A través de un comunicado emitido por el PO, se dio a conocer los aparentes motivos de una discordia de larga data en las internas de los Obreros. Al sugerir de su actual condición, Altamira y sus adeptos, emprenden un camino distinto al que se fijara la administración de este sector partidario. El histórico dirigente de izquierda tomó la decisión, luego de que en abril lo apartaran de la conducción del espacio trotskista.
El Comité Nacional del Partido Obrero considera que el grupo dirigido por Altamira ha resuelto romper con el Partido Obrero para formar su propia organización. Es lo que se desprende de las resoluciones votadas en una “asamblea de militantes”, no anunciada a los organismos partidarios. En ese evento Altamira y su grupo han resuelto dar un paso fraccional final y sin retorno, resolviendo que actuarán de modo público con sus propias posiciones, dividiendo la unidad de acción del Partido, que es la clave del centralismo democrático que funda los estatutos de los partidos revolucionarios.
Entre las resoluciones rupturistas aprobadas se destaca: “apoyar al FIT-Unidad. Desarrollar una campaña de charlas y difusión sobre la base de la caracterización de conjunto expresada en nuestros documentos y la defensa del Programa de la CRCI y del Partido Obrero, votado en Buenos Aires en abril de 2004”. Queda claro por lo tanto que la campaña electoral que piensan desarrollar no será con los materiales centrales del Partido y las resoluciones votadas por el XXVI Congreso y las que adopten los organismos partidarios, sino con sus propias posiciones. Estamos ante una declaración de ruptura de la unidad de acción del partido alevosa, en una actividad pública central en esta etapa como es la campaña electoral, que supone una concentración de fuerzas y de movilización política de toda la organización y su periferia. Con esto, Altamira y su grupo resolvieron hacer campaña electoral con las consignas de “fuera Macri”, lo que fue rechazado de modo categórico por el Congreso del PO, dado que nos colocaba en el campo del voto al pejotismo-kirchnerismo. Y también anuncian un boicot a las actividades del Partido, resolviendo por su cuenta una “campaña de charlas y difusión” propias, al margen por completo del cronograma de actividades centrales que resuelva la dirección del partido y los organismos encargados de diseñar y llevar adelante la campaña electoral. De estas líneas se deduce que renuncian a la lucha por el voto entre las masas en general y con los materiales del partido, en particular. Este boicot ya está en marcha, como ha sido denunciado por Daniel Sierra en todo lo referido a la acción en el movimiento obrero (B N…). El próximo paso será militar en los frentes sindicales, barriales, estudiantiles con su propia orientación, aún cuando la misma sea divergente con la fijada por el PO y sus agrupaciones. Un paso en esa dirección ya se dio en la AGD-UBA, donde personas referenciadas en esta fracción atacaron públicamente a la dirección clasista del sindicato integrada por militantes del PO. Eso es constituir otro partido y no una fracción interna»
Los que se fueron
Altamira y Ramal junto a los dirigentes Juan Ferro, Daniel Blanco, Julio Quintana decidieron alejarse del Partido Obrero, como corolario de la crisis desatada en abril cuando fueron apartados de la conducción de esa fuerza, dijeron hoy voceros de los dirigentes disidentes.
La ruptura se concretó este fin de semana, cuando los disidentes llevaron a cabo una asamblea fuera de las estructuras partidarias para conformar una nueva agrupación de izquierda.
«Denunciamos que la invocación al programa del Partido Obrero y la CRCI que realiza el grupo de Altamira es una coartada para justificar su política rupturista», afirmó el Comité Nacional del PO en un comunicado.
La «fracción pública» que Altamira y su grupo proclamaron «violenta del modo más elemental la unidad de acción de una organización revolucionaria», sostiene el Partido.
Sentencia troska
La cúpula del PO le endilgó a Altamira y sus seguidores; que pese a haber sido derrotado en «decisiones democráticas» (congresos y conferencias electorales, entre otras) «ha resuelto desconocerlos y actuar como un partido propio, dirigiéndose hacia el exterior de la organización con las posiciones que fueron rechazadas en el debate».
«Ante la ruptura declarada de Altamira y su grupo, el Comité Central adoptará todas las medidas necesarias para defender la integralidad del Partido Obrero, el frente único de clase y la unidad de acción que corresponde a un partido revolucionario, asegurar el funcionamiento de nuestra organización y preservar su patrimonio político, material, económico y legal», remarca el mensaje del PO.