El policía de la Metropolitana declaró que Lucas estaba armado
La versión de Ricardo Ayala no tiene correlato en el expediente judicial, donde consta que Policía Federal sólo secuestró el arma reglamentaria del efectivo y tres vainas servidas: la misma cantidad de disparos que recibió el chico de La Boca. El oficial admitió haber disparado dos veces y haber accionado el botón antipánico para “avisar al Comando lo que había ocurrido”.
Ricardo Ayala, el agente de la Policía Metropolitana acusado de haber baleado a Lucas Cabello, declaró ante el Juzgado de Instrucción 35, a cargo del juez Osvaldo Rappa. Dijo que el joven de 20 años estaba armado y por eso disparó, según confirmaron fuentes judiciales a Infojus Noticias. Su versión no tiene correlato en el expediente judicial: en la foja 1 de la causa 66248/2015 consta que el personal de la Policía Federal que trabajó en la escena del crimen secuestró sólo el arma reglamentaria del efectivo y tres vainas servidas; la misma cantidad de disparos que recibió el chico de La Boca.
“Es totalmente falso. Ayala no pudo ofrecer ningún elemento que excluya su responsabilidad en el criminal e ilegítimo accionar con el cual actuó contra Lucas”, dijo a Infojus Noticias Gabriela Carpineti, abogada de la familia del joven. Ella, junto a su par Nahuel Berguier, pedirá el procesamiento con prisión preventiva del policía de 24 años que aún se encuentra detenido. También exigirán que la carátula de tentativa de homicidio contenga un doble agravante: “Por pertenecer el sujeto a las fuerzas de seguridad y por el estado de indefensión de la víctima”.
Su versión no tiene correlato en el expediente judicial: en la foja 1 de la causa 66248/2015 consta que el personal de la Policía Federal que trabajó en la escena del crimen secuestró sólo el arma reglamentaria del efectivo y tres vainas servidas
El testimonio de Ayala –quien dijo recordar que “el arma era plateada”– se contradice con la declaración de la familia y de los vecinos de Lucas que, ante la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin), aseguraron que el chico volvía de comprar comida para su familia con dos sándwiches en la mano. Según sus relatos, Lucas recibió el primer tiro de pie. Mientras que los otros dos fueron cuando ya estaba tirado en la vereda de Martín Rodríguez al 500. El policía, por su parte, admitió haber disparado “dos veces”.
El agente de la Metropolitana sostuvo que disparó al joven de 20 años al intervenir en una presunta agresión a una vecina de un hotel familiar que custodiaba
A Lucas, las balas le atravesaron la zona abdominal, un miembro inferior y el maxilar inferior. Camila, su novia, con la ayuda de un vecino lo llevó hasta el Hospital Argerich, donde fue intervenido. Los médicos dispusieron su traslado a una clínica privada en Palermo. Su estado aún es grave. Si bien despertó, no puede mover brazos ni piernas. Tampoco puede hablar ya que tiene una traqueotomía.
La Defensa Pública de la Ciudad desmiente a Vidal
De acuerdo a la información oficial de la Defensa Pública de la Ciudad, el agente Ayala estaba de consigna en la puerta de esa casa por un conflicto entre dos familias vecinas que viven en el mismo lugar, el cual derivó en una denuncia penal por amenazas y la entrega de un botón antipánico para la denunciante. Lucas no estaba involucrado ni directa ni indirectamente en la denuncia. Por lo tanto, no se trató de un caso de violencia de género, como dijo la vicejefa porteña y gobernadora electa por la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal.
Desde su creación en 2010 la Policía Metropolitana fue responsable de la muerte de al menos 28 personas, entre ellas seis ejecutadas a sangre fría, y causó heridas en al menos 111, según cifras de un relevamiento del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS).
Según la declaración de Ayala, fue él quien accionó el botón antipánico para “avisar al Comando lo que había ocurrido”. El comunicado de la Defensa Pública precisó que “el botón antipánico no tenía ninguna conexión con Lucas Cabello. Nunca pudo haber sido accionado para requerir la intervención del oficial que efectuara los disparos sino como consecuencia de los mismos”
Vidal sostuvo que «en origen es un caso de violencia de género», pero las organizadoras dijeron que esa justificación “esconde un hecho más terrible, de suma gravedad institucional: un crimen por gatillo fácil”.
Desde el #Niunamenos indicaron que “más represión es sinónimo de más violencia” y manifestaron que en la masiva marcha del 3 de junio pasado que se repitió en distintos puntos del país se reclamó “políticas públicas de prevención, acompañamiento y erradicación de la violencia contra las mujeres”.
