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CAMBIO CLIMÁTICO, BANDERA DE LA LUCHA INDÍGENA

En todo el continente el reclamo implica a los territorios originarios.

El 24 de octubre se celebra el Día Internacional contra el Cambio Climático, para alertar sobre los efectos nocivos y devastadores del cambio climático en el planeta.

Esta efeméride no ha sido proclamada oficialmente por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Sin embargo, este organismo apoya la iniciativa de generar acciones para contrarrestar el cambio climático.

Nuestro planeta nos habla, escuchar su voz se vuelve cada vez más urgente. El Día Internacional contra el Cambio Climático, instaurado por la ONU, nos invita a mirar de frente esta realidad: nuestro estilo de vida y la búsqueda constante de consumo han dejado cicatrices profundas en la Tierra. Las emisiones de gases que atrapan el calor han alcanzado niveles sin precedentes y los efectos se sienten en cada rincón como sequías, inundaciones, incendios, pérdida de especies y cambios que ya no se pueden ignorar.
Pero en medio de esta crisis, hay quienes nos muestran cómo vivir de otra manera. Los Pueblos Indígenas conservan una relación profunda con la naturaleza y su biodiversidad. Las Comunidades tienen una vida compartida con su territorio y sus bondades. Sus culturas respetan los ciclos de la tierra, valoran cada semilla, cada estación y cada criatura, entendiendo que la supervivencia individual está entrelazada con la salud del planeta. No es posible pensar la existencia particular sin la comunitaria primero.
Sin embargo, quienes más sufren las consecuencias de la explotación desenfrenada son, justamente, los Pueblos Indígenas. La tala indiscriminada, la expansión agrícola, la megaminería y la contaminación los afectan de manera directa, poniendo en riesgo sus modos de vida tradicionales y sus territorios ancestrales.
El cambio climático no es un problema lejano, ni abstracto, es la pérdida real de espacios que antes eran sanos. Es la voz de la Tierra que nos pide actuar.
El cambio climático -o, mejor dicho, la crisis climática- no es solo un problema ambiental, es también una consecuencia de un modelo económico que privilegia la ganancia monetaria por encima de la vida. El sistema extractivista se basa en la explotación intensiva de los bienes naturales a costa comunidades enteras y de la biodiversidad que sustenta la existencia. Mientras los Pueblos Indígenas mantienen una relación de respeto y cuidado con la Tierra, el capitalismo desmedido la reduce a un recurso para explotar. Solamente eso y cueste lo que cueste… (FUENTE: ENDEPA)
Por su parte, la ONU en 2021 sostuvo que los pueblos indígenas y tribales son las que mejor salvaguardan los bosques de América Latina y el Caribe y su labor es clave para reducir las emisiones de carbono. Sin embargo, carecen de ingresos dignos y acceso a servicios básicos, además de enfrentarse a la destrucción de sus territorios. La ONU pide a los gobiernos reforzar los derechos territoriales comunales, compensar a las comunidades por su trabajo ambiental y facilitar la gestión forestal comunitaria.

 

Las tasas de deforestación en América Latina y el Caribe son significativamente más bajas en los territorios indígenas y tribales donde los gobiernos han reconocido formalmente los derechos colectivos territoriales, afirmó el pasado jueves la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Por esta razón, garantizar a los Pueblos originarios la tenencia de esos territorios constituye una manera eficiente y rentable de mitigar el cambio climático, sostuvo la agencia en el nuevo informe “Los pueblos indígenas y tribales y la gobernanza de los bosques”.

El estudio señala que la ciencia ha demostrado que los Pueblos originarios han sido mucho mejores guardianes de los bosques que otros responsables de esos ecosistemas en la región. Sin embargo, añade, sus pobladores carecen de ingresos dignos y acceso a servicios, y sufren atropellos y destrucción de sus territorios por actores externos que buscan explotar los recursos naturales.

Agrega que la conservación de los territorios indígenas son fundamentales para la estabilidad del clima mundial y regional, así como para preservar buena parte de la diversidad biológica y cultural global.

Cambio de escenario en los pueblos indígenas 

Durante mucho tiempo la deforestación y degradación forestal de estas áreas fue modesta gracias a los factores culturales, el reconocimiento de los gobiernos de los derechos territoriales colectivos, los incentivos económicos para velar por los bosques, las restricciones estatales sobre el uso de sus recursos, la baja rentabilidad de la agricultura comercial, la disponibilidad reducida de capital y la escasa presión demográfica.

Pero el escenario ha cambiado y en la actualidad aumentan las presiones a las comunidades indígenas de los bosques debido a la creciente demanda de alimentos, minerales, energía, madera, turismo y otros productos y servicios.

La Amazonía 

Estos elementos colocan en riesgo la función protectora de estas comunidades y la deforestación avanza cada día más en la Amazonía, lo que afectará significativamente las precipitaciones, la temperatura y, con el tiempo, la producción de alimentos y el clima mundiales.

El informe señala que el territorio de los Pueblos originarios de la cuenca del Amazonas perdieron menos del 0.3% del carbono en sus bosques entre 2003 y 2016, mientras que las áreas protegidas no indígenas perdieron 0.6%, y otras zonas que no eran territorios indígenas ni áreas protegidas perdieron 3.6% durante el mismo periodo. El total de emisiones brutas de carbono de la región proveniente de los territorios indígenas alcanzó apenas el 2,6% pese a que esos pueblos cubren sólo el 28% de la cuenca amazónica.

El representante regional de la FAO, enfatizó el papel de los pueblos indígenas también en la lucha contra la pobreza, el hambre y la desnutrición. “Sus territorios contienen alrededor de un tercio del carbono almacenado en los bosques de América Latina y el Caribe y el 14% del carbono almacenado en los bosques tropicales de todo el mundo”, recalcó Julio Berdegué.

Fortalecer el papel de los pueblos indígenas 

La FAO instó a los gobiernos, los financiadores climáticos, el sector privado y la sociedad civil a invertir en iniciativas que fortalezcan el papel de los pueblos indígenas y tribales en la gobernanza forestal. También los exhortó a reforzar los derechos territoriales comunales, compensar a las comunidades indígenas por su trabajo servicios ambiental y facilitar el manejo forestal comunitario.

El informe explica que tasa de deforestación dentro de los bosques indígenas donde se ha asegurado la propiedad de la tierra es 2,8 veces menor que fuera de dichas áreas en Bolivia, 2,5 veces menor en Brasil y 2 veces menor en Colombia. Detalla que los territorios colectivos titulados evitan entre 42,8 y 59,7 millones de toneladas de emisiones de CO2 cada año en estos tres países; lo que equivale a sacar de circulación de 9 a 12,6 millones de vehículos durante un año.

Los datos indican que de las 404 millones de hectáreas ocupadas por los pueblos indígenas, los gobiernos han reconocido formalmente los derechos de propiedad colectiva o usufructo de unos 269 millones de hectáreas.

Bajo costo 

La FAO llama otorgar legalmente esos derechos para los territorios faltantes y hace hincapié en que sólo cuesta seis dólares titular una hectárea de tierra en Colombia y 45 dólares en Bolivia, un costo entre cinco y 42 veces más bajo que el de evitar las emisiones por medio de la captura y almacenamiento de carbono fósil en las centrales eléctricas de carbón o gas.

Según el estudio, la gestión justa y eficiente de los bosques para mitigar el cambio climático supone un problema de largo plazo que debe abordarse con un enfoque integral que contemple las estructuras de gobernanza, las políticas, el capital social, las capacidades y conocimientos para preservar los ecosistemas y las culturas, la mejora de las condiciones de vidas y la prevención de los conflictos sociales.

“Los programas exitosos de manejo forestal comunitario y compensación de servicios ambientales requieren derechos territoriales. Una buena gobernanza territorial y organizaciones indígenas y tribales consolidadas constituyen una base sólida para todo lo demás, mientras que la revitalización cultural y la gestión del conocimiento tradicional abonan al capital social, autoestima, habilidades y conocimientos necesarios para ello”, apunta la publicación.   https://redbioetica.com.ar/pueblos-originarios-y-cambio-climatico/

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