Con Mauricio Macri volvió la muerte a la Argentina
Desde que el empresario-presidente Mauricio Macri asumió el gobierno hace ya casi dos años, la Argentina volvió a girar en torno a una espiral de violencia política, que al igual que en lo sucedido durante los últimos dos gobiernos que encabezaron sus ahora aliados radicales, ya se cobró la vida de dos jóvenes compatriotas: Santiago Maldonado, de 28 años y Rafael Nahuel, de 22 años. Lo doblemente macabro del hecho, es que el día del entierro de Maldonado, las mismas fuerzas federales de Seguridad a cargo de la ministra Patricia Bullrich que participaron en la represión que derivó en la desaparición -primero- y en el hallazgo del cuerpo sin vida -después- del joven Maldonado, fusilaron con balas de plomo durante otra acción represiva, al joven mapuche Nahuel. En otro plano, la responsabilidad política por la desaparición -y a esta altura, casi segura muerte- de los 44 marineros argentinos que iban a bordo del submarino ARA San Juan, compete directamente al Poder Ejecutivo, quien fue avisado de fallas antes de que el buque zarpe. La calidad de nuestra democracia atraviesa su nivel más bajo desde su recuperación para siempre en 1983.
Por Maximiliano Borches
La violencia simbólica que comenzó ejerciendo el gobierno encabezado por el empresario-presidente Mauricio Macri, tanto contra los logros sociales, económicos y políticos del gobierno anterior, como así también contra el beneficio directo que esto produjo: la calidad de vida de nuestro pueblo; y también contra las organizaciones sindicales (intervino seis sindicatos en este tiempo), sociales y políticas, que derivaron en el regreso de los presos políticos en nuestro país -entre otros Milagro Sala-; rápidamente se materializó en violencia material, retrotrayendo a nuestro país a un oscuro capítulo de su historia que se creyó finalizado tras la masacre del 20 de diciembre de 2001, durante la gestión del radical Fernando De La Rúa: la violencia política.
En apenas dos años, nuestra sociedad pasó de vivir una verdadera resignificación democrática a un disciplinamiento represivo, reinstaurando la violencia política que hasta el momento se cobró las vida de dos jóvenes a manos de la represión ejercida por fuerzas federales de Seguridad
A esto hay que sumarle el escandaloso gasto para rearmar a las fuerzas federales de Seguridad (Gendarmería, Prefectura, PSA y Policía Federal), que creció en el orden del 700 por ciento, y además con partidas presupuestarias secretas, que dan cuenta del plan represivo con el que el Gobierno Nacional logró llegar a la Casa Rosada, sabiendo utilizar a la perfección las debilidades, errores y contradicciones del gobierno anterior, junto a los trucos de magia del marketing político, potenciados por un espectacular apoyo mediático.
Los 44 marineros sel submarino ARA San Juan son nuestros compatriotas, y la responsabilidad política sobre su posible muerte es del Gobierno Nacional
Por otro lado, a diez días de la desaparición en plena navegación por el Mar Argentino, del submarino ARA San Juan, cuya tripulación iba compuesta de 44 efectivos, y que según uno de los últimos partes oficiales de la Armada Argentina, dieron cuenta de una explosión registrada en la zona desde donde se comunicó por última vez, la responsabilidad política del siniestro tiene un único destinatario: el Gobierno Nacional encabezado por el empresario-presidente Mauricio Macri, que en su carácter de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, tiene la responsabilidad sobre los traslados logísticos y operacionales de las mismas.
Su gobierno había sido notificado de fallas en ese buque ahora desaparecido.
Ver nota:
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