Cambiemos: La mafia del intendente Kubar en General Rodríguez
El intendente Darío Kubar, electo por Cambiemos en el partido de General Rodríguez, suma otra denuncia de violencia y abuso de autoridad: Andrea Fernández fue desalojada de un terreno que le había adjudicado el Instituto Provincial de Vivienda, por una patota municipal que golpeó tanto a ella como a sus hijos. La mujer fue trasladada a la comisaría, donde efectivos policiales la torturaron salvajemente. Mirá el video.
Durante el mandato del anterior intendente de General Rodríguez, Juan Pablo Angeleri, Andrea Celeste Fernández tramitó un expediente en el Instituto Provincial de la Vivienda para que le adjudiquen una vivienda social.
La mujer ocupaba un lugar prioritario en la lista de demandantes, porque tiene tres hijos menores -uno de ellos discapacitado-, y su marido trabaja en el corralón municipal. Ambos son vecinos del distrito desde hace muchos años.
Después de siete años de espera, la familia logra finalmente la adjudicación de un terreno, y se muda allí para comenzar su nueva vida.
Las elecciones de octubre de 2015 consagraron a Darío Kubar como nuevo jefe comunal del distrito. A 5 días de haber asumido, el intendente sacó a la calle una patota municipal, conformada por hombres que habían obrado de «fuerza de choque» de los barones del conurbano que no fueron reelectos y encontraron un nuevo empleo en General Rodríguez.
La nueva patota municipal está conformada por hombres que trabajaban para los barones del conurbano que no fueron reelectos en octubre
Andrea, quien en ese momento estaba embarazada, fue uno de los primeros blancos de este grupo mafioso. Sorprendida en su hogar por barrabravas y acusada de usurpar ilegalmente un terreno, la mujer fue arrastrada a una comisaría. Allí, efectivos policiales -muchos de ellos vestidos de civil- la golpearon y torturaron salvajemente, sin siquiera tener mieda por su condición.
Mirá el video:
Aunque la mujer tiene documentos que acreditan la autorización del Instituto Provincial de Vivienda para utilizar ese terreno, desde la municipalidad argumentan que esa casa ya tiene un dueño: Cyntia Romina Pujol.
Cyntia Pujol no sólo no figura en la lista de adjudicatarios del IPV, sino que la mujer ya es propietaria de otro terreno, una condición que le impide ser beneficiaria de una vivienda social. Sin embargo, la reclamante sí cumple un requisito importante para el municipio que conduce Kubar: es íntima amiga de la esposa del flamante intendente.
Luego de que Andrea denunciara lo sucedido, la municipalidad propuso firmar un acta de acuerdo en la que le prometieron la adjudicación de otro terreno para que pueda trasladarse con su familia. Al no cumplir con lo acordado, la mujer se dirigió nuevamente al IPV, donde la autorizaron a ocupar su casa nuevamente. Sin embargo, la pesadilla no termino allí.
Acta de conciliación:
Denuncia de agresión en la comisaría:
El 10 de marzo la familia fue atacada nuevamente por la patota municipal, con Cyntia Pujol presente. Otra vez, gritos y amenazas. Pero ahora, con una particularidad: la policía presentó una supuesta orden de desalojo emitida por el juzgado de Moreno.
Aunque nadie puso constatar la veracidad de dicha orden, el marido de Andrea prefirió preservar a sus hijos y evitar un nuevo episodio violento. La familia estaba dispuesta a retirarse pacíficamente, cuando un piedrazo golpeó a uno de los hijos del matrimonio, causándole una grave herida en la cabeza.
¿Quién fue la agresora?: Cyntia Pujol, avalada por los hombres que la secundaban. Andrea se abalanzó sobre la mujer que había lastimado a su pequeño, e inmediatamente la patota desató su furia contra la familia, propinándole una feroz golpiza al matrimonio y a los vecinos que intentaron intervenir.
Las víctimas fueron trasladadas al Hospital Vicente López y Planes y posteriormente realizaron la denuncia en la Comisaría 1°, presentando fotos y videos que los vecinos del lugar habían podido registrar durante las agresiones.
Actualmente Andrea y su familia se encuentran refugiados en la casa de un familiar. Los niños no están concurriendo a clases. Casualmente uno de ellos asiste a la escuela donde Cyntia Pujol trabaja como preceptora, y la familia teme nuevas represalias contra el menor.
El miedo y la desolación inundan a estos vecinos de General Rodríguez que no pueden regresar a su barrio por miedo a ser atacados nuevamente por la fuerza que está al servicio del intendente Darío Kubar y sus amigos.
Denuncia por agresiones:
