Bertone de Groucho Marx a Cristina
Del Peronismo a menudo emergen figuras/dirigentes que nos ponen en ciertos aprietos a la hora de evaluar sus recorridos o conductas políticas, Rosana Bertone es uno de los casos más llamativos de los últimos años entre quienes pregonan una cosa, hacen otra y luego declaran una muy distinta.
Pese a haber tenido el privilegio de ocupar variados cargos, durante las sucesivas administraciones kirchneristas, y haber ganado la elección en Tierra del Fuego bajo aquél signo político, lo primero que hizo al asumir la gobernación fue enviar un proyecto para modificar la lógica recaudatoria que consagra una de las más modernas constituciones provinciales, para así pararse sobre los dineros públicos, con el afán de conducir la política en base al condicionamiento económico sobre los intendentes. Esta medida está aún siendo revisada por la Corte Suprema, merced a un reclamo judicial de Gustavo Melella oponiéndose a tal atropello constitucional.
Luego y de manera muy abierta, fue acercándose a Mauricio Macri, y no sólo por cuestión de conveniencia política, sino que, en su afán de congraciarse con el Poder central de la derecha, acompañó, al presidente en su periplo por Davos; declaró huésped de honor al empresario-ministro, anglo-sajón Aranguren, coqueteó hasta el espanto con el ministro Frigerio, con Pichetto, con Urtubey y hasta se hablaba de la posible integración en una fórmula presidencial con Lavagna. En épocas en que la derecha parecía que se encaminaba hacia un segundo período de gobierno.
Pero también se hizo espacio para atacar con operaciones político-mediático-judiciales a quién es hoy el único referente político del campo nacional y popular, capaz de arrebatar los sueños reeleccionistas a la gobernadora.
No obstante, la realidad fue mostrando de manera contundente que Macri deberá irse muy pronto a su casa, al igual que la mayoría de los empresarios y socios políticos que llevaron a la Argentina a una de sus peores catástrofes sociales y económicas. Bertone, también vio este panorama y muy rauda, comenzó a tejer sus puentes hábilmente, para el regreso al redil del Kirchnerismo, que tanta vergüenza le causaba hasta no hace mucho tiempo; tiempos en que no tenía empacho en declarar como un miembro de cambiemos que los kirchneristas eran corruptos y que habían robado, como explica bien el diario Clarín, casi cotidianamente. O que Néstor Kirchner, debía yacer en una tumba común, como si no mereciera los honores por haber sido el peronista que había llegado en el 2003, para transformar, junto a Cristina, la vida de millones de argentinos.
Groucho Marx, en una de sus más brillantes frases expresó. “Si no te gustan estos principios, tengo estos otros”, y hoy a una semana de las elecciones provinciales, bueno sería que como una suerte un ejercicio de honestidad ciudadana, los habitantes de Tierra del Fuego recordaran que Rosana Bertone, al igual que Marx; Groucho no Carlos, tiene principios políticos variados y que los esgrimirá según la ocasión. Cristina lo sabe, y es por ello que en un reciente audio suyo, no la menciona ni una sola vez. Si ella que es de hablar también a través de los silencios, lo sabe, sépanlo ustedes. Bertone fue Macri, pero ahora no tanto.