Dante Palma: «Más Platón, menos dictadura»
¿Sabía usted que Platón tiene mucho para decirnos acerca de la consigna Verdad, Memoria y Justicia? Efectivamente, para el discípulo de Sócrates, existía una conexión entre estos tres elementos y en estas breves líneas intentaré desarrollarla.
En primer lugar, Platón establece una vinculación directa entre la Verdad y la Memoria con su “teoría de la reminiscencia”, aquella que puede sintetizarse en la frase “Aprender no es otra cosa que recordar”. En otras palabras, a contramano de la concepción actual que tenemos del conocimiento, para Platón, el saber venía con cada uno de nosotros desde el nacimiento gracias a la inmortalidad del alma que antes de “animar” nuestro cuerpo habitaba el mundo de las Ideas. Sin embargo, como el alma atravesaba el río del olvido, todo lo que conocía “se olvidaba” o, más bien, en términos más actuales, pasaba a estar “inconsciente” u “oculto” en cada uno de nosotros, de modo tal que lo único que debíamos hacer era, con la ayuda de un guía o maestro, sacar a la luz ese conocimiento latente, esa Verdad que ya poseíamos. Así, entonces, el maestro, el lenguaje y todos los estímulos del mundo sensible que nos toca habitar, activan la memoria que va en busca de aquello que circunstancialmente “habíamos olvidado”.
Ahora bien, decíamos que el alma era clave para explicar la conexión entre Verdad y Memoria y ahora debemos agregar que también es clave para comprender la Justicia porque ésta es vista como aquella virtud capaz de sanar el alma. En otras palabras, cuando la ley es violentada, se produce una “fractura” en el alma análoga a la que produce una enfermedad en el cuerpo. En este sentido, la medicina del alma es la Justicia, es decir, una reparación sobre esa ley justa que ha sido violada y que adoptará la forma que deba adoptar según la legislación vigente. Nadie puede devolver a un hijo asesinado, torturado y desaparecido pero el hecho de que se haga justicia, de que a la acción de la violación de una ley se le imponga un castigo, mitiga ese dolor, nos estabiliza y nos reconcilia con la comunidad de pertenencia.
Nadie puede devolver a un hijo asesinado, torturado y desaparecido pero el hecho de que se haga justicia, de que a la acción de la violación de una ley se le imponga un castigo, mitiga ese dolor, nos estabiliza y nos reconcilia con la comunidad de pertenencia
En momentos donde se hace imperioso continuar y acelerar juicios contra los represores y obtener la mayor cantidad de información para seguir recuperando nietos y esclarecer las complicidades civiles; en momentos donde “mirar para adelante” parece ser la única Verdad y tiene mejor prensa que asumir polémica y constitutivamente nuestro pasado, no viene mal darnos cuenta, con Platón, que lejos de ser una consigna vacía o un producto comercial de “El relato”, la Verdad, la Memoria y la Justicia se encuentran indisolublemente ligadas entre sí.