Corrupción en el INTI: Acusan que Fernando Rodeles es un plagiador con delirios de “Súperagente 86”
El interventor de la Dirección de Comunicación del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) que fuera designado por el presidente Javier Ibáñez -fuertemente cuestionado en estas horas por escándalos de corrupción- ha comenzado a descender en una estrepitosa caída libre desde que se conocieron algunos de sus antecedentes.
Rodeles forma parte del listado de asesores de presidencia junto a su esposa Rocío Bertral, a quien nadie conoce en el Instituto y por el que mensualmente percibe un ingreso de $30.000 en concepto de tareas sin acreditar, por lo que se infiere que es el modo que han encontrado desde la presidencia para pagarle parte de sus tareas a Rodeles, ya que no puede ser oficialmente contratado porque figura en el plantel de empleados del Congreso Nacional.
Como ya se difundió, Rodeles fue responsable comunicacional del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) en tiempos de Triaca. Intervención que le está por costar el cargo al debilitado Ministro de Trabajo quien, luego que se conociera que puso a su empleada doméstica –a la que contrataba en negro- al mando de dicho Sindicato, fue enviado al ostracismo. Vale aclarar que Rodeles se desempeñó como agente de prensa del SOMU al mismo tiempo que trabajaba en el INTI, así lo demuestra su declaración de noviembre de 2017 a un diario local de Chubut en donde afirmaba que “Las elecciones (del SOMU) siguen adelante porque están dadas las condiciones como no ha ocurrido en 30 años” mientras, en paralelo, preparaba el listado de los despedidos de su área y asesoraba a Ibáñez en cómo saldrían a los medios en las vísperas de los despidos masivos que se concretarían solo dos meses después.
El ex integrante de la Fundación “Pensar”, que se arroga la creación de dicha marca y confiesa en una entrevista que uno de sus mayores desafíos fue construir una Fundación macrista cuando “el espacio del intelectual en el PRO es un espacio vacío, no así en el kirchnerismo”, llegó a la vida del actual presidente del INTI cuando se desempeño como titular de la unidad de prensa institucional de la Agencia Gubernamental de Control en la era Ibáñez.
Del cono del silencio a la canasta
Fuentes del Ministerio de Producción revelan que luego de las fallidas apariciones que tuviera el Presidente del INTI en los medios de comunicación, Fernando Rodeles fue desplazado hace pocos días de su rol de asesor comunicacional, ya que no habría podido validar su título como “especialista en manejo de crisis y comunicación”. Por el contrario, aseguran que ha sumergido a Ibáñez en situaciones pantanosas como los pedidos de derecho a réplica que le han jugado como un boomerang y generaron una fuerte crisis institucional que trajo aparejada una fuerte caída en la imagen de Ibáñez y sus gerentes que penden de un hilo.
“Todo lo referido a la comunicación del INTI lo maneja el Ministerio de Producción” contestan en el Ministerio de Francisco Cabrera frente a los incesantes llamados de la prensa que busca declaraciones o cotejar información en la etapa de preparación de las notas. De hecho “las escasas reuniones que Rodeles aún mantiene con gente del equipo de Comunicación las realiza en nuestro Ministerio” agrega un funcionario de larga trayectoria en dicha Cartera, quién además comenta atónito que Rodeles les pide a sus colaboradores que antes de ingresar coloquen sus teléfonos en una canasta que queda fuera del habitáculo donde se llevarán adelante las conversaciones. Tal como lo hacía Maxwell Smart cuando le insistía a su paciente Jefe de Control que descienda el cono del silencio cuando ambos sabían que no funcionaría, pero que de todos modos el Súperagente 86 insistía en cada oportunidad con la fantasía que la información de ese modo no iba a ser escuchada por nadie más que ellos dos.
Fernando Rodeles -o “Narizota” como le dicen cariñosamente los amigos que conserva de la Universidad en alusión al personaje del entrañable programa infantil “Carozo y Narizota”- también es conocido entre sus colegas como un profesional de dudosa reputación ya que ha sabido acomodarse en el mundo de la política pero sin necesidad de esmerarse demasiado.
Tal es el caso de su frustrada conducción del equipo de campaña de la fórmula Romero-Olmedo para las elecciones de gobernador de Salta de 2015, en donde su aporte radicó en copiar de principio a fin el premiado spot que una afamada agencia de publicidad le produjo a Michele Bachelette como candidata a presidente de Chile. En la publicidad se ve la repetición calcada cuadro a cuadro: en un arranque con los candidatos sentados, luego montándose los lentes, firman documentos, miran al frente, se levantan, traspasan una puerta pesada y se dirigen a un ventanal luminoso donde saludan victoriosos. La única diferencia es que Bachelet se consagró presidente del hermano país y Romero perdió la gobernación en manos de Urtubey.
En esa oportunidad Rodeles, junto a su socio en la consultora periodística Grupo Panóptico S.R.L. Pablo Marmorato, fue acusado por plagio y responsabilizado del fracaso electoral de Juan Carlos Romero en las últimas elecciones. El ex candidato luego del rotundo fracaso los apartó del equipo de prensa y publicidad pero les dio un lugar en El Tribuno, diario provincial de la tradicional familia Romero gracias a que Rodeles tejió una muy buena relación con los hijos del ex gobernador, relación que conserva hasta la actualidad en especial con Betina Romero con quien se le atribuyó un affaire en tiempos de campaña.
Por estas horas las tareas de Rodeles en el INTI fueron trasladadas a la Directora de Protocolo Julia Bonanni a quien desde mediados de 2017 la ha sumado como responsable de la Dirección de Comunicación, una vez que desplazó del cargo a Claudia Mazzeo por haberse negado a firmar contrataciones millonarias de consultoras, como fue el caso de Gowland Publicidad a quien se le pagó más de $3.000.000 para realizar 5 videos institucionales en el marco del sesenta aniversario del organismo de Ciencia y técnica que atraviesa momentos cruciales por los despidos masivos de 258 profesionales y tiene serios riesgos de ser privatizado en sus áreas más sensibles para el control y la certificación de productos y procesos.
