Tras cerrar sus plantas de Baradero y Munro, la firma cesanteó sorpresivamente 24 operarios de la planta de Río Tercero. Lo hizo con un listado en la puerta. Hace unos meses había prometido inversiones.
Con un listado de cesanteados pegado en la puerta de ingreso a las 4AM, horario de entrada de uno de los turnos, la firma Atanor anunció la nueva etapa del ajuste sobre los trabajadores químicos. Se trata de 24 despidos en la planta de Río Tercero, Córdoba, en la que había prometido inversiones y un futuro de prosperidad y expansión.
“De por sí quedarse sin trabajo es denigrante, pero la empresa lo hizo aún mayor colgando un cartelito. Son despidos sin causa y afirman haber depositado las indemnizaciones” aclaró el abogado Carlos Patjman.
La empresa ya había cerrado en febrero sus plantas ubicadas en Baradero y en Munro, en la Provincia de Buenos Aires, y había informado a los más de 160 trabajadores que se quedaban sin empleo por un papel pegado al ingreso.
El letrado afirmó que “no hubo ni aviso previo ni un procedimiento de crisis que establece la ley”, y confirmó que los trabajadores decidieron paralizar y tomar la empresa, por tratarse de “un conflicto tipo 1”.
En tal sentido, quienes debían ser reemplazados en el turno de la madrugada permanecieron en el interior y en las afueras se multiplicaron los reclamos, piquete mediante.
En diálogo con el programa Cara y Cruz, de radio Universidad, sostuvo que “podría haber algún riesgo ambiental”, ya que “hubo despidos en el laboratorio” y para controlar efluentes que van al río “la empresa debería disponer de su personal jerárquico”.