revista ante el Tribunal Penal Internacional por «incitar a los crímenes de odio».(Télam)