El Foro Civil de la Justicia tiene casa nueva y muy claro el horizonte
Un compañero de los jóvenes judiciales fue quien cedió el espacio de Bartolomé Mitre al 1400, para que armaran allí su casa. La solidaridad y el sentido de compañerismo eran las primeras señales del emprendimiento.
Escribe Alejandro C. Tarruella
La alegría de lo propio
Querían que Federico Vena, secretario gremial del Foro Civil de la Justicia, corriente que se empeña en recuperar para los trabajadores de la Unión de Empleados Judiciales de la Nación, ese gremio hoy hundido en las tretas de la vieja cortesanía de dientes amarillos, inaugurara para compañeras y compañeros, el espacio propio. Así comenzó la pequeña epopeya.
Hubo que trabajar las paredes, despejar las antiguas pinturas y repintar con los colores del presente, ese pequeño hogar de la esperanza; buscarle muebles, unos pocos, justo lo necesario para armar un rostro a la aventura. Más trabajo llevó el mural. Querían un mural que representara a los judiciales en la calle, rebeldes en su dignidad, contando en la muestra pictórica que están, que son parte del movimiento nacional, en el proyecto de Cristina y la decisión sin quiebres de ser protagonistas de la etapa histórica que vive la Argentina. Trabajaron con ardor y convicción, y al paso de los días encontraron que ese espacio tenía el rostro que identificaba a todas y a todos. Que entraban en la casa y percibían un calor particular que era la suma de la calidez de cada uno de quienes habían decidido estar allí.
Querían un mural que representara a los judiciales en la calle, rebeldes en su dignidad
Prepararon algunas empanadas, unos postres, acomodaron las bebidas y descubrieron que ese 30 de abril sería un día intenso. Desde la mañana fueron a la movilización de los gremios que habían dispuesto el paro nacional con actos en Capital y las provincias, para mostrar al gobierno que el pueblo argentino está de pie. Se organizaron, prepararon las banderas y fueron a fundirse en un abrazo de judiciales, camioneros, empleados del Estado, metalúrgicos, mecánicos, curtidores, municipales, docentes y tantos otros. Escucharon a Sergio Palazzo, Hugo Yaski, Pablo Moyano y otros dirigentes, y regresaron en las primeras horas de la tarde. No era tiempo de descanso y se fueron a la sede de Bartolomé Mitre.
Un día para la esperanza
Dispusieron las nuevas sillas, las mesas, buscaron la comida y los postres más las bebidas y se largaron cuando caía la tarde sobre la zona del Congreso. Recibir a compañeras y compañeros dejó ver que no era un día más, en tiempos de adversidad, la alegría que significaba recibir a cada recién llegado para compartir el sencillo episodio de inaugurar una nueva casa.
Valía en esos instantes lo que dijo alguna vez Aristóteles: “La esperanza es un sueño despierto”
Antes de la palabra sencilla y directa de Federico Vena, el bullicio de los intercambios era intenso, casi musical a saber por la mentada alegría. Estaban Tincho Navarro, Pilar Giménez, secretaria de género del Foro Civil de la Justicia, Graciela Di Carlo, Secretaria de Derechos Humanos, Facundo Masovetzky y otros. Federico aludió a la lucha para alcanzar la actual etapa, al esfuerzo para superar las acusaciones de “ser una patota K”, el viejo recurso de las dictaduras que usan dirigentes avejentados cuando se convierten en cortesanos de los acomodos y el dinero fácil.
Habló de recuperar la UEJN como objetivo para que esa herramienta sindical se reencontrara con sus motivos fundacionales, que es lo que espera una mayoría absoluta de los trabajadores judiciales. Expresó la necesidad de trabajar con vistas a las elecciones de octubre para afirmar el proyecto Nacional y Popular junto a Cristina. “Vamos a volver”, sintetizó, “por los derechos que están siendo pisoteados”, aseguró sin vueltas. Lo decían los jóvenes que representan a la dignidad y la transparencia, los que están a distancia sideral de Comodoro Pro y llegan a terminar con las etapas más oscuras de la justicia.
“Vamos a volver”, sintetizó, “por los derechos que están siendo pisoteados”
La inauguración del mural dejó ver a una expresión artística que permite afirmar una visión histórica puesta en el presente, y compartida en el sentimiento profundo de pertenencia de ese sector importante de los trabajadores judiciales. Si encuentro es reencuentro, ese acto sencillo de jóvenes trabajadoras y trabajadores, lo puso en el papel con que se escriben las mejores páginas de las luchas de un pueblo.
El Foro Civil de la Justicia hizo entonces un día en que se mostraban las cartas, su muestra mejor para confirmar que el camino es arduo, a veces adverso, y la alegría de superar las pruebas es la demostración cabal de que es posible, entre todas y todos, en la Argentina de los tiempos duros.