Bolsonaro exterminó a 500 millones de abejas en tres meses: Macri y Schiaretti lo siguen
Durante 2018, producto de que la ley no existe para la depredación corporativa, en Brasil murieron 500 millones de abejas. Esa cifra se habría verificado en tres meses de acción de pesticidas.
Escribe Alejandro C. Tarruella
El represor sin medida
En agosto de ese año, un reportaje de la agencia Bloomberg revelaba que, en tres meses, en el Brasil de Michel Temer, se exterminaron 500 millones de abejas, lo cual constituía una catástrofe para la vida en el planeta, que puede verse afectada por la falta de producción de oxígeno. En enero de 2019 asumía Bolsonaro y la masacre no cesó porque no acusó recibo y el exterminio sigue en pie. Por eso, el gobierno de Mauricio Macri se unió a esa corriente sin responsabilidad porque en Argentina, se producía al mismo tiempo, un fenómeno semejante.
La abeja es uno de los polinizadores fundamentales en el sistema de la naturaleza y asiste a la reproducción de un sinnúmero de plantas
De acuerdo a información de la FAO (Organizador de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), cerca del 75 por ciento de los cultivos del planeta se sostienen en la polinización que producen las abejas. Lo sucedido en el Brasil de Bolsonaro afecta directamente a la producción de alimentos y oxígeno como se irá observando en el futuro cercano.
Cuatro estados del Brasil han sido los más afectados por la agresión de agentes humanos. En Río Grand do Sul fueron halladas unos 400 millones de abejas muertas. Aldo Machado, vice titular de la asociación de apicultura riograndense, expresó que “Tan pronto como las abejas sanas comenzaron a limpiar las abejas moribundas de las colmenas, se contaminaron y comenzaron a morir en masa”. Las investigaciones indicaron que se halló restos de pesticidas, neonicotinoides y fipronil, prohibidos en Europa. La mayor parte de las abejas tenían Fipronil, que prohíbe la Unión Europea y, muy seguramente, generador de cáncer humano según la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos.
El Auschwitz brasileño
Se analizó en niveles científicos que la explosión de los pesticidas se produjo durante el régimen del mandatario Michel Temer, que echó en un golpe de palacio a la ex presidente Dilma Rousseff. La organización Unearthed, que pertenece a Greenpeace, señala que Bolsonaro profundizó esa línea de acción que consiste en llevar al caos el poder de las corporaciones de la globalización.
En su gobierno se permitió la libre venta sin control de 290 pesticidas, 27 por ciento durante 2018. Esas políticas se reforzarían con una nueva ley que se debate en el Congreso, que hace a las líneas de acción que permitieron el incendio masivo y deliberado del Amazonas. Desde 2017, hay en el Brasil de Bolsonaro legalizados por el gobierno, 193 herbicidas y pesticidas que poseen contenidos químicos expresamente prohibidos en Europa.
Bolsonaro es el mayor comprador mundial de pesticidas en su mayoría no permitidos en el viejo mundo
Hay que considerar que ese estado final de la ley que rige ahora en Brasil incrementa el pago de comisiones ilegales que reciben miembros del gobierno, y coloca al conjunto de la población en una suerte de Auschwitz abierto, expuesto a experimentaciones semejantes a las que realizaron los nazis en ese campo de concentración.
Es decir que Bolsonaro está permitiendo en Brasil que se experimente con químicos, algo que para los organismos internacionales de todo tipo, y algunos países, no parece ser riesgoso para la vida del planeta. Con sencillez, el titular de la Asociación de Apicultores del Distrito Federal de ese país, Carlos Alberto Bastos, expresó que “La muerte de todas estas abejas es una señal de que estamos siendo envenenados».
“Cuanto mayor es el número de productos, menores son nuestras posibilidades de seguridad, porque no se pueden controlar todos los pesticidas”, revelaba Silvia Cazenave, profesora de toxicología en la Pontificia Universidad Católica de Campinas. Con ligereza, el Ministerio de Salud de Brasil expuso 15.018 casos de intoxicación por pesticidas agrícolas durante 2018, y admitió que, en realidad, ese número constituye una subestimación de los datos concretos del fenómeno, es decir que la cifra podría ser falsa.
En Argentina, donde Macri abrió las compuertas de la eliminación de las leyes de control a los pesticidas, ha habido en los últimos 18 meses muertes masivas de abejas como en México, Turquía y Canadá. En Estados Unidos, se avanza en la destrucción de las abejas y en Rusia, hubo muertes masivas en 20 regiones. En Sudáfrica murieron no menos de un millón de abejas en noviembre de 2018 y se acusa al empleo de fipronil.
Córdoba: 72 millones de abejas muertas
Macri y Schiaretti dejarán su marca en la bolsonarización de la política
En Translasierra solamente, en los primeros meses del año anterior, se verificó la muerte de 50 millones de abejas. En marzo de 2018, la fumigación acabó con 72 millones de abejas en Córdoba, según el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria, el SENASA, que no difundió la información ni investigó en profundidad. El 84 por ciento de los productores cayó sin pena ni gloria. Se señala a los laboratorios Bayer y Syngenta como a algunos de los proveedores de los agroquímicos sin ley.
La Unión Europea ha prohibido el uso de neonicotinoides, cosa que Macri y Etchevehere no atienden y según estudios sobre abejas y agroquímicos exterminadores, en ocho años los apicultores se redujeron de 33.781 a unos 9 mil 200 de acuerdo al Registro Nacional de Productores Apícolas. Es hora de tomar nota y comenzar a recuperar la vida. Antes de que sea tarde.