El FBI advierte sobre venta de reliquias de Medio Oriente
La Oficina Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés), advirtió a los mercantes de antigüedades en Estados Unidos sobre el arribo de piezas provenientes de Medio Oriente.
A través de un comunicado, el organismo de seguridad instó a vendedores de reliquias a tener cuidado con sus adquisiciones, ya que existen evidencias de se han ofrecido en el país artefactos saqueados por combatientes del Estado Islámico en Siria e Iraq.
La agencia anunció que la venta de bienes patrimoniales en el mercado negro se ha convertido en una importante fuente de financiamiento para los radicales islámicos y existe una creciente preocupación por la llegadas de las piezas al mercado occidental.
«Tenemos informes de que a ciudadanos estadounidense les han sido ofrecidos bienes culturales que parecen haber sido sustraídos (ilegalmente) de Siria e Iraq recientemente», dijo Bonnie Magness-Gardiner, director del Programa de Robo de Arte del FBI.
A través de un comunicado, el organismo de seguridad instó a vendedores de reliquias a tener cuidado con sus adquisiciones, ya que existen evidencias de se han ofrecido en el país piezas robadas por combatientes del Estado Islámico en Siria e Irak.
El funcionario solicitó a coleccionistas y compradores a corroborar la documentación de las piezas a adquirir; cotejar los recibos de importación y documentos de procedencia. «Lo que estamos tratando de comunicarles es que no permitan que estas piezas (su compra), que podrían financiar al terrorismo, sean parte del negocio».
Desde enero pasado el grupo islamita sunita ha saqueado y destruido algunos de los principales sitios arqueológicos al norte de Iraq y Siria, actos que han sido catalogados por autoridades de la Unesco como «crímenes de guerra» pero que han sido imposibles de frenar.
Desde la semana pasada se difundió que los yihadistas dinamitaron el templo milenario de Baalshamin, ubicado en las ruinas de la ciudad de Palmira, incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad. Pero no fue hasta ayer que se comprobó su erradicación con la publicación de imágenes satelitales, donde ya no queda referencia alguna del recinto construido en el año 131 d.C.
El saqueo de reliquias y su venta para financiar la guerra del Estado Islámico les valió el apodo de «antigüedades de sangre», en alusión a los «diamantes de sangre», un término usado para referirse a la venta de piedras preciosas para financiar las guerras africanas de Angola y Sierra Leona.(eluniversal.com)