
Fernando Niembro, cada vez más comprometido
Nuevas novedades en el caso Niembro. El comentarista deportivo también le facturó a la Ciudad con su escuela de periodismo. En medio del escándalo, su socio en La Usina Producciones, Atilio Meza, renunció a su lugar en el puesto número 13 de la lista de diputados de la alianza. Aunque alega absoluta inocencia, su defensa está plagada de contradicciones. El cuestionado candidato a diputado nacional por el frente Cambiemos, se encuentra cada vez más complicado.
La insólita defensa
La Usina Producciones, la empresa creada por Fernando Niembro y su socio, Atilio Meza, facturó al Gobierno porteño 19,5 millones de pesos. Todo por contratación directa o al amparo del Decreto 556, modificado por el decreto 752/2010, modalidades que están previstas para la contratación de bienes y servicios esenciales sólo cuando existen razones de urgencia.
La firma sólo tuvo dos clientes: el GCBA y el Banco Ciudad. Para las tareas realizadas, no contrató a ningún empleado y los contratos efectuados no estaban publicados en el Boletín Oficial.
Frente a la polémica desatada tras la revelación de estas irregularidades, el comentarista deportivo y candidato a diputado nacional por el PRO trazó una estrategia de defensa que recayó en graves contradicciones.
Frente a la polémica desatada tras la revelación de estas irregularidades, el comentarista deportivo y candidato a diputado nacional por el PRO trazó una estrategia de defensa que recayó en graves contradicciones.
En primer lugar, y como era previsible, insistió en su inocencia y atribuyó la denuncia a una operación política impulsada por el kirchnerismo. Luego de aclarar que no renunciará a su candidatura y que su espacio político apoya esta decisión, Niembro sostuvo que “en todas las contrataciones, el Gobierno porteño convocó a una compulsa de precios”.
En ese sentido, afirmó que su empresa fue elegida porque era la que ofrecía mejor precio que sus competidoras, a las que no pudo identificar. “Eran precios de mercado, si lo que ofrecíamos era el mejor descuento. Por eso ganábamos” lanzó, y ratificó que la firma “no tenía empleados» sino que tercerizaba los servicios.
Para explicar el curioso monto por el que vendió la millonaria firma -se desprendió de ella por solo 20 mil pesos- el ex vocero de Menem desafió: “Puedo hacerlo a la cifra que me plazca. La empresa no tenía gran rédito. A los 21 millones de pesos había que descontarle el IVA, pagar los gastos de la tercerización, las encuestas y otros gastos. Si quiero, la puedo regalar”.
Para ampliar su defensa, remarcó que abandonó La Usina en mayo del año pasado para dedicarse a la política y no mezclar los asuntos privados con su militancia partidaria en el Pro. Pero eligió una curiosa frase para intentar demostrar su honestidad: “Pude haber puesto un testaferro, pero no lo hice” sostuvo.
En este punto también había presentado contradicciones, incluso durante el transcurso de una misma entrevista. En diálogo con Jorge Lanata y Diego Leuco por Radio Mitre, el periodista afirmó que la empresa fue creada en el año 2010, y que el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires lo contrató dos años después. Inmediatamente, Leuco le informó que la sociedad está inscripta en 2012, es decir: la empresa se creó en el mismo momento que consiguió su primer cliente. Sorprendido, Niembro admitió el error y la “casualidad” de ambas fechas. “Perdone la imprecisión. No era yo el que llevaba la administración de la empresa, así que puede que haya cometido ahí una falta” se excusó.
Otras sociedades entre Macri y Niembro
Ahora, un nuevo dato hace tambalear aún más su defensa. El vínculo económico del candidato con el macrismo no empezó con la publicidad, sino con el negocio de la educación para los empleados públicos de la Ciudad.
Esa es la tarea que asumió la Escuela de Ciencias Deportivas de Niembro, junto a Marcelo Araujo, cuando firmó una serie de convenios de capacitación con el Instituto Superior de la Carrera Administrativa (ISC), un ente público creado por ley en 2007, e implementado desde 2008 por el jefe de Gobierno Mauricio Macri apenas comenzó su primer mandato.
La Escuela Superior de Ciencias Deportivas SRL brindó a los empleados capitalinos cursos de “Cronista General para Informáticos”, “Redacción Periodística”, “Producción de Medios Audiovisuales” y “Ofimática”, reveló Tiempo Argentino.
La Escuela Superior de Ciencias Deportivas SRL brindó a los empleados capitalinos cursos de “Cronista General para Informáticos”, “Redacción Periodística”, “Producción de Medios Audiovisuales” y “Ofimática”
Niembro legalmente cedió su participación de la empresa en 2011, pero cuando la escuela cerró sus puertas a principios de 2014, el comentarista deportivo se hizo cargo del cese de tareas: “No lo pudimos sostener más por problemas económicos. Fue un dolor muy grande pero preferimos terminar con todo en regla”, explicó al diario La Nación en ese momento.
Sin embargo, a pesar de su cierre, la escuela continúa facturándole contratos al estado porteño. Es decir, se reproduce la misma matriz que en La Usina Producciones.
A pesar de su cierre, la escuela continúa facturándole contratos al estado porteño. Es decir, se reproduce la misma matriz que en La Usina Producciones.
Sus primeros rastros surgen a partir de un minucioso informe de la Auditoria de la Ciudad de Buenos Aires, publicado en diciembre de 2010, que analiza los primeros años del ISC, releva los pocos cursos propios de la institución y estudia los convenios con otros organismos. «La selección de las Instituciones como los valores estipulados para el pago de estas contrataciones, son realizados de forma discrecional y sin ningún criterio», advierte el documento.
La Dirección General de Contaduría nunca les entregó los pagos finales, pero hicieron una estimación a partir de los»cursos dictados, los importes pagados según los Informes de las Entidades contra las Certificaciones del Instituto y los importes pagados contra el Listado de Transacciones – SIGAF», y concluyeron que la escuela deportiva facturó $400.000 en el primer año de funcionamiento del organismo de formación para empleados públicos.
La escuela de Niembro y Araujo fue creada en 1993, pero recién recibió aval oficial del ministerio de Educación porteño el 10 de marzo de 2011, mediante la resolución 1441/MEGC/11. Para entonces la escuela deportiva ya llevaba 3 años como proveedora del ISC, es decir, facturaba cursos para la carrera administrativa porteña, pero no tenía ningún reconocimiento oficial.
Luego de recibir el espaldarazo del ministro Esteban Bullrich, la escuela de Niembro registró un repunte de facturaciones de parte del ISC. El informe de la auditoría sólo abarca el año 2009 del Instituto de la Carrera, pero el Sistema Integrado de Gestion Administrativa y Financiera (SIGAF) del gobierno porteño, revela que la escuela de Niembro facturó 50.000 pesos en cursos durante 2012, sumó otros 451.500 en 2013 y cargó 513.490 en 2014, aunque el propio periodista y empresario tuvo que anunciar en enero de ese mismo año que su escuela no seguiría funcionando.
Luego de recibir el espaldarazo del ministro Esteban Bullrich, la escuela de Niembro registró un repunte de facturaciones de parte del ISC.
Toda la negociación de la administración PRO para implementar el flamante instituto de la carrera con acuerdo del gremio estuvo en manos de un hombre de mucha confianza de Macri: Néstor Grindetti, ex gerente de SOCMA, reconocido por su padre Franco y también por el omnisciente amigo del alcalde Nicolás Caputo. Grindetti no dejó nada al azar y nombró a su consorte Karina Spalla como titular del organismo de capacitación para empleados públicos. Spalla actualmente es legisladora porteña y en esos años fue, bajo la tutela de Grindetti, la primera puerta de ingreso para Niembro dentro del selecto club de proveedores del gobierno porteño.
La vinculación advertida en 2009 por la Auditoría transformó el ISC en el primer cliente estatal de Niembro, antes de la creación de La Usina Producciones, que comenzaría a facturar millones cuando los cursos de su escuela ya transitaban el tercer año de facturaciones por ofrecer cursos que iban desde inglés, ofimática y redacción para informáticos.
De todas formas, en su sitio de internet la escuela sigue funcionando “a partir de una alianza estratégica” con otro instituto. Niembro aparece como director de la carrera de periodismo deportivo.
Niembro no se baja, su socio sí
En el medio del escándalo, Niembro fue consultado por su relación con Atilio Meza, su socio en la Usina Producciones. “Sobre la vida de Meza y su actividad política, no tengo nada que ver. Es mi ex socio” respondió.
Sin embargo, el empresario ocupaba el lugar número 13 en la lista de diputados nacionales del frente Cambiemos que encabeza, precisamente, Fernando Niembro.
Una vez desatado el escándalo, el socio no tuvo más que renunciar. Así lo afirmó Niembro: “(Meza) tendrá que responder por él. No va a ser candidato, ya van a ver”, aseveró.
El prontuario de sus abogados
El comentarista deportivo eligió los servicios del Estudio Anzorreguy para ejercer su defensa de la acusación por administración fraudulenta. Fundado por el ex titular de la SIDE durante el menemismo, Hugo Anzorreguy, y con su hermano, Jorge, uno de los principales operadores judiciales en los noventa, el reputado buffette ahora está encabezado por el linaje de Jorge que, junto a su hijo homónimo, entre otros casos resonantes del momento, defiende a Hugo Jinkis en el tramo local del FifaGate.
En su lista de defendidos figura también la titular del Grupo Clarín, Ernestina Herrera de Noble, ante la sospecha de la apropiación ilegal de sus hijos y el Banco Ciudad, en el que tuvo un puesto como asesor en 2010.
El letrado elegido ya respaldó publicamente a su defendido: desmintió que se hayan realizado allanamientos en las propiedades de Fernando Niembro e indicó que “lo único” que existe en el marco de la causa es una solicitud del fiscal Carlos Velarde para que el juez a cargo, Roberto Ponce, “requiera al gobierno de la Ciudad que presente documentación sobre las contrataciones”.
“Respecto de Niembro y La Usina no se ha tomado ninguna determinación”, aseveró el abogado, y agregó que el comentarista “dejó de pertenecer a la empresa en marzo del 2014, cuando ni siquiera era candidato de Cambiemos”.
En ese sentido, sostuvo que las actuaciones ahora cuestionadas tienen que ver con su “actividad privada” y que el candidato a diputado nacional actuó “en forma ética”.





