El gobierno de Javier Milei ha redoblado la apuesta en su objetivo de entregar el Paraná
No creemos en un Estado burocrático, corrupto ni parasitario.
Compartimos comunicado del Foro por la Recuperación del Paraná y Encuentro Federal por la Soberanía.
La imagen que ilustra esta nota ha sido realizada con ayuda de inteligencia artificial. Sin embargo, lamentablemente la realidad puede resultar aún peor de lo que puede imaginarse digitalmente.
El gobierno de Javier Milei ha redoblado la apuesta en su objetivo de entregar el Paraná a empresas extranjeras. Lo hace con el visto bueno de las cámaras que agrupan a las agroexportadoras (en su mayoría extranjeras) que se aseguran de este modo un esquema en donde el Estado prácticamente no ejerce control alguno, y nuestro río queda delineado en función de los intereses de estas multinacionales.
No sorprende que personajes como Luis Zubizarreta (presidente de la Cámara de Puertos Privados Comerciales y CEO de la francesa Dreyfus) o Gustavo Idígoras (Cámara de la Industria Aceitera y ex-gerente de la norteamericana Monsanto), “sugieran” todo el tiempo modificaciones en su beneficio. Tienen un gobierno que claramente actúa en función de sus intereses.
No creemos en un Estado burocrático, corrupto ni parasitario. Pero eso no justifica renunciar a ejercer la soberanía sobre la principal vía fluvial por donde circulan las riquezas que se producen en toda la Cuenca del Plata, y de ahí su carácter estratégico.
Un crimen ambiental
El lobby agroexportador ha logrado incorporar el dragado a 44 pies, sin contemplar ningún estudio de impacto ambiental que justifique semejante decisión. Es más, en el Pliego se delega en las empresas dragadoras, dichos estudios. Una verdadera farsa para quienes entendemos que la defensa de nuestros bienes comunes no puede quedar en manos de intereses privados y extranjeros.
Desde su creación en 1898 hasta 1995, la Dirección Nacional de Construcciones Portuarias y Vías Navegables realizó un estudio permanente sobre nuestro río y construyó un patrimonio científico invalorable que permitió mantener la navegabilidad de nuestro río de un modo respetuoso con el medio ambiente.
Es la mejor demostración de que es posible transformar el medio, y que puede hacerse en función de lograr un crecimiento y un desarrollo que beneficie al conjunto del pueblo argentino. Por eso, hablar de medio ambiente sin defender un papel protagónico del Estado ejerciendo soberanía, es también una falacia.
El hombre a lo largo de su historia ha transformado el medio para poder lograr satisfacer sus necesidades. Pero está claro, que en manos de los enemigos de la flora, la fauna, de aquellos que impulsan un modelo productivo que ha arrasado 70 millones de hectáreas para garantizar la provisión de soja y otros cereales que demandan las grandes potencias, no habrá más que un ecocidio asegurado.
Mejor malo conocido que bueno por conocer
Si hay algo que parece quedar claro en el texto del pliego, es que las condiciones planteadas son un “traje a medida” en beneficio de la actual empresa prestadora del servicio: la belga Jan De Nul. Se ve que no les alcanzó con mantener este negocio por 30 años, y quieren lograr otra hazaña: el dominio colonial de nuestro río Paraná, por un plazo que podría alcanzar los 90 años…
Es decir, los 30 que ya tiene, sumados a los 60 que habilita el Pliego. Una entrega de soberanía que no tiene antecedentes en ningún lugar del mundo.
Quizás tenga que ver con esto, que durante todos estos años han sido posibles, múltiples mecanismos de triangulación, subfacturación y evasión, en la que son fundamentales que todos los eslabones del comercio exterior estén en “manos amigas”…
Seguiremos dando la pelea, porque como siempre decimos:
ENTREGAR EL PARANÁ ES COMO ENTREGAR NUESTRA BANDERA