Avanza la vacuna argentina del INTA contra el Covid
Una de las vacunas argentinas contra el coronavirus avanza en su desarrollo a una nueva etapa. Se trata de la que está en producción por parte del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Lo hace con la colaboración de Laboratorio Bagó, de carácter nacional. El papel del Estado resalta como de carácter principal en estos logros. El director del INTA, Mauro Sarasola, estimó que el trabajo arroja resultados preliminares muy alentadores.
Escribe Alejandro C. Tarruella
Producción e inventiva nacional
Sarasola habló en la FM 97 y dijo que basado en el financiamiento estatal del Ministerio de Ciencia y Técnica, “un grupo de sanidad animal del INTA empezó a trabajar con una idea para utilizar una nanoplataforma que puede llevar antígenos a las células para llevar el antígeno del COVID19 y promueva la respuesta innmune en el cuerpo humano”. Dijo que los “resultados alentadores de las primera etapa de investigación despertaron el interés del laboratorio argentino Bagó y se firmó un convenio donde el INTA pone el conocimiento y el know how y la compañía el financiamiento”. Señaló que ir dando pasos seguros para las etapas de prueba, dos y tres, que se harán en animales y es necesario avanzar “monitoreando el avance y entre uno o dos años vamos a saber si se puede llegar a una nanovacuna o sino servirá para conocer más sobre la enfermedad” en virtud de que “los tiempos son difíciles de estimar porque depende de cómo avanza la investigación. Por ahora, los resultados preliminares son buenos y estamos muy contentos de que un laboratorio nacional se haya fijado en una investigación del INTA y el CONICET”.
El INTA estima hoy importante, contar con información sobre la respuesta inmune en animales de laboratorio para analizar los próximos desarrollos contra el SARS-CoV-2. Una inversión común del INTA y Bagó, prevé financiar estudios para lograr datos en la generación de la respuesta inmune en ratones y así observar los desarrollos futuros previsibles en la materia.
Sebastián Pappalardo, investigador del Grupo de Nanomedicina Veterinaria de la Estación Experimental Agropecuaria INTA Bariloche, a cargo del proyecto, expuso: “El convenio con Laboratorios Bagó considera nuestra experiencia como grupo de investigación en el direccionamiento de nanovehículos hacia células dendríticas, que involucra una molécula sintética que se ancla específicamente a un receptor de estas células que tienen un rol fundamental en la regulación de la respuesta inmune”. Dijo que al emplear la plataforma de nanovacunas direccionada a las células dendríticas “células específicas del sistema inmunológico” que desarrolla el INTA Bariloche hace ya varios años conjuntamente con universidades de Italia y los Estados Unidos, se accederá a datos que facilitarán la comprensión de la respuesta inmune en animales de laboratorio en capacidad de ser trasladada a las personas. El objetivo es lograr una nanovacuna nacional.
El camino de lo propio
El director del Centro Regional Patagonia Norte del INTA, Carlos Magdalena, reflexionó y explicó que “el convenio le permite al grupo de investigación de Bariloche contar con fondos para realizar los estudios utilizando la plataforma de nanovacunas, con vistas a futuros desarrollos en el campo de COVID-19”. Estimó que a esta altura de los estudios es alentador observar que la “prueba de concepto” fue positiva y alienta en camino a tener una de las primeras vacunas en su tipo en el continente americano.
Hay que destacar que el trabajo del Grupo de Nanomedicina Veterinaria se relaciona a la producción de nanovacunas, dispositivos diagnósticos descartables sostenidos con base en la nanotecnología y nanoterapéuticos que combatirán distintos patógenos que atacan la salud pública, la ganadería, la apicultura y la acuicultura en su conjunto. De manera que el emprendimiento nacional, con base en el aporte del Estado, tiene una base que se abre en un sinfín de posibilidades destacándose, el avance nacional en el campo científico mundial. El apoyo del gobierno, que luego del período neoliberal desinversor y fugador de capitales nacionales, apunta a invertir en desarrollos nacionales científico técnicos, es la clave del emprendimiento al que se suma un laboratorio afincado en el país.
Los desarrollos nacionales amortiguarán el peso de la invasión internacional de vacunas de laboratorios corporativos, que apuntan a fortalecerse en la especulación financiera. Un caso es el de Hugo Sigman, dueño del Grupo Insud, del laboratorio mAbxience, del consorcio internacional que fabricaría en la Argentina, la vacuna contra el coronavirus de la Universidad de Oxford. En agosto de 2020, Sigman anunció que en diciembre de ese año, se conocerían las primeras vacunas producidas en el país. Aún se espera ese avance que al momento, no existe. Las vacunas no están pero, esos anuncios, mejoraron en su momento la situación de las acciones de las empresas en la bolsa lo que explica, que los objetivos privados, no tienen en vista sino de modo parcial, el interés de la humanidad.