El método cruel que utilizará Tierra del Fuego para matar perros salvajes
Sectores de poder de Tierra del Fuego propusieron llevar adelante una matanza de perros asilvestrados, argumentando que atacan al ganado y afectan también la actividad turística de la provincia. La medida, planteada por el ministro de Agricultura, Walter Abregú, el presidente de la Asociación Rural, Fernando Gliubich y el diputado nacional y pre candidato a intendente de Río Grande por el Bertonismo, Martín Pérez, comprende enterrar eyectores de cianuro en diversas zonas.
“Se está trabajando en el monitoreo y la colocación de trampas. Se obtuvo, además, la autorización del instituto de sanidad, para poder importar un dispositivo que tiene un eyector de cianuro. No causa ningún tipo de efecto colateral a la fauna de la provincia”, detalló Gliubich. En efecto, se trata de disparadores de cianuro M44.
En ese sentido, en el marco de una entrevista brindada al medio Aire Libre FM, el hombre de la Asociación Rural defendió su posición argumentando que se trata de “animales salvajes”, que “no forman parte del paisaje”.
“Están afectando seriamente a la producción y son un peligro para los humanos”, completó. En tanto, reveló que se encuentra en la búsqueda de “mayor respuesta del Estado para atacar la problemática”.
“Eligieron matar”
El grupo Sin Zoo, conformado por ciudadanos de todo el país que tienen como objetivo defender y hacer respetar los derechos de los animales, manifestó su repudio a la medida.
“Los perros asilvestrados de Tierra del Fuego son la consecuencia de la desidia de los funcionarios. No castrar en las ciudades, no castrar en los establecimientos rurales, no castrar en los centros invernales… lugares donde además la crueldad está a la orden del día”, expresaron.
Asimismo, a través de una publicación realizada el lunes por la noche en sus redes sociales, apuntaron al Ministro de Agricultura de Tierra del Fuego, Walter Abregú, el presidente de la Asociación Rural, Fernando Gliubich y el diputado nacional Martín Pérez: “Son quienes proponen enterrar eyectores de cianuro en el monte, en el campo, en los paseos turísticos y alrededor de las ciudades con el objetivo de matar perros asilvestrados”.
“Pudieron aplicar políticas públicas éticas, pero eligieron matar”, concluye el texto.