“Creo que Scioli va a ganar: Queremos seguir con este Proyecto”

Ana Jaramillo, Rectora de la Universidad de Lanús (UNLA) dialogó en exclusiva con Infobaires24 y expresó su posición de cara a las elecciones y al futuro político y educativo del país. Analizó los diferentes momentos de su gestión y las consecuencias de volver a las políticas del pasado.

IB24:  – ¿Qué expectativas tiene de cara al balotaje y al futuro inmediato del país?

Yo creo que Scioli va a ganar, aunque estamos frente a un poder mediático realmente impresionante; porque por más que nosotros tengamos radio, televisión, son pequeños canales, pequeños derechos a la palabra de, en este caso, cinco universidades que conformamos el consorcio: la cooperativa audiovisual que tenemos con la Universidad de Avellaneda, la de Quilmes, con la UNA de arte que está en Capital y con la Jauretche de Florencio Varela.

Enfrente tenemos un poder mediático impresionante. Y lo que no se ve es, otra vez, el subsuelo de la patria.

Ciencia y técnica, por ejemplo: la Universidad de Lanús tuvo cero, presupuesto cero. A nosotros nos dieron 750 mil pesos para hacer una universidad (N.de la R.: la gestión de la Rectora Ana Jaramillo comenzó con la UNLA en 1996). Después tuvimos el apoyo del Congreso Nacional para conseguir los terrenos, estos terrenos que como todos sabemos eran pura chatarra. Pero quizás no saben qué es invertir en ciencia y tecnología justamente para lograr la soberanía. No saben ni qué es el ARSAT algunos. Hoy precisamente tuvimos la reunión con Scioli y Zannini, con todos los científicos del CONICET, del Ministerio, con todos los que investigan en ciencia y tecnología, y eso no se ve.

Porque la ciencia y tecnología parece que no existe para la otra opción. Y sin embargo vemos el desarrollo científico tecnológico, el retorno de científicos. Nosotros tenemos varios “retornados” científicos, que se fueron justamente cuando explotó el país con las medidas neoliberales.

Y todos nos acordamos que nos bajaron el sueldo el 13%, porque  según la ministra Bullrich era “doloroso pero necesario”.

IB24:  Su gestión en la UNLA comenzó en 1996, ¿qué puede contar de ese trayecto con diferentes gobiernos nacionales y provinciales? ¿Y qué se puede esperar del futuro?

Como conté, comenzamos en el `96 con 750 mil pesos. No podíamos más que hacer el proyecto de la universidad que queríamos, que nos debíamos. Una universidad que sirva al país, que sirva al pueblo. Diseñamos el proyecto con un grupo de compañeros que teníamos la misma perspectiva de para qué sirve una universidad pública y qué deberes tiene, qué responsabilidad tiene en la formación de sus estudiantes.

Macri dice “¿para qué estas universidades?” A mí me gustaría llevarle a los 20 mil estudiantes que tenemos acá, los 20 mil que están en Florencio Varela, … a ver qué vamos a hacer con ellos. ¿Los vamos a mandar a lavar platos?

Porque entre ellos están los mismos referentes económicos, además, y son los mismos referentes que cortaron los sueldos.

Nosotros no creemos en el mercado. Creemos que el Estado debe intervenir. No creemos en el neoliberalismo a ultranza, no creemos en los que obligaron – el Fondo Monetario – tanto a Grecia o a España, que uno ve cómo están, ya no saben ni qué vender. Y la tasa de desocupación creció y creció.

Así que nosotros como espacio político educativo – no dependemos ni de la provincia ni del municipio – por supuesto que creemos que primero está la patria, ante lo cual no vamos a negarnos a contribuir al desarrollo de las políticas públicas, vamos a tratar de ayudar, pero no quiere decir que no sigamos pensando que la universidad tiene que servir al país y tiene que servir al pueblo. Tiene que ser inclusiva.

Si empezamos mal, por ejemplo votando en contra de la gratuidad… Da la casualidad que el 22 de noviembre es el día que Perón eliminó los aranceles en 1949. Por eso tenemos un cartel enorme que dice “Votá por la universidad pública”.

Sin embargo, otra vez, es como con los científicos. Se escondió durante años. Todo parecía que venía de la Reforma del ’18. Finalmente pudimos lograr en el Congreso Nacional el “día de la gratuidad de la enseñanza universitaria”.

Yo a las pruebas me remito. El que mete miedo en todo caso es Macri, porque dice cada cosa… : «¿para qué sirven las universidades?»… la ciencia y la tecnología las obvia.

Le ofreció el cargo a Barañao, como si fuera él el que diseña la política. Y Barañao estuvo bien con su respuesta: “es más fácil elogiar personas que políticas”. No aceptó de ninguna manera en el caso que Macri ganara quedarse en el cargo.

Y por otra parte me llama la atención: yo vengo de una familia desarrollista y ellos tienen un referente económico que se llama igual que su abuelo (Rogelio Frigerio). Y el desarrollismo jamás apoyó al liberalismo. Estuvo en alianza con Perón cuando ganó Frondizi, estuvo con el FREJULI en los `70.

La diferencia que yo tuve siempre con su abuelo fue esa visión que tenía de “primero el desarrollo y después la inclusión o la distribución”, y yo decía y digo “hay que desarrollarse y distribuir al mismo tiempo”. Porque si no los poderosos son cada vez más poderosos y después no quieren distribuir nada. Como vemos ahora, que no es pacífica la distribución de derechos. No es pacífico porque obviamente los grandes poderes se niegan a distribuir.

IB24: ¿Qué sensaciones dejó la asamblea de hace unos pocos días en la que se manifestó un apoyo explícito de alumnos, docentes y directivos de la UNLA a la candidatura de Daniel Scioli?

Bueno, hubo algunas críticas que se ve que vienen de personas que nunca pisaron una universidad pública. Acá las universidades públicas son, como siempre digo, una democracia en miniatura. Entonces acá tenemos agrupaciones trotskistas, agrupaciones massistas, agrupaciones de todos los colores y partidos que se puedan imaginar.

Lo cierto es que si me eligen a mí es por mis ideales, es por mi concepción de qué función tiene que cumplir una universidad en el país, que no puede desentenderse, no es soberana, es autónoma de gobierno. Y en esa autonomía de gobierno los estudiantes eligen, los docentes eligen, los trabajadores eligen. En el caso nuestro también elige la comunidad, tenemos un consejero social comunitario de acá de Lanús.

Por lo tanto cuando hablamos lo hacemos en representación de la mayoría absoluta, casi te diría – hay una consejera superior que no apoya esta gestión, hay otros que creen que la universidad tiene que ser ajena al país; bueno, esa no es nuestra concepción-.

Nos pareció que así como hacen asambleas los no docentes, los docentes, los estudiantes, estaba bueno hacer una asamblea, que vinieran los que quisieran obviamente, donde se expresaran los estudiantes, los docentes, los no docentes y las autoridades. Y la verdad es que fue muy emocionante y también muy plural, en el sentido que no elegimos quién venía. Se convoca a una asamblea para ver el posicionamiento de la gente. Y todos los que vinieron estaban absolutamente de acuerdo.

Por otra parte, cuando digo que fue muy emocionante es porque uno de los jóvenes habló de que él era la primera generación de universitarios de su familia. Sus papás no habían terminado la secundaria. Y lo que él planteaba (él estudia Relaciones Internacionales) era que no había otra universidad pública para poder estudiar gratuitamente. Y que él se mudó, vivía en San Pedro ( donde vamos a ir con los estudiantes, los docentes y los directivos a reafirmar la Soberanía, porque estamos por la soberanía científica, tecnológica, cultural, educativa), se mudó para acá porque es la única universidad pública que da Relaciones Internacionales de Capital y todo el conurbano.

Y yo siempre pensé: ¿por qué para hacer Relaciones Internacionales uno tiene que ser rico?

La gente que entra en Cancillería ¿por qué tiene que venir de universidades privadas, que son carísimas además, o de El Salvador, que también es privada por más que sea confesionaria, y no pueden acceder aquellos que quieren estudiar Relaciones Internacionales y no tienen dinero para pagar? Con lo cual terminamos llorando él y yo abrazados, porque lo quise consolar cuando se quebró y terminé llorando con él. Porque a su vez decía que éramos dos generaciones que compartíamos ideales.