Despedidos de la Superintendencia de Trabajo piden ser reincoporados: «Macri nos espió y nos echó»

Los trabajadores despedidos en la Superintendencia de Riesgos de Trabajo (SRT) exigen que el nuevo gobierno los reincorpore y denuncian que durante el macrismo fueron espiados, perseguidos y echados sin que les paguen indemnizaciones. 

En una entrevista con Infobaires 24, Verónica Coco, trabajadora de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo despedida en 2016 por el gobierno de Macri cuenta por qué, cómo y cuándo crearon la Comisión de Despedidxs SRT.

-¿Cuántas personas sufrieron despidos en el organismo en ese momento?

La cantidad de personas despedidas superaron los 300 casos. No fueron en un mismo momento, se dieron en diferentes etapas. Empezó a los pocos días de la asunción de Macri en 2015, luego continuó en febrero de 2016 y a mí junto a compañeros nos despidieron en 2017. Los despidos, que continuaron en 2018 y 2019, fueron en todo el país: en Capital Federal, en la provincia de Buenos Aires y en las provincias del Interior.

-¿De qué se trata la comisión de despedidos? ¿Cuándo la formaron?
-Somos un grupo de compañeros y compañeras que en total somos 30 personas y que fuimos despedidos con el mismo modus operandi de la gestión anterior. Gracias a la junta interna de ATE de la Superintendencia de Riesgo nos fuimos formando para crear la comisión con el fin de buscar justicia a tanto dolor que había entre nosotros. Esto ocurrió en septiembre de 2019 y hasta el día de hoy seguimos la lucha. La mayor expectativa es que con el cambio de gobierno se haga Justicia.

Fuimos despedidos de un momento para otro. Sin nuestro ingreso y sin ninguna explicación. No sólo nos afectó económicamente, sino también psicológicamente. Nos afectó no solo a nosotros, también a nuestra familia.

-¿Cuales fueron las causas de los despidos?

-No tiene explicación alguna. Muchos tenían contrato que se renovaba cada tres meses y a quienes les dijeron que no se presenten más en la institución a partir de ese momento. Les dijeron que les rescindían el contrato cuando vencía. En muchos casos, sobre todo en 2016, los compañeros despedidos se dieron cuenta que estaban despedidos cuando no pudieron ingresar al sistema. En otros casos, a los que teníamos mayor antigüedad, nos inventaron causas injustificadas. Esto fue a dedo, o bajo un listado, que determinaba los despidos. No hay una respuesta que justifique el despido, hasta el día de hoy no lo sabemos.

-¿Cuánto tiempo llevaban trabajando en el organismo?

-En esta comisión de despedidos, había gente de 25 años de antigüedad y en mi caso de 21 años de antigüedad. No hubo un denominador común por los despidos: algunos tienen dos años, otros décadas. Creo que esto fue una decisión basada en el poder que tuvieron para echar gente. Hicieron una «limpieza de ñoquis», como lo llamaron ellos en esa triste expresión.

-¿Crees que deberían ser reincorporados?

-Si, por supuesto: todos teníamos tareas y muchas. Hay una triste realidad y es que a los trabajadores estatales los estigmatizan como personas que no hacen nada. La verdad es que en la superintendencia se trabajó muchísimo siempre. No teníamos tiempo para salir de paseo, porque cada uno en su función se desempeñaba no sólo por satisfacción, sino que también debíamos responder a personas que sufrieron accidentes de trabajo y teníamos la obligación de darle una respuesta. Recibimos a trabajadores con un pie menos, con demasiadas lesiones o con el maltrato de la patronal. Necesitaban respuestas urgentes y debíamos dársela. Éramos idóneos y necesitados en nuestros puestos sin dudas.

-¿Hubo algún tipo de persecución?
-Hubo muchas persecuciones. Se intervinieron teléfonos, redes sociales, y yo misma fuí una damnificada. Recibí amenazas telefónicas, entraron a mis redes sociales, a mis mails. Hubo personas a las que las investigaron por sus clases en la facultad que daban fuera del horario de la comisión.

Con respecto a mi comisión se planteó un día en que llegó el gerente de comisiones médicas con un grupo de abogados que habían entrado con la nueva gestión. Nos encerraron en una cocina de la Comisión durante 15 días, las ocho horas de trabajo y nos hacían salir ante el grupo de abogados donde nos tomaban declaración hacia donde ellos nos querían llevar sin ningún justificativo. No había preguntas claras, el objetivo era confundirnos y enfrentarnos entre compañeros.

A mi me despidieron y para no pagarme indemnización, me inventaron que no había entregado información.

-¿Crees que hoy en día los trabajadores siguen siendo necesarios en la SRT?
-Claro que sí, es necesario. La Superintendencia tiene que volver a recuperar su imagen y la función que cumplía que era acompañar y darle solución a los problemas de los trabajadores. Cuenta con un grupo de personas que están altamente comprometidos y que son idóneos de la función. Creo que más importante que contratar nuevas personas es atender a las personas que piden justicia, que están capacitadas y que ya estuvieron en el cargo de forma idónea.