El Congreso movimientista del peronismo y la esperanza

Pensaba luego de varias conversaciones, un detalle que no me parece menor. Me cuentan de buena fuente, que los ministros y funcionarios apelan muchas veces, a emitir opiniones y directivas del sinley que no fueran dadas nunca. Y cuentan en una intimidad, que cada vez es menos íntima, que lo hacen por necesidad de mostrar acciones donde no las hay.

Es decir, señalan que el presidente dijo tal cosa u ordenó otra y resulta que el susodicho, no lo dijo, ni lo ordenó nunca. Aseguran además, que no lee ni lo que firma. Y agregan que él no habla con muchos ministros y secretarios, ni responde a sus mensajes, encerrado en su cápsula, hace tik-tok, nada más.

Por eso, luego del frustrado aumento de caso 50 por ciento en los salarios del presidente y sus funcionarios, la crisis interna se profundizó en el gobierno. Esto explicaría porque Franco, ministro del Interior, en la reunión de gobernadores, sacó de la improvisación, las comisiones, porque no sabía qué hacer, como no responder a los gobernadores, en una simulación de respuesta. De arriba, en su caso Karina jefe, lo mandaron al frente con una orden y cuando los gobernadores, que dicen a lo lejos, todo está bien, la iniciativa es brillante, y cara a cara piden explicaciones acerca de cómo les van a enviar los fondos, cómo van a distribuir la coparticipación sacó las comisiones ante una encerrona.

Cuando querés invalidar o no hacer lo que tenés que hacer, creá una comisión, viejo truco. Así se avanza hacia la nada. De ellos surge una certeza: él está desquiciado, corre hacia donde no sabe hacia un lugar que desconoce. Y ella, más serena, Karina del otro lado, no tiene la menor idea de objetivos, destino o programa. Eso explica que a la reunión, no fueron ni Sinley ni Caputo. Uno porque tendría que explicar sus insultos y el otro porque no sabe que decir, ni adonde ir y tiene pánico escénico. Incluso es posible que el hoy uno, haya ido y se perdiera en el parque japonés.

Ahora bien, “los nuestros” -salvo la CGT, los gremios, las CTA y movimientos sociales, y ahora la iniciativa movimientista de Gildo (llamar al PJ e invitar desde la CGT, movimientos sociales y otros colectivos para estar presentes)-, dudan y actúan sin orden con falta de reflejos, se debaten en diferentes matices de una expresión confusa, y actúan al boleo. Les falta iniciativa propia (En estos días salió a hablar Recalde, luego de descansar de las ideas y la acción por un tiempo). Esa es la crisis.

Zona de conducción

Por lo tanto, un descenlace necesita una zona de conducción, gobernadores, movimiento obrero o algo semejante, y una zona de imprevisibles que es posible detectar aunque es difícil determinar.

No dejemos afuera, el panorama internacional. Tomemos allí, solamente, las recientes iniciativas de Biden que podemos sintetizarla en el impuesto a las grandes fortunas que estaría en el 25% más iniciativas sociales. Se une a eso, la crisis de Gaza donde ahora en EE.UU se habla de genocidio, y se envían alimentos a los palestinos bajo agresión ahora reconocida desde la ONU al norte, hoy en conflicto de tierra adentro.

No olvidar, que Francisco le pidió al Zelensky de Ucrania, que se deje de joder (juntar fondos de la “ayuda” para hacer creer sus reservas a la hora de irse a vivir a Londres), saque la bandera blanca y vaya a negociar la paz. Si el Sinley arma un viaje a Kiev entonces, analiza que su destino se anuda al del tiranzuelo ucraniano, en horas de derrumbe. Como se sabe, el tipo no sabe lo que pasa.

Hacia el encuentro común

En ese cuadro, es posible encontrar elementos para una salida a este entuerto en el que va quedando claro la profunda crisis de las instituciones, al derrumbarse el modelo político ’83 que lo sostenía. La confusa democracia mezclada con la ley de entidades financieras de Martínez de Hoz, vigente.

En parte la crisis se debate, entre los desgastados operadores de gobierno y sus jefes, que no tienen comunicación y ensayan propuestas para comunicar sin saber adónde llegan, y la camarilla política de oposición, donde están muchos de los nuestros, que carecen de ideas e iniciativa para dar un paso por temor, entre otras cosas, de perder lo que tienen entre manos.

Quedan en el centro de escena el movimiento obrero, los que lo siguen hoy y son muchos, y algunos gobernadores desde donde puede surgir una conducción.

A todo esto, se trata de conducir al conjunto, incluso al progresismo del arco del eurosur nativo, que cree que se mira al futuro siguiendo en el calendario los años que llevan a los ’70 y la línea de pensamiento de sus cultores en los armados regionales. Se trata de traerlos a América y reordenarles el camino.

La fiesta de los poderosos también, nos condujo a este estado de cosas sostenido en una cultura de puerto que mira a Londres, escucha su música y dispone de títulos en inglés en su vida cotidiana como en una continuidad de la ocupación británica de 1806.

De ahí que hoy es de vital importancia, recurrir a la historia, a sus ejemplos, sus héroes y a la actitud del pueblo de la Nación, rebelde frente a Rivadavia, el Directorio, Lavalle y cuánto tiranzuelo anda de vaganza por ahí. Las provincias allí, son hoy una opción fundamental para “dar vuelta la tortilla” y encauzar las cosas en camino a una reconstrucción con centro no ya en el puerto, sino en el país en su conjunto, tomando en serio los temas de Malvinas, la Antártida y una reforma de Estado importante y urgente, a los fines de tomar los fondos que hoy se fugan (Caputo al respecto, puede darnos lecciones acerca de cómo se realiza el saqueo) y generar así, las inversiones desde adentro en un marco de unidad nacional, regional y multipolar.

Es más, no hay necesidad de enojarse con nadie. Se trata de que nuestra dirigencia, se pare en los intereses del país, su humanidad, su naturaleza, sus bienes. No hay más que seguir a Rosas en su conflicto con ingleses, franceses y cipayos de adentro. El brigadier general, no sometió jamás sus ideas de la dignidad nacional a ideas importadas de los centros imperiales. Negoció con grandes potencias y sostuvo los intereses del país conduciendo la iniciativa nacional ante las pretensiones anglo francesas.

El marco de la problemática actual del país, es político, filosófica, histórica y cultural más que económica. Sitiar al pueblo por hambre y acentuar la represión, no indican que se exclusivamente económico como comparten en gran medida, oficialismo quebrantado y oposición en camino a un tipo de unidad.

La eliminación de la historia de la educación luego de la guerra de Malvinas, va de la mano de un grado de confusión, de caída profunda de la autoestima del pueblo argentino en su propia fuerza por historia y por presente, son parte de estos sucesos. La eliminación de la compra de libros para enviar a escuelas de todo el país, el plan de lectura (Alberto Silioni lo sabe) que recorría las provincias, se recortan a su vez, como parte de los derechos del pueblo.

Del mismo modo, que no se envían alimentos a los comedores y se expulsa de su empleo a miles de argentinas y argentinos. Esto es lo que hay que reconstruir pero no en el mismo sistema sino creando uno nuevo que recoja las experiencias del pasado y haga piel en el presente como parte de una acción activa de participación del pueblo argentino. No es posible que niñas y niños en las escuelas no tengan elementos para recibir enseñanzas mientras que los countries (con seguridad para evitar el contacto con el pueblo) se ahogan en lujo discriminatorio que niega el país, su cultura y a sus habitantes.

Es imposible resolver con represión militar lo que es una necesidad (y un derecho) que va a ser saqueada para naturalizar el despojo, la usura y la negación de país y de Patria. Recordemos a Balzac cuando sostenía, que donde hay lujo, siempre hay un crimen. El gobierno sustituye la verdad, metáforas gastadas como monedas que en su desgaste, no pueden ser identificadas. Estamos en momentos definitorios.

No se puede continuar con la asistencia de la miseria popular a la medicina privada (que priva), a los bancos, a los seguros, a la ambición sin descanso de los miserables y los usureros, cuyas ganancias se nutren de la desgracia colectiva como si estuviésemos en épocas que, en apariencia, han sido superadas.

Los recursos nacionales deben volver a sus legítimos dueños, el pueblo herido, hambreado, a quien niegan su derecho a la educación, al trabajo, a la salud, a la ciencia, a la vivienda, al deporte, al arte que constituye su dignidad. Por eso una solución para esta problemática, consiste en mirar el país desde adentro, desde sus pueblos, sus ciudades, sus provincias desde donde es posible imaginar y realizar una Nación en su conjunto, activar alianzas, regionalización, multipolaridad y en síntesis un destino común de justicia social y soberanía política.

El 22, recordemos, apremiado por el hambre, la desocupación y la crueldad del régimen, hay un congreso movimientista del peronismo, amplio y diverso, al que llamó un gran gobernador: Gildo Insfrán, de Formosa, líder peronista nacional. En tanto, se puede repetir, que en el dolor, la esperanza se rebela. Y se alimenta de resistencia en una sonrisa común que siempre avista un amanecer venturoso.