Edgardo Rovira: “Dame un limón”
En 1991 el entonces Canciller Di Tella en un encuentro en Washington con las máximas autoridades del Banco Interamericano de Desarrollo, pronunció la famosa frase que hablaba de tener “relaciones carnales y abyectas” con Estados Unidos. 26 años después, la historia se repite, pero ahora hablamos de limones. Limones que el presidente Mauricio Macri está tratando de vender en Estados Unidos desde el primer minuto de su asunción. En diciembre de 2016 dijo que, vender limones es una muestra de “seriedad y confianza” que demuestra la Argentina, porque Estados Unidos otorga permisos de este tipo cuando se demuestra “coherencia en todos los campos”.
En la visita de hace casi dos semanas del vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, el gobierno de Macri recibió elogios y promesas de “una lluvia de inversiones”. En conferencia de prensa Pence dijo que: “con la energía que tenemos ambos gobiernos vamos a aumentar las relaciones comerciales, especialmente en temas agrícolas”.Por su parte, Mauricio Macri dijo que “con la visita de Obama primero y luego con el recibimiento de Trump en Washington, se demostró un nivel de interés y afecto que a todos nos llegó …aumentará el comercio, el flujo de inversiones, la lucha contra la corrupción, el narcotráfico”.
Días después de estas declaraciones y de las fotos en alta calidad que se tomaron en Olivos, el gobierno de Macri tuvo que mitigar consecuencias de las políticas tomadas por Estados Unidos desde entonces, sin poder dar demasiadas buenas noticias ni capitalizar el resultado de los limones. Es que después de tantas idas y vueltas Trump autorizó el ingreso del famoso cítrico, pero ese permiso no fue gratis, la Argentina debe permitir a cambio la entrada de carne porcina al país, algo que no ocurría desde 1992.
Es que después de tantas idas y vueltas Trump autorizó el ingreso del famoso cítrico, pero ese permiso no fue gratis, la Argentina debe permitir a cambio la entrada de carne porcina al país, algo que no ocurría desde 1992
Se dice que las exportación anual de limones a Norteamérica llegará a unas 20.000 toneladas, por un monto de u$s 50 millones (poco, teniendo en cuenta que la producción total de limones es de 1.300.000 toneladas, con una facturación de u$s 800 millones). A su vez, Estados Unidos anunció que volverá a exportar carne de cerdo después de 25 años, la medida pone en riesgo unos 35.000 puestos de trabajo y un importante riesgo para los productores de perder un deteriorado mercado interno. Es que este año se estima que las importaciones de carne de cerdo alcanzarán las 50.000 toneladas, casi un 100% más que en 2016. Tengamos en cuenta que ya el año pasado las importaciones de ese producto crecieron un 120% respecto a 2015. El sector realmente está en crisis.
Tengamos en cuenta que ya el año pasado las importaciones de ese producto crecieron un 120% respecto a 2015. El sector realmente está en crisis
Como si fuera poco haber permitido el ingreso de carne de cerdo al país, nuestra sumisión al país del norte no alcanzó para evitar que el gobierno estadounidense aumentara los aranceles a la entrada de biodiesel de Argentina, un negocio de u$s 1.240 millones que representa unos 3.500 millones de litros (25% de las ventas totales del país con ese destino). El biodiesel es la principal exportación argentina a Estados Unidos, al tiempo que el 90% de la producción local de biodiesel exportable tiene como destino ese país. La tasa del 64% pone en riesgo todo el sector de producción de biodiesel y puede perjudicar el precio de la soja. La actitud de Washington obligó al gobierno de Macri a reabrir las negociaciones, intentando amortiguar el efecto económico y electoral que puede tener la medida. Sin “guerrilleros mapuches” a los que culpar, ni pudiendo acusar a la Administración de Trump de kirchnerista. Tanto el canciller Jorge Faurie, el ministro de Producción Francisco Cabrera, y el embajador interino Thomas Cooney anunciaron rondas de renegociación entre ambos países. La realidad es que nadie sabe cuánto le costará a la Argentina destrabar esta medida, se habla de mayor apertura de importaciones por parte de nuestro país de productos norteamericanos, instalación de bases militares en territorio argentino, reducción de cuota de ingreso de biodiesel y oportunidades de aprovechar privatizaciones de empresas del Estado.
Lo que ocurrió la semana pasada confirma el error en la política internacional comercial del gobierno de Macri, ya que los funcionarios de Cambiemos celebraron el reingreso de los limones desprotegiendo el resto del comercio y volviendo el festejo en tragedia. Ahora los limones son apenas una limosna que recibimos de Estados Unidos por entregar nuestro mercado interno y producción nacional.
La realidad es que nadie sabe cuánto le costará a la Argentina destrabar esta medida, se habla de mayor apertura de importaciones por parte de nuestro país de productos norteamericanos, instalación de bases militares en territorio argentino, reducción de cuota de ingreso de biodiesel y oportunidades de aprovechar privatizaciones de empresas del Estado
Pero la cuestión es siempre la misma, Mauricio Macri pretende restaurar las relaciones que tuvo la Argentina con EEUU durante el gobierno del ex Presidente Carlos Menem con las mismas características y beneficios para la oligarquía nacional. Esas políticas beneficiaron durante los 90´ al Grupo Macri. La idea es simple, reforzar a los grandes grupos capitalistas socios, amigos y familiares de Macri sin importar costos o daños, permitiendo el ingreso sin restricciones de los capitalistas transnacionales en función de una acumulación mayor de riqueza, la que el gobierno asegura otorgar a través de la bicicleta financiera, la evasión de ganancias y la fuga de capitales. Es hora de volver a la Patria Contratista y a las privatizaciones de los bienes nacionales. La SRA sonríe, la producción de materias primas es enteramente para la exportación, sin retenciones que limiten las ganancias. Es claro que hay un proyecto de recolonizar América Latina, en especial a Brasil y Argentina. El macrismo sienta las bases de una restauración de carácter conservador y una matriz de distribución del ingreso regresiva y contraria al paradigma que vivimos durante los 12 años de kirchnerismo.
El gobierno de Macri se desespera por volver a contar con el “Consenso de Washington” y las hojas de ruta del FMI que permiten disponer de rescates y garantías millonarias que sirven para que las grandes empresas puedan dolarizar sus beneficios y sacarlos del país sin riesgo alguno, mientras los argentinos debemos contentarnos con “dame un limón”.