La planta ubicada en La Matanza continúa ocupada a la espera de alguna respuesta. Nadie se hizo cargo de la situación y los casi 100 empleados, un 90% mujeres sostenes de familia, preservan las instalaciones.
Hace dos semanas, la fábrica Suschen, ubicada en la localidad de Rafael Castillo en La Matanza y conocida por producir las emblemáticas mielcitas y los naranjús, debió cerrar sus puertas en forma definitiva, luego de que los dueños se dieran a la fuga sin dar explicación y adeudando sueldos y aguinaldos.
Desde ese momento, los 105 trabajadores del lugar, casi un 90 por ciento mujeres operarias y sostén de familia, se mantienen en la planta a la espera de que alguien se haga cargo o, quizás, poder gestionarla como una cooperativa.
En diálogo con El1 Digital, Silvia, una de las trabajadoras de la empresa, expresó que «no hubo ninguna novedad», aunque «hay comentarios de que alguien podría hacerse cargo, pero con el 50 por ciento de los trabajadores».
«Al 50 por ciento restante se lo indemnizaría, pero, además, los que quedarían, perderían su antigüedad», señaló, y agregó, sobre la oportunidad poco convincente: «No aceptamos nada porque no es lo que queremos ni lo que corresponde. Al perder la antigüedad, quién asegura que, de acá a un mes, no nos puedan echar».
«Queremos que alguien se haga responsable. No tenemos ningún telegrama de despido ni está el proceso de quiebra. Estamos en la lucha», indicó, sobre el difícil momento por el que atraviesan ella y sus compañeros. Tras varias reuniones en el Ministerio de Trabajo, hasta el momento, no hubo noticias de los dueños de las instalaciones.