El domingo los habitantes de Resistencia concurren a las urnas y se encuentran, luego de varios períodos, con la notable oportunidad de dar continuidad a un proyecto de ciudad que ha venido creciendo en todos sus aspectos.
Tras doce años en donde parecía que nada se podría cambiar, Coqui Capitanich, con ahorros propios de la gestión puso en marcha la más importante serie de obras públicas que se conozca en esta ciudad, acompañado por el ahora candidato a sucederlo Diego Arévalo.
Pese a su juventud ha sabido liderar con enorme fortaleza las tareas que le fueron confiadas y de suma responsabilidad tanto en la secretaría de obras públicas, o la presidencia del banco del Chaco según hemos podido recabar.
Uno de los aspectos más interesantes que rescatamos de Arévalo es la firmeza y el conocimiento que demuestra frente a lo que son sus propuestas de campaña y a las distintas problemáticas que deberá enfrentar en su probable gestión y que, “se puede decir que será una continuidad de las políticas de Capitanich, pero con una importante profundización en materia de obra pública, que resuelva definitivamente las postergaciones de todos los vecinos de nuestra gran ciudad” como dijo Arévalo ante la requisitoria de Infobaires24.
La educación, la problemática que aqueja a los habitantes originarios, su cultura, los barrios que históricamente fueron los grandes convidados de piedra en la política y que Capitanich supo rescatar de ese estado de abandono, conforman parte sustancial de las propuestas que promete resolver el joven, pero muy experimentado candidato.
Resistencia se enfrenta entonces a la inmejorable posibilidad con Arévalo, de conformar un triángulo virtuoso entre el estado nacional, provincial y municipal, que garantizará el apoyo a todas las iniciativas enunciadas a lo largo de su campaña o, por el contrario, volver a las más repudiables formas de la política que llevaran el nombre de esta gran ciudad, a los titulares de la prensa nacional y no precisamente por sus logros.
Luego de vivir escandalosas escenas en donde se han ventilado situaciones judiciales de gravedad desde el mundo de la política, la administración saliente de Coqui Capitanich ha dejado en claro que hay otras maneras de llevar adelante una gestión, en este mismo sentido es que sostiene su candidatura Diego Arévalo, el joven, pero experimentado pretendiente a la intendencia de Resistencia.
Mientras Arévalo desgrana sus propuestas innovadoras para el municipio, su rival Gustavo Martínez, da muestra de todo cuanto la población aborrece en cuanto a prácticas políticas y clientelismo. En diversas estaciones de servicio de Resistencia pudieron apreciarse grandes cantidades de taxis esperando hacer su carga de combustible y no por un posible aumento, sino debido al dinero que ha desparramado de manera obscena Martínez para la compra de voluntades electorales.
De mi paso por la hermosa ciudad de Resistencia entonces, me llevo la agradable sensación de que Arévalo ha llegado para refrescar la política con su honestidad, capacidad y fuerza de trabajo.