«El peronismo tiene un costado punk, le gusta molestar»
El guionista y escritor Pedro Saborido (co-equiper de Diego Capusotto) habló con APU RADIO a partir del lanzamiento de su último libro sobre el peronismo. «El peronismo aparece como el lugar de todos los defectos. Y el peronista disfruta de ese lugar incómodo», describió.
Por Melany Grunewald, Boris Katunaric y Martín Massad
APU: Eligió para su libro sobre el peronismo, un título muy largo (el tìtulo abarca toda la tapa)…
Pedro Saborido: Es un título largo, un poco molesto, ¿no? Es un título molesto pero abarcativo de la idea que quisimos reflejar en el libro. Queríamos que el título fuera toda la tapa, así nos evitábamos usar la iconografía clásica. No quisimos problemas (risas). Buscamos naturalizar al peronismo, que sea parte de nuestra vida cotidiana. Ahora aparece de nuevo el «no vuelven más», «no existen más», siempre hay una refundación del final del peronismo, que nunca llega.
APU: ¿Con el personaje Bombita Rodríguez buscaban naturalizar, desde el humor, al militante guerrillero peronista?
PS: La tragedia que vino después no es nada simpática ni divertida. Bombita se desarrolla antes, en ese momento festivo, de ebullición popular. Esa previa que va desde fines de los 60 a principios de los 70. Construimos el personaje en blanco y negro, que tiene que ver con cómo mirábamos la televisión con Diego Capusotto cuando éramos chicos. Pasa mucho con ese peronismo, donde la mayoría de las imágenes son en blanco y negro. Es díficil ver una foto de Perón en colores, nos suena extraño. Vos mirabas un programa un sábado, de entretenimiento, para pelotudear, en el medio aparecía una conferencia desde la clandestinidad. Esos mundos conviven en Bombita. Esa naturalidad con la que lo vivíamos. Hoy lo podemos incorporar con una mirada más cercana, rescatando esa alegría que hubo en algún momento.
APU: Sacó este libro sobre peronismo y hace no mucho publicó otro sobre fútbol. ¿A qué se debe ese nuevo perfil?
PS: Los dos libros salieron medio de casualidad. El de fútbol salió a partir de una idea del periodista y amigo Mariano Hamilton. Escribí unos cuentos para la revista «Un caño» y después se volvió libro. No entiendo un pomo de fútbol pero ahí están los cuentos. El libro del peronismo tiene otro origen también raro. La gente de la editorial Planeta me propuso si quería escribir sobre algo. Se nos ocurrió hacer algo sobre el peronismo. En un primer momento, pensé en hacer algo ensayístico, pero me aburrí a las 20 páginas. A los humoristas nos pasa: nos cuesta tomarnos en serio las cosas. Y ahí aparecieron los cuentos.
APU: Cada cuento viene con una explicación y están firmados por personas.
PS: Claro, me gustó esa idea. Cada cuento viene con un análisis al final, una especie de bajada de línea. Lo voy a mantener en el segundo tomo.
APU: En una entrevista decía que el peronismo es el lugar incómodo de la sociedad. ¿A qué se refería?
PS: Siempre aparece como vinculado a la anomalía, a lo anormal. Siempre hay que explicarlo. En un momento Osvaldo Soriano le hace decir a un personaje aquella frase que escuchamos tanto: «Yo no me meto en política, soy peronita». Hoy, la frase es al revés: «Yo no me meto en política, no soy peronista». Se supone que el que hace política es el peronista. Hoy, mucha gente se jacta de que no tiene ideología, es como una virtud. Es un individuo casi victimizado, que hace lo que tiene que hacer. Como si dijera: «yo no tengo riñones». Hay como una aceptación de un orden de cosas, que hay que cumplir y ya. Entonces, cuando aparece el peronismo tiene que andar explicando todo. Si tiene sectores de derecha o de izquierda. Como si eso no pasara en cualquier otro espacio político. El peronismo aparece como el lugar de todos los defectos. Y el peronista disfruta de ese lugar incómodo. El peronista tiene un costado punk. Disfruta de eso de meter las patas en la fuente. A pesar de que el peronismo tuvo sus planes quinquenales, la planificación, una mirada sobre el orden, se lo ve como algo pasional. Y al peronista le gusta verse así. Y se da que cuando el peronismo no molesta, no es interesante.
APU: ¿Como durante el menemismo?
PS: No lo sé. El menemismo hizo muchas cosas que estos papafritas no se animarían a hacer. Como reprimir un alzamiento militar o terminar con la conscripción. Solo un peronismo pudo hacer algo tan osado como el menemismo. El peronismo es tan irrespetuoso que a veces no respeta ni a su propia historia.
APU: ¿Dónde se juntan el peronismo y el rock? ¿En eso de poner las patas en las fuentes?
PS: Perdón si respondo largo, pasa que me tomé un Quraplus porque estoy resfriado. Así que cada respuesta puede durar 10 minutos (risas). Guarda con lo que preguntan. Muchas veces el rock se pone por fuera de la política. Yo que soy medio hippie te lo digo. Pero está bueno lo que dicen. El peronista tiene eso del punk, goza con molestar, con ser incómdo. Goza en que el burgués se asusté un poco. Disfruta de esa mezcla de miedo y odio que a veces provoca. Y no es solo el peronista de clase baja el que molesta. También el de clase media-alta, el ilustrado. ¿Por qué este hijo de puta se nos hizo peronista? Hay como una traición de clase. Aún con sus sectores conservadores, el peronismo molesta. Cuando Jorge Triaca padre fue al Jockey Club (en los 90) tuvo una cosa bien peronista. No es cualquier otro yendo al Jockey Club. Fue una actitud muy peronista.