Sociedad

Dos árbitros de fútbol espías en los ´70, a juicio oral

 

 

 

Cuando el árbitro José Francisco Bujedo detuvo el partido, Edgardo Gabbín se sorprendió. No había visto ninguna falta y la pelota estaba en pleno juego en la cancha del Club Nación de Mar del Plata. El hombre vestido de camiseta y pantalón corto negro se le acercó y entonces sí, Gabbín supo que había perdido.

Bujedo ordenó a la custodia de la Montada que lo detuviera. Escoltado por más de un policía fue llevado al vestuario de los árbitros mientras se reanudaba el partido del Torneo Ciudad de Mar del Plata. Era el domingo 9 de enero de 1977 y ése fue el punta pie inicial del cautiverio de Gabbín y de una historia de árbitros miembros del Servicio de Información Naval.

Casi cuarenta años después, Edgardo Gabbín recuerda para Infojus Noticias que aquel domingo de enero, cuando llegó a la cancha de Nación, reconoció enseguida a Bugedo. “No me preocupé porque yo estaba muy cambiado físicamente”, contó. Es que Gabbín había hecho, en 1974, el servicio militar en la Escuela de Suboficiales de Infantes de Marina (ESIM) y ahí se había cruzado con Bujedo. Para entonces ya era militante del Peronismo de Base y sus responsabilidades como militante lo llevaron a pensar en acortar su estadía como conscripto. Una noche que le tocó guardia saltó el alambrado y se fue. Gabbín fue declarado desertor. Eso, más su actividad militante, lo llevaron a pasar más de tres años en la clandestinidad.

Así y todo decidió jugar el torneo de fútbol para el equipo del barrio Libertad. Sentado en el vestuario, esperó. En ese mismo partido, acompañaba a Bujedo en la terna arbitral Narciso Ángel Racedo, también miembro del SIN. Los dos se presentaron ante Gabbín y se lo llevaron en un auto. El destino: la pensión en la que el militante estaba parando. En el camino le hicieron preguntas sobre su militancia y le dijeron que tenía que presentarse al día siguiente en una dirección del barrio San Carlos, en Mar del Plata, con la promesa de que le devolverían su documento, retenido por la Armada después de su deserción. “No me quedaba otra que ir, mi situación estaba cada vez peor, llevaba tres años clandestinos, vendía cartones para sobrevivir, no daba para más”, contó Gabbín.

Cuando llegó a la dirección que le dieron lo recibió Bujedo. Había otras dos personas. “Estirá las manos”, le dijeron, y Gabbín lo hizo. Lo único que escuchó después fue el sonido de las esposas ciñéndose a sus muñecas. El siguiente destino de Gabbín fue el cautiverio. En la ESIM primero, después la Base Naval donde fue alojado en el segundo piso del edificio perteneciente a la Agrupación Buzos Tácticos, donde fue torturado. El siguiente destino fue una cárcel en Capital Federal. Ahí le notificaron que quedaba bajo la tutela del Poder Ejecutivo de la Nación. Sin embargo, eso no significó el final del camino. Transferido a la Base Naval de Puerto Belgrano, pasó más de un mes encerrado en la sala de máquinas del Buque General San Martín.

Ahí pensó en el suicidio. A mediados de febrero llegó la libertad, pero la sombra de los servicios de inteligencia no lo abandonaría, ni siquiera con el retorno de la democracia.

La noticia de la detención de Racedo debió alertar a Bujedo que durante la administración de Eduardo Benedetti al frente del  Ente Municipal de Deportes –intendencia del radical Daniel Katz– supo ser empleado municipal y docente en la escuela marplatense de árbitros. En mayo de 2011 fue detenido por su actividad en la ESIM “vinculado al Servicio de Inteligencia de la Base Naval, entre otras en funciones operativas vinculadas a la lucha contra la subversión en el Grupo de Tareas 6.2”, dice su imputación. Bugedo gozaba del beneficio de prisión domiciliaria en la casa de su pareja en Mar del Plata. Una investigación periodística publicada en el diario El Atlántico lo descubrió en septiembre 2013 saliendo sin ningún permiso judicial. En menos de 48 horas el juez Federal Santiago Inchausti  ordenó su traslado la cárcel de Marcos Paz.

Ambos serán juzgados, junto a otros represores, en el tercer y cuarto tramo de la causa Base Naval que comenzará el 21 de abril.

Algunos sobrevivientes de ese centro clandestino de detención marplatense señalaron a Racedo participó de abusos sexuales y violaciones a las cautivas.(Infogei)

 

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