Chispita, el idiota, debate con mentiras y así se desconecta

Luego del debate del domingo 13 quedó en claro que Del Caño y Macri no alcanzarán la presidencia argentina. Que Espert es un candidato a recitar los poemas de Julián Centeya y Celedonio Flores. Su voz de barrio y nostalgia de “tango que me hiciste mal y sin embargo Cristina”, lo habilita a buscar un “cacho e’ sol en la vereda”.

Escribe Alejandro C. Tarruella

Cuidado: Sierra Chica. El «idiota» (así denominó a Mauricio Macri un calificado hombre de la universidad), “Chispita” (la caracterización corresponde al humor político de Cristina), se debate en cómo asegurarse el mandato como líder opositor porque hoy su principal temor, como repiten en susurros conspirativos dirigentes de Boca, son las rejas de Sierra Chica.

Luego están las especulaciones de los servisperiodistas surgidos o pegados a servicios de informaciones. Usan piloto, chambergo y anteojos oscuros, llevan entre sus ropas grabadores de detectives y lupas, pero dicen ser periodistas. Algunos dicen que el país se sumerge en una crisis de eternidad. No es cierto porque las crisis estallan sobre su propia sombra y devienen en mesetas antes de hundirse en la próxima. Que la política tiene repulsas y deja descontentos, es algo tan viejo como la pasión.

Insisten en decir que hay una deslegitimación de la política cuando lo que existe en la sociedad, básicamente, es una deslegitimación de la usura…

… El tarifazo, los aumentos desmedidos de los formadores de precios, la fuga de capitales de los amigos de Macri (que seguramente incluyen a Chispita), como lo señaló con agudeza Alberto Fernández.

Ahora los servis escribas de medios agregan que hay sospechas de fraude. ¿Cómo? Mientras Chispita creía que ganaba y había sumado a Smamatic, plena de sospechas, todo estaba bien. Ahora los detectives de medios hablan de sospechas de fraude porque pierde la representación de los usureros y los gorilas. ¡No señores de la gorra y la lupa! Lo que sucede es que pierden. ¿Cómo hablan de fraude si ustedes mismos organizaron el sistema? Tanto es así que en la elección de 2015 es muy posible que haya habido fraudes parciales que favorecieron la suerte de Chispita. Solo que la avaricia desenfrenada suya precipitó el país a la crisis que ahora, vaya presunta inteligencia servis, se sostiene sobre sus propias patas no limpias.

Chispita a meta firma

Cristina en Calafate reafirmó que la crisis es parte de una relación perversa con el FMI

Ahora, con nuevo dueño, vive su propia crisis porque los fondos de inversión le piden hacer una quita en la deuda argentina. La respuesta del Fondo, es “no, háganla ustedes”. Curioso, se piden mutuamente una quita cuando nadie la pidió. No están limpios y conocen que el camino tiene una piedra que ya se ve: establecer el monto de la deuda.

Y quien sigue ese trámite es Trump, que entregó el dinero y no preguntó si había pagarés que refrendaran la responsabilidad del deudor; así quiere acabar con el Fondo. Debía firmar el Parlamento argentino pero Macri prefirió endeudarse él y disponer que fuera el país como si fuera Dios. A Chispita le fallaron los frenos. Su firma no garantiza el pago de nada. Otra vez le salió al cruce el idiota de adentro, que descubrió el titular del departamento de Ciencias Políticas de la UBA, Luis Tonelli.

Del debate queda la sorpresa de que afectó a algunos. Gómez Centurión se peleó con el reloj y argumentó sin vuelo. Del Caño fue triste y repetitivo. Bromean que en el próximo debate pedirá 13 minutos de silencio por alguna causa. Espert iría de chambergo, pañuelo al cuello y facón para su estilo que, sospechan, tomó de Ángel Villoldo, de quien el 14 se cumplieron 100 años de su muerte. Un homenaje. Lavagna fue coherente y deslucido, ahora dicen que llegó al paraninfo con el caballo cansado.

Un paso atrás, un golpe

Si es por el debate, Alberto superó al grupo por puntos. No pudo noquear porque la estructura del espectáculo, armado para evitar que Chispita colapse, impidió los golpes en las cuerdas

Alberto, como Muhammad Alí, golpeaba retrocediendo, con soltura. Todo era distancia y corte. Hubo tantos cortes que alguien bromeó que el modelo fue tomado de Jack, el destripador. No es posible así, a puro tajo, urdir una idea. De los presentadores, Andino sorprendió porque estuvo de cuello duro. La chica del Trece tropezó varias veces con la misma piedra.

Pero lo cierto es que Mauricio Chispita repitió lo único que puede y así lo hace en cada presentación. No le pidas cambios a Cambiemos. En cierto modo es un tanto marxista porque podría afirmar, si es capaz de memorizar más de tres palabras:

«La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”. Cuando se dice, en este caso, marxista, se alude a uno de los hermanos Marx, llamado Groucho

Además, si Churchill hubiese observado a Macri en sus últimas presentaciones, lo hubiese descripto expresando que un político como Chispita “debe ser capaz de predecir lo que va a pasar mañana, el mes próximo y el año que viene; y de explicar después por qué fue que no ocurrió lo que él predijo.” Al menos en estos días, intenta ese camino.

Alberto, por su parte, estuvo contundente, sensible al conjunto de las exposiciones como nadie, sagaz en saber que el armado del debate se debía a la intención de que exista una distancia imposible entre él y Chispita. Solo su largo de brazos le permitió castigarlo con astucia como cuando respondió a las insinuaciones de corrupción. Allí recordó que Macri y sus amigos se levantaron casi 40 mil millones en la mayor operación de “fuga y misterio” que se conozca en el país. La expresión del hijo de Franco al finalizar el debate, un hombre solo armando su imagen para un museo de cera, dejó en claro el “no va más”.

El segundo debate será un paseo sin incidencias en los números. No le sucede lo mismo a Rodríguez Larreta, que tiene entre sus manos una encuesta semi oculta en la que Lammens aparece rondando el 40 por ciento en primera vuelta, mientras que su propuesta baja peligrosamente. Es la hora en que Espert puede cantar “Desencuentro” mientras Larreta también clama de odio ante el idiota. No hay Chispita que sume en un instante lo que perdió en cuatro años.

Dicen los servisperiodistas que en focus groups Macri aparece desconectado. Y todos saben lo que sucede a poco de que alguien se desconecte. La realidad se aleja, se aleja, se aleja… En tanto, los servisperiodistas saludan en el atrio