
Edgardo Rovira: Con Macri… sí hay mal que dure 100 años
Ya no hay sorpresa en el endeudamiento de Macri que bate records históricos de emisión de deuda pública, externa e interna. Los ejecutores del plan de gobierno son cuadros ortodoxos, conservadores y dogmáticos. Creen que toda política de inclusión a través de programas sociales es “populismo”, y ese “populismo” genera un “gasto fiscal” descontrolado, que genera inflación y arruina el país.
Tampoco hay sorpresa cuando el gobierno de Cambiemos presentan este endeudamiento como supuesta solución a los problemas nacionales generados por el elevado y “ajustado” déficit fiscal. Desde abril de 2016, cuando canceló la deuda a los Fondos Buitre, Argentina “volvió al mundo” y pudo volver a pedir plata en el mercado financiero sin límites ni prohibición.
En 2003 la deuda pública representaba el 139% del PBI y el 82% de esa deuda estaba nominada en dólares, en 2015 esa deuda había descendido al 49% del PBI y 18% estaba nominada en dólares. Con la llegada de la CEOcracia a la Casa Rosada, la deuda en 2016 creció al 63% con 31% en dólares y se estima que en 2017 la deuda termine con un ratio de 73% del PBI y un 41% de esa deuda nominada en dólares. A este ritmo, Macri volverá a dejar a los argentinos con una deuda externa similar a la 2003.
Este nivel de endeudamiento nos va a llevar a la crisis económica. Porque estas deudas nunca tienen que ver con el desarrollo y el bienestar del pueblo, y sí con la especulación financiera y la pérdida de soberanía
Este nivel de endeudamiento nos va a llevar a la crisis económica. Porque estas deudas nunca tienen que ver con el desarrollo y el bienestar del pueblo, y sí con la especulación financiera y la pérdida de soberanía. La deuda no sólo representa grandes ganancias para un sector concentrado y rico de la economía, también es una forma de dominación política, al vaciar de contenido la democracia al condicionar las medidas políticas del Estado-Nación.
Por eso Néstor Kirchner buscó desde el primer día de su mandato desendeudar el país
Por eso Néstor Kirchner buscó desde el primer día de su mandato desendeudar el país. El 15 de diciembre de 2005 en el marco del pago de la deuda al FMI dijo: “La deuda que cancelamos con el Fondo Monetario Internacional, similar a la suma que ese organismo prestó para sostener un régimen de convertibilidad, condenado al fracaso, ha resultado lejos la más condicionante, aún cuando a diferencia de otros países que experimentaron situaciones críticas no recibimos ayuda del Fondo para superar la difícil situación que enfrentamos. Esta deuda ha sido vehículo de intromisiones, porque está sujeta a revisiones periódicas y ha sido fuente de exigencias y más exigencias, que resultan contradictorias entre sí y opuestas al objetivo del crecimiento sustentable”.
En febrero del año pasado el entonces Ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay y el ex Secretario de Finanzas, hoy Ministro de Finanzas, estimaban colocar deuda al 7% anual en 2016 y al 5% anual en 2017 y con vencimientos de entre 5 y 8 años. La realidad fue otra. La toma de deuda se sistematizó a elevadas tasas y a altísimos costos para el país sin que se vieran realmente mejoradas las condiciones de deuda. Hace un año Prat-Gay manifestaba que el arreglo con los holdouts permitiría que la Argentina pagara una tasa de interés de entre el 4,5% y el 5% anual como lo hace Uruguay. Esa mejora nunca sucedió, pero sí se sucedieron las colocaciones de deuda.
La toma de deuda se sistematizó a elevadas tasas y a altísimos costos para el país sin que se vieran realmente mejoradas las condiciones de deuda
Durante el 2016 la argentina se endeudó en casi u$s 50.000 millones, siendo abril el punto máximo de endeudamiento, cuando el macrismo realizó la emisión de bonos más grande de la historia argentina, por un total de u$s 16.500 millones Esa emisión se dividió en cuatro títulos, uno a tres años, con una tasa de 6,25% (u$s 2.750 millones); a cinco años, con una tasa de 6,87% (uSs 4.500 millones); a 10 años y tasa de 7,50% (u$s 6.500 millones) y el mayor plazo, a 30 años y tasa de 7,62% anual (u$s 2.750 millones). En aquel entonces, el Ministro Prat-Gay dijo: “Nos decían que no íbamos a conseguir este dinero, que teníamos que pagar una tasa del 8,5% a 10 años y conseguimos financiarnos a una buena tasa promedio del 7,14% que igual vamos a seguir trabajando para bajarla”.
El gobierno de Macri, en complicidad con sus acreedores, procede a seguir refinanciando la totalidad de los vencimientos de capital con nuevas deudas durante los meses que siguen a abril de 2016. La operatoria es sencilla y más que conocida por todos, se toma deuda para pagar intereses de deuda y refinanciar el capital de la deuda que vence. No hay ningún tipo de desendeudamiento ni intenciones de dejar de endeudar al país. Tampoco la deuda permite desarrollar la industria o realizar grandes obras públicas. Lo que no se fue en pagos de intereses y refinanciamiento, se destina a cubrir el déficit fiscal, algo que está prohibido por la Ley 24.156 de Administración Financiera y sus normas conexas, dado que el artículo 56 de la ley dice taxativamente que se prohíben realizar operaciones de crédito público para financiar gastos operativos y que el gobierno de Cambiemos no piensa respetar.
Sólo en el primer mes del 2017, el gobierno de Cambiemos ha colocado deuda pública directa por más de u$s 17.000 millones. Hubo un préstamo de u$s 6.000 millones a 18 meses de plazo y tasa de interés nominal del 3.8 % anual (2.9 % más Libor 0.9), con garantía de títulos Bonar 24; otorgado por los bancos BBVA (Bilbao Vizcaya Argentaria), Citibank, Deutsche Bank (DB), HSBC (Hong Chan), JP Morgan y Santander. Son los mismos bancos que actúan como colocadores de bonos en el exterior y se entiende que este crédito consorciado y a corto plazo (un año y medio) actúa en la práctica como préstamo-puente dentro del escalonamiento de la colocación de bonos según el Programa Financiero 2017. Y en ese mismo mes de enero se emitieron dos nuevos títulos por un valor total de u$s 7.000 millones, uno de los bonos a 5 años de plazo (vencimiento 2022) por u$s 3.250 millones, con tasa de interés de 5.625 %; y otro bono a 10 años (2027), por u$s 3.750 millones, con tasa del 6,87%.
La operatoria es sencilla y más que conocida por todos, se toma deuda para pagar intereses de deuda y refinanciar el capital de la deuda que vence. No hay ningún tipo de desendeudamiento ni intenciones de dejar de endeudar al país
Hubo otra emisión en marzo, en esa oportunidad en francos suizos por un valor de u$s 403 millones a 3 años y tasa del 3,37%. Una de las mejores (y única) colocación que realizó el Ministerio de Finanzas que no hipotecaba el futuro del país.
Durante mayo el gobierno de Macri llevó a cabo emisiones por un total de u$s 4.295 millones. Amplió el BONAR 2025 y 2037 en u$s 647 y 1.148 millones, respectivamente. Colocó Letras del Tesoro, por un total de u$s 2.500 millones. De este modo, hasta mayo, la deuda contraída por el Estado nacional en control del macrismo fue de u$s 27.122 millones.
Como si toda esta deuda no fuera suficiente, la semana pasada el Ministerio de Finanzas decidió coronar el proceso de endeudamiento con el lanzamiento de un título en dólares a 100 años, sin difusión entre inversores y definida en conferencia telefónica para unas pocas grandes firmas administradoras de fondos de inversión. Fue una operación oscura del Ministro de Finanzas, Luis Caputo, el arquitecto del megaendeudamiento de la nación. De esta operación participó el JP Morgan, asociado con los bancos HSBC, Citigroup, Santander y Nomura, bancos muchos de ellos acusados e investigados por lavado, evasión y estafas reiteradas.
Según Luis Caputo, “Una emisión de este tipo [bonos a 100 años] es posible gracias a que logramos recuperar la credibilidad y la confianza del mundo en Argentina y en el futuro de nuestra economía”. Otra gran mentira, palabras iguales se utilizaron durante el gobierno de De la Rua, para celebrar “el Blindaje” y el “Megacanje”. Y ni la credibilidad, ni la confianza permitieron una reducción significativa en el costo del financiamiento. Los bonos centenarios tienen un cupón de interés de 7,12% anual y, como los títulos se vendieron por debajo de su valor nominal, el rendimiento asciende a 7,9%.
La emisión de un bono a 100 años es algo inédito en la Argentina. El título terminará de pagarse en 2117. En 13 años estaría cubierto el capital recibido y el resto sería para el pago de intereses, los argentinos deberán pagar durante 87 años sólo intereses. Después de pagar los u$s 2.750 millones, vamos a pagar u$s 20.000 millones de intereses. Quiere decir que varias generaciones deberán afrontar el costo de la deuda, 26 presidentes deberán lidiar con los pagos de intereses por una deuda injustificada que vacía las arcas del Estado sin ningún beneficio para la Argentina.
La emisión de un bono a 100 años es algo inédito en la Argentina. El título terminará de pagarse en 2117. En 13 años estaría cubierto el capital recibido y el resto sería para el pago de intereses, los argentinos deberán pagar durante 87 años sólo intereses
Se colocaron u$s 2.750 millones, se recibieron u$s 2.475, porque los bonos fueron entregados con un descuento del 10%, por cada lámina de 100 dólares, el inversor pagó 90. Si se quisiera cancelar anticipadamente, el Estado deberá desembolsar u$s 8.600 millones, un 141% más de su valor nominal.
Todos los indicadores, tasa, tiempo y monto de la operación demuestra que fue una transacción ruinosa para las finanzas del país. Este bono a 100 años sumará más carga de intereses al presupuesto nacional que, según el ITE-FGA, ya está exigiendo el 10,6% del gasto total del sector público nacional en los primeros cuatro meses del año. Desde 2001 que esa cuenta no marcaba dos dígitos.
Esta colocación de deuda debe ser investigada por la justicia ya que no existe ninguna razón, urgencia o necesidad que avale dicho endeudamiento en esos términos. Tengamos en cuenta que días después de tomar estos bonos a 100 años, el Ministerio de Finanzas anunció una licitación de tres series de Letras del Tesoro en dólares a 224 con tasa de 2,85%, 364 con tasa de 3,10% y 532 días con tasa de 3,40% de plazo por un monto total de u$s 1.050 millones. Ya en diciembre colocó u$s 1.500 millones de Letras del Tesoro a 105 con tasa del 3%. ¿Para qué el bono a 100 años con esa tasa que duplica la de la emisión de las Letras del Tesoro que colocan igual o más dólares?
El bloque de diputados del Frente para la Victoria presentó una denuncia penal contra el Presidente Macri, el Jefe de Gabinete Marcos Peña y a los Ministros de Hacienda Nicolás Dujovne y el Ministro de Finanzas Luis Caputo. La demanda pide que se investigue la presunta comisión de los delitos de “administración fraudulenta” y “cohecho transnacional”.
Se trata de una reedición de la vieja argentina, la del Primer Centenario, la que volvió con el PROceso de Reorganización Nacional genocida de la mano de Martinez de Hoz en 1976
Con Macri volvimos a la época de la semi colonia. El endeudamiento macrista no se trata de pragmatismo coyuntural, sino que forma parte de una política coherente con la visión de la Argentina que tienen. No hay que desarrollar al país, somos el “granero del mundo”, productores de materias primas y de grandes beneficios financieros producto de la bicicleta y la especulación. Para lograr esto no les importa subordinar todas las otras variables que hacen a la vida económica del país.
Se trata de una reedición de la vieja argentina, la del Primer Centenario, la que volvió con el PROceso de Reorganización Nacional genocida de la mano de Martinez de Hoz en 1976. Como diría Axel Kicillof: “Tiene un olor a megacanje y blindaje que voltea”, yo diría que tiene olor a estafa hecha y derecha, sobre todo eso, estafa de derecha, mientras cierran las Pymes, quieren quitarle las pensiones a los jubilados, quieren aumentar la edad jubilatoria, no hay presupuesto para educación, ni salud.





