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El legado de Jorge Abelardo Ramos: “La unidad latinoamericana es la revolución nacional pendiente”

Por Juan Borges. El hijo del intelectual fundamental de la Izquierda Nacional Jorge Abelardo Ramos, Víctor Ramos, reflexionó sobre la vigencia de los conceptos de su padre. La balcanización de Latinoamérica, las críticas a la izquierda liberal, la presidencia de Julio Argentino Roca y la rivalidad política con el mitrismo.  

Víctor Ramos fue militante del Frente de Izquierda Popular durante la década del 70. Además, fue el primer titular del INADI (Instituto contra la Discriminación la Xenofobia y el Racismo) y presidente del Instituto Argentino de Revisionismo Histórico Manuel Dorrego.

La influencia del pensador latinoamericano fundamental del Siglo XX

-¿Qué influencia consolidó Jorge Abelardo Ramos en la intelectualidad argentina del campo popular? 

Víctor Ramos: Mi impresión es que abrió una grieta en la “inteligencia” porteña que hasta el nacimiento de la Izquierda Nacional en 1945 era monolíticamente liberal de izquierda o derecha. Hoy vemos amplios sectores con un pensamiento nacional y latinoamericanista.

La definición de la Argentina como un país semicolonial y el planteo de que el imperialismo ejerce sobre los países de esa misma condición una clara colonización pedagógica, es uno de los puntos que Abelardo planteó en soledad y hoy es un concepto incorporado.

La tesis de la “colonización pedagógica” fue desarrollada en su obra “Crisis y resurrección de la literatura argentina” editado por primera vez en 1954 y conserva su frescura y una actualidad inquietante. El gran poeta argentino Rodolfo Edwards se refería a esta obra como: “Es un libro joven, porque el joven que lo escribió no tuvo miedo de ir contra la corriente, resignó los honores que pudiera haberle otorgado el aparato cultural oligárquico, en pos de las mayorías populares”.

Efectivamente, es Abelardo quien desnuda en esta obra e infinidad de artículos, a Borges, Martínez Estrada, Sábato, Cortázar y tantos “próceres” de la literatura bilingüe, como la llamaba.  Abelardo profundiza la tesis de Manuel Ugarte, e instala en las universidades latinoamericanas la idea de la Nación Latinoamericana.

-¿Qué vigencia considera que tiene el concepto trabajado por su padre de Izquierda Nacional? 

Creo que la nueva generación lo está descubriendo sola. Muchos jóvenes están leyendo sus libros y miles visitan la página web de sus artículos. La vigencia es natural ya que las banderas que plantea la Izquierda Nacional son las de la unidad latinoamericana y la tercera posición.

Patria Grande Sin Fronteras, es uno de los movimientos que sigue su pensamiento e integra la agrupación Peronismo Para Todos que impulsa la UOM entre otros gremios obreros. La vigencia del pensamiento de Jorge Abelardo Ramos es indudable porque sus metas están inconclusas.

Sus obras recorren todos los países latinoamericanos y fueron editadas en Brasil. La influencia de la Izquierda Nacional en el “traballismo” de Jango Goulart y Leonel Brizola o en el PT de Lula y Dilma; en el movimiento campesino y minero boliviano con el compañero Andres Solís Rada (ex ministro de Hidrocarburos de Evo Morales) está fuera de toda duda. Incluso hasta en la propia Cristina Fernández de Kirchner quien me comentó que había votado por la fórmula Perón-Perón con la boleta que propuso Abelardo.

También en Uruguay las tendencias nacionales y populares se identificaron con Abelardo. Allí vemos a sus amigos como Alberto Methol Ferré, Vivian Trías, José Díaz y tantos otros latinoamericanistas.

 

Hasta el comandante Chávez en una reunión de la CELAC ante la totalidad de los presidentes de AL señaló que “hay que leer a Jorge Abelardo Ramos que es peronista y marxista. Ramos entendió la “cuestión nacional”. Anteriormente, su ministro de cultura distribuyó en todas las universidades venezolanas los libros de Abelardo. Podría abundar mucho más sobre la influencia de las ideas de JAR en México, Colombia y Centro América.

Por otro lado, creo que pondría en primer término el tema de la mujer. El Frente de Izquierda Popular fue el primer partido en la Argentina que se proclamó feminista. El rol político, social y familiar de la mujer fue central para Abelardo. Lo planteaba en 1970 en soledad. Recuerdo que sostenía la necesidad de constituir lavaderos comunitarios de ropa y compartir las tareas domésticas con los hombres. Fue un revuelo en el propio partido. El resto de la sociedad lo miraba con sorna. Fue él quien en los 90 impulsó la ley del cupo femenino que rompió el dique de censura que pesaba sobre las mujeres para acceder a los cargos y candidaturas públicas.

El debate sobre la presidencia Julio Argentino Roca

-Ramos propone una mirada reivindicatoria de la figura de Julio Argentino Roca. ¿Podría desarrollar los fundamentos esa concepción?

El papel de Julio Argentino Roca es central en la tesis de Abelardo para entender la contradicción entre las provincias argentinas con la burguesía comercial porteña aliada a la oligarquía ganadera de la provincia de Buenos Aires.

Abelardo planteaba que la grieta del Siglo XIX no era unitarios contra federales, sino provincianos y porteños que disputaban el control de la aduana y el puerto de Buenos Aires. Como un torniquete se ahogaba desde el puerto a la producción nacional en beneficio del libre mercado y la Argentina agroexportadora.  Es el general tucumano Roca quien en 1880 a sangre y fuego derrota al mitrismo porteño y bonaerense en una guerra civil que dejó más de tres mil muertos en la Ciudad de Buenos Aires.

Roca y sus “chinos”, como llamaban con desprecio a los soldados provincianos los pitucos porteños, entraron a la actual Ciudad Autónoma y realizaron una revolución social inédita.  Federalizar la ciudad, nacionalizar la aduana y el puerto. Le quitaron a la Provincia de Buenos Aires su ciudad capital y fundaron a cambio la ciudad de La Plata, lo más lejos posible de la anterior.

Lo que no pudo Artigas, Facundo, el Chacho Peñaloza, ni Urquiza, lo logró el general Roca que cortó con la espada la cabeza de la víbora. La ciudad de Buenos Aires y sus habitantes Perdieron todos los derechos económicos y políticos que ostentaban. Desde 1880 los impuestos aduaneros pertenecen a todos los argentinos.

Los ciudadanos de la Ciudad de Buenos Aires no votaron durante 100 años a su Jefe de Gobierno o intendente. De Roca hasta la reforma constitucional de 1994 éste era elegido por el presidente de la Nación. Abelardo observó en Roca al hombre que consolidó la actual Argentina cuyos límites difusos llegaban a Carmen de Patagones; y contra lo que la bibliografía mitrista hipócritamente sostiene, pone en cuestión el supuesto exterminio indígena cuando en definitiva los incorporó al Ejército Nacional o titulariza grandes extensiones de tierras a sus comunidades.

Como decía Juan Bautista Alberdi, a quien Abelardo también rescata en cuanto a su valiente posición pro paraguaya en la guerra de la Triple Alianza y su feroz crítica al mitrismo, Buenos Aires es como esos muñecos de pies de metal que siempre se levantan por más golpes que reciba. Y así fue en cuanto al final de Julio Argentino Roca que terminó aliado a la vieja oligarquía ganadera y al mitrismo que había sabido combatir y vencer.

La nación latinoamericana que no fue

-¿Cómo analiza el elemento central de la obra de Ramos respecto a la unidad latinoamericana?  

“Somos un país porque no pudimos ser una nación y fuimos argentinos porque fracasamos en ser americanos”, así arranca Revolución y contrarrevolución en la Argentina en su primer tomo, Las masas y las lanzas. Y continúa, “aquí se encuentra todo nuestro drama, y la clave de la revolución que vendrá”.  Abelardo fallece el 2 de octubre de 1994 y si bien había sido despedido por el canciller Guido Di Tella y el presidente Carlos Menem de la embajada argentina en México por manifestarse contra la política de desindustrialización, enfrentarse con el embajador norteamericano John Negroponte y denunciar a los Estados Unidos por la invasión de la República de Panamá, no dejaba de ser optimista en cuanto a la firma del Tratado de Asunción que puso en marcha el Mercosur.

“Desde las guerras de la independencia no sucedió nada más importante para América Latina que el nacimiento del MERCOSUR”, sostuvo.  Y por las suyas organizó el Mercosur Cultural.  Recuerdo una reunión que mantuvo con Fidel Castro en La Habana mientras fue embajador en México. Luego de ese largo encuentro dijo que con Fidel habían coincidido en una respuesta a una pregunta que ambos consideraban central: “¿Qué es ser revolucionario hoy en América Latina? Ser revolucionario en América Latina es luchar por su unidad. Todo lo demás viene por añadidura”.

-La combinación de elementos marxistas con elementos nacionalistas es también uno de los elementos fundamentales de la obra de Ramos. ¿Qué lectura hace de ese aporte teórico?

Fue Abelardo quien sintetizó las banderas de la izquierda con las del peronismo. Recordemos que todo el sistema intelectual argentino consideraba a Juan Domingo Perón un “nazi-fascista”. Especialmente los partidos de la izquierda en 1945 representados por el Partido Comunista y el Socialista de Juan B. Justo, que no dudaron en cerrar filas con la Embajada Norteamericana para enfrentar al peronismo.

La izquierda colonial o cipaya, como él la llamaba, no comprendió el surgimiento de los movimientos de liberación nacional que surgieron en América Latina.  Desde el marxismo se sostenía que la contradicción fundamental era “burguesía o proletariado”. En los países centrales con desarrollo industrial y una política imperialista esa controversia podría ser correcta. Pero al llegar estas ideas a las colonias o semicolonias adquirían un carácter anti obrero y un significado distinto.

Marx desde Inglaterra sostenía que el desarrollo de la burguesía determinaría indefectiblemente la revolución proletaria. Y sucedió lo inverso. Una vez afianzadas las burguesías en los países centrales concentraron más poder y concentración de la riqueza sin que los movimientos obreros de estos países adquirieran una concepción comunista y mucho menos internacionalista.

La lucha de los movimientos nacionales en las colonias o semi-colonias tiene un carácter antiimperialista, decía. Eso es lo que determinó que apoyara claramente al peronismo. Entendía que la contradicción burguesía – proletariado no era aplicable en nuestros países. La controversia central en América Latina era y es entre el proletariado y la burguesía nacional enfrentando a la oligarquía autóctona aliada al imperialismo, inglés en un primer momento, norteamericano después.

Desde una concepción de revisionismo histórico socialista y nacional desarrolló sus principales obras: Historia de la Nación Latinoamericana y Revolución y contrarrevolución en la Argentina que le permitieron encontrar en los caudillos provincianos y latinoamericanos la clave y el hilo histórico de las luchas nacionales. La izquierda tradicional argentina era mitrista y muchos aún los son.

Abelardo decía que los países centrales (en referencia a Estados Unidos, Francia, Alemania, Italia, Inglaterra) hicieron sus revoluciones y constituyeron su unidad nacional. Por el contrario, en América Latina, no habíamos realizado nuestras revoluciones y mucho menos habíamos logrado la unidad nacional. Volviendo sobre esto, decía que, logramos la independencia de España a costa del perder la unidad. Y ese fracaso fue el que llevó al exilio a San Martín, Artigas y Bolívar.

Derecha e izquierda en la actualidad

-¿Qué reflexiones puede hacer en referencia a la proliferación de propuestas de derecha en la actualidad? ¿Qué hubiera expresado su padre al respecto?  

No me atrevo a deducir que opiniones tendría hoy “el colorado” sería una falta de respeto de mi parte. Ya es bastante el esfuerzo que he realizado intentando sintetizar respuestas breves a preguntas tan precisas.

Por mi parte diría que los conceptos de derecha e izquierda en países semicoloniales no son muy claros. El imperialismo (palabra cada vez menos usada) tiene su izquierda y su derecha y el frente nacional y popular también tiene ambos polos. Para ser más precisos, hoy el MST – MÁS – FIT, etc. son la izquierda de la oligarquía y el imperialismo. Como lo fue el PC y el PS en 1945.Hoy los sectores reaccionarios son los que expresan posiciones xenófobas y anti migratorias. La unidad latinoamericana es la revolución nacional pendiente, de eso seguro estará de acuerdo Abelardo.

Fuente: Agencia Paco Urondo

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