Crisis en el PRO: la influencia del factor Niembro
– Desde que se dio a conocer la primera denuncia por irregularidades en la empresa de Fernando Niembro, no cesaron de aparecer nuevos datos que comprometen aún más la situación del candidato a diputado nacional de la provincia de Buenos Aires por el frente Cambiemos. En esta nota, las tres alertas del Banco Ciudad por lavado de dinero, la relación del socio de Niembro con la inteligencia menemista, y la complicada situación en la que se encuentra Macri frente a la opinión pública, pero también con sus propios compañeros de espacio.
Fernando Niembro ensayó una curiosa defensa frente a las cámaras de televisión. A través de un discurso plagado de contradicciones, intentó vincular la causa que investiga sus millonarias contrataciones con el gobierno de la Ciudad a una campaña sucia emprendida desde el kirchnerismo. Asimismo, se mostró molesto ante las indagaciones y recurrió constantemente a la excusa de que se trataba de un «negocio privado».
Pero la presión social y política va en aumento y los últimas novedades del caso complejizan aún más la situación. El Banco de la Ciudad de Buenos Aires, uno de los dos únicos clientes conocidos de La Usina Producciones, emitió entre 2013 y 2015 tres Reportes de Operaciones Sospechosas, por el movimiento injustificado de fondos en las cuentas de Atilio Meza y de La Usina Producciones
El banco público porteño elevó las tres ROS a la Unidad de Información Financiera, tal como indica el organismo para las situaciones en los movimientos de fondos en los que se registre “una matriz de riesgo”. Luego de evaluar la información, ésta la elevó a la Procuración de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac).
El Banco Ciudad emitió tres Reportes de Operaciones Sospechosas, por el movimiento injustificado de fondos en las cuentas de Atilio Meza y de La Usina Producciones.
Finalmente, el organismo dependiente del Ministerio Público Fiscal denunció por lavado de dinero al candidato a diputado nacional por el frente Cambiemos, Fernando Niembro, a su ex socio en La Usina Producciones, Atilio Meza; al jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y a la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley.
Entre sus fundamentos, la Procelac advierte que la conducta a investigar podría configurarse como “delitos contra la administración pública” y considera como “hipótesis de mínima”, la conducta de “funcionarios públicos del GCABA que de algún modo tomaron parte con suficiente competencia funcional de los procesos de adjudicación de los contratos cuestionados a favor de La Usina Producciones”.
Lo cierto es que además de estas alertas por movimientos de fondos injustificados y la extensión de un manto de sospecha sobre un posible lavado de activos, el socio de Fernando Niembro tiene antecedentes que demuestran que sus irregularidades datan de varias décadas atrás.
Atilio Meza, quien ocupaba el lugar número 13 en la lista de diputados nacionales del PRO y cuya continuidad en el espacio está en juego, fue agente de inteligencia durante el menemismo. Mientras Niembro se desempeñaba como secretario de Comunicación y vocero del ex presidente Carlos Ménem, su futuro socio integraba la Secretaria de Inteligencia de Estado, actual AFI.
Mientras Niembro se desempeñaba como secretario de Comunicación y vocero del ex presidente Carlos Ménem, su futuro socio integraba la Secretaria de Inteligencia de Estado, actual AFI.
Según consigna Tiempo Argentino, el 28 de febrero del 2008 Meza abandonó la ex SIDE aduciendo motivos personales y en su carta de despedida agradeció «el respaldo recibido» y “las gratificaciones personales que pude obtener como consecuencias de mi pertenencia al organismo».
No obstante, el vínculo de Niembro con el espionaje excede la relación con su socio. Su actual abogado es nada más y nada menos que Jorge Anzorreguy, hermano del ex jefe de los espías, quien también defiende a Hugo Jinks, uno de los empresarios argentinos acusados por corrupción en la FIFA.
En este contexto, Mauricio Macri retomó su campaña presidencial sin hacer mención a su candidato sospechado, pero disparando fuertemente hacia dos ejes: contener el voto peronista y despejar dudas sobre la poca transparencia de su gobierno.
En un acto realizado en Flores, anunció que sueña “con liderar a todos los argentinos, a los peronistas que están descontentos con el Frente para la Victoria” y se comprometió a impulsar “un Estado inteligente, presente, transparente, que rinda cuentas y que resuelva los problemas concretos”.
Mauricio Macri se enfrenta a una grave situación frente a la opinión pública pero también peligra su conducción al interior del espacio
El candidato presidencial de Cambiemos es consciente de las consecuencias del “efecto Niembro”, incluso se habla del descenso de dos puntos en las encuestas. Por eso, insiste en dirigirse a los peronistas -la tarea original que tenía a cargo el comentarista deportivo- y trabaja fuertemente en enterrar un caso que pone en juego su promesa de poner en marcha “una nueva política”.
Sin embargo, la caída no se limita a las encuestas de opinión pública. El líder del PRO enfrenta una grave crisis de conducción al interior de su espacio. La omnipresente sospecha de la entrega de Niembro por parte de un compañero del mismo espacio, más la gravedad de las denuncias que se van acumulando, impiden que Macri logre que el resto de sus candidatos sigan a rajatabla su orden de “bancar a Fernando”.
Este es el caso de Patricia Bullrich, Federico Pinedo y hasta Gabriela Michetti, quienes no se solidarizaron con el empresario–candidato y trizaron la defensa monolítica que había reclamado el jefe político.