Depredación neoliberal: En Australia, el mercado masacra camellos y elimina otras especies
Uno de los símbolos australianos fue, hasta hace poco tiempo, el koala. Nadie podría decir que el animalito sigue siendo un emblema durante el festín de fuego de las multinacionales que sufre ese pueblo.
Escribe Alejandro C. Tarruella
En el siglo XVIII el número de koalas era de 10 millones. Habitaban al oriente y al norte de ese continente y gozaban una región plena de eucaliptus, ahora presa del fuego y la depredación deliberada que no se quiere blanquear.
En 2017 se sumaban alrededor de 80 mil koalas; ahora lo declaran en peligro de extinción mientras liquidan de a miles de la especie. Por eso, muchos le piden la renuncia al primer ministro Scott Morrison, que defiende a rajatabla la industria del carbón para favorecer el calentamiento y la devastación.
Los cazadores de Scott
Los funcionarios de Scott Morrison han descubierto ahora un nuevo argumento para liquidar especies, así como los nazis lo hacían en los campos de concentración
Cazadores enviados por el gobierno australiano se suben a helicópteros oficiales y se dedican a matar camellos en el sur australiano utilizando sofisticado armamento.
Durante cinco días, los asesinos del Departamento para el Ambiente y el Patrimonio de Australia se dieron a la tarea de liquidar diez mil camellos con aval oficial. Argumentaron que comunidades aborígenes pedían ayuda porque los camellos, desesperados por la agresión, atacaban en busca de agua.
Es decir, que el régimen lograba con el sistema de los incendios llevar a las especies a una suerte de razón de mercado. El crimen ecológico afecta la reserva de Anangu Pitjantjatjara Yankunytjatjara (APY), habitada por grupos indígenas en dispersión, informó la BBC de Londres.
“Existe una presión extrema sobre las comunidades aborígenes en las tierras APY y sus labores de cuidado de ganado con estos camellos buscando agua», expresó públicamente Richard King, director general de APY. Aclaró el funcionario, cómo se realizará la matanza, cuando los camellos intenten tomar agua. “Eso nos brinda la oportunidad de cazarlos cuando están juntos, porque normalmente se desplazan por el desierto en manadas pequeñas”, dijo. Ocurre que los camellos llegan “tirando abajo vallas, aproximándose a las casas y tratando de obtener agua de los aires acondicionados” en áreas privadas.
Matan caballos
La decisión del gobierno alcanzó también a los caballos, que están siendo sacrificados para preservar la propiedad privada y lo que queda
Si bien la sequía es un drama de años, el gobierno de Morrison dejó que alcanzara el nivel de un drama para hacer la experiencia de un colapso masivo. De ahí que se estima que muchos incendios han sido provocados y que el gobierno no actuó en la prevención.
Fue a su vez Shane Fitzsimmons, comisionado del Servicio de Bomberos Rurales de Nueva Gales del Sur, quien expuso a la prensa que las «volátiles» condiciones darían continuidad a la masacre. Scott Morrinson no precisó qué otras especies serán eliminadas por su gobierno, pero adelantó que los incendios van a continuar por meses.
Para justificar la matanza, el gobierno habla de manadas salvajes de camellos. Sin embargo, se señala en ámbitos científicos que el camello salvaje es endémico en el desierto de Gobi, en el suroeste de Mongolia y en el noroeste de China. La compañía australiana Northwest Carbon propuso eliminarlos usando su carne para producir alimentos para animales de granja o domésticos.
Los acusan de producir gas contaminante en zonas agrícolas y de beber 200 litros de agua en tres minutos, explicó alguna vez Mark Dreyfus, secretario legislativo de Cambio Climático. Según el portal Camelscan, en Australia viven unos 1,2 millones camellos, y se duplican en 9 años. Viven en una extensión de 3,3 millones de kilómetros cuadrados y registran perjuicios económicos por cerca de 10 millones de dólares australianos, unos 7 millones de dólares, por año. La idea hoy es matar 10 mil dromedarios.
No se conocían los camellos en Australia y llegaron de las Islas Canarias, India y Pakistán. El 12 de octubre de 1840 el barco Apolline llevó a Port Adelaide el primer cargamento procedente de Canarias. En realidad, solo llegó vivo uno solo, que fue bautizado Harry. En 1846, Harry fue en expedición dirigida por John A. Horrow, a la colonia de Australia Meridional en el Lago Torrens. Al finalizar la expedición, Horrow iba a disparar montado en Harry que se encabritó provocando que Horrow se disparara en la mandíbula.
El explorador falleció días más tarde, sin dejar de ordenar que Harry fuera asesinado. Racismo y discriminación se unen a esta historia, pues en 1901 se cierra la era de los camelleros afganos cuando la Federación Australiana promulga la política de “Australia blanca”, que permitió solo la inmigración a europeos, vigente hasta 1967.
Se sabe que se los usó para explorar desiertos y para cargas -soportan hasta 800 kilos-, cuando no había trenes. Así, la razón final de su exterminio es de mercado. Ya no se los utiliza para la producción y los propietarios de campos los matan sin medida usando armas de fuego. Por otra parte, si bien se habla de camellos salvajes, en Australia los camellos existentes son domésticos
En 2008 se calculaba en un millón el total de camellos, por lo que se supone en ámbitos de la ecología que el número que da el gobierno encubre una masacre de miles de dromedarios cuya suerte quedará bajo la niebla de los incendios. No en vano, la eliminación de camellos se puso en práctica con el Australian Feral Camel Mangement Projet, consorcio del gobierno federal, y en 2010, fueron declarados “Plagas de Significación Nacional”.
En 2012, sin incendios, se realizó la mayor cacería aérea en el suroeste del territorio del norte australiano. Tres helicópteros R44 y dos R22, masacraron 11.560 dromedarios en 12 días luego de recorrer 45 mil kilómetros. Allí se inició el juego feroz de la muerte que encara el gobierno de Scott Morrison.
