El candidato filonazi de los republicanos, Donald Trump en problemas

Escribe Nicanor Zambrano, exclusivo para InfoBaires24
Donald Trump, magnate filonazi, antiamericano, insultó a la estrella de la Fox, Megyn Kelly, conductora del acto en el que se presentaba como precandidato del partido de Reagan y Busch. Dijo de la moderadora del debate, de la cadena Fox, que «le brotaba sangre de los ojos, le brotaba de cualquier parte». Y agregó párrafos a su inesperado insulto.
Un filonazi en la tierra de Bush
Días atrás, Tramp participó en un debate con precandidatos y se vanaglorió de no estar interesado en lo “políticamente correcto”. Dijo en esa ocasión, en la que logró adhesión de televidentes, que ese es uno de los grandes males que aquejan a los Estados Unidos.
Si bien la idea no da lugar al hallazgo de un pensador sino de una suerte de moralista que encubre su mensaje, Trump jugó más pesado en esta ocasión, y abrumó a la única mujer moderadora de un debate, Megyn Kelly, estrella de la cadena Fox, reconocida en los Estados Unidos como una figura de la televisión. Megyn es una persona muy popular entre el público de la Fox, una cadena conservadora que seguramente va a apoyar a los candidatos republicanos en la próxima elección presidencial.
Sin embargo, ante el insulto del magnate filonazi, Megyn respondió con firmeza poniendo en duda ante millones de norteamericanos, su presunta capacidad con vistas a ser presidente. Sus insultos a las mujeres navegan en las redes corporativas de uso social y delatan que es posible que considere a las mujeres en inferioridad de condiciones, como ocurre con personas de origen afro, mexicanos y nativos de América en general.
El responsable de organizar el acto de características conservadoras, Erick Erikson, se mostró desilusionado por las bravuconadas del irresponsable Trump: «Hay unas líneas reales de decencia que una persona que aspira a ser presidente no debería cruzar», fueron sus palabras.
Luego del suceso, en la noche del viernes, al ser entrevistado por la cadena CNN, que seguramente quiso rescatar al intolerante precandidato, Trump se quejó con amargura del trato que presuntamente le dio Kelly. Aseguró que a la periodista “le brotaba sangre de los ojos, le brotaba sangre de cualquier parte”. Se reflexionó en los medios que Trump intentaba decir que la periodista, estaba bajo los efectos de una alteración hormonal dado que se encontraba menstruando, lo cual –de acuerdo al empresario de ideas cercanas al nazismo- puso a la conductora en actitud agresiva. Sus afirmaciones fueron consideradas poco menos que absurdas, propias de un personaje adicto a la intolerancia pública.
Trump aseguró que a la periodista “le brotaba sangre de los ojos, le brotaba sangre de cualquier parte”, aludiendo inequívocamente a la menstruación femenina
“Creo que aunque el señor Trump resuena en mucha gente con su estilo directo, incluso hasta cierto grado conmigo, hay unas líneas reales de decencia que una persona que aspira a ser presidente no debería cruzar”, escribió con sumo cuidado en su web, Erikson: “Su comentario fue inapropiado. Es lamentable tener que retirarle la invitación, pero no quiero que se suba al podio alguien que recibe una pregunta hostil de una dama y cuya primera inclinación es implicar que fue una acción hormonal. Sencillamente está mal”. Erikson es creador blog conservador RedState, cuyo nombre se utilizó para la convención que se realiza en Atlanta. Trump calló ante la embestida de los organizadores, una vez que le retiraron la invitación por sus agresiones en serie.
La preocupación que existe en ámbitos políticos de ese país, reside en que cada vez que Trump fue cuestionado por sus características intolerantes, racistas y misóginas, ha tenido mejor suerte en las encuestas o acaso, encuestadoras afines a la derecha conservadora, han hecho aparecer las cosas de ese modo.
Trump se largó a su nuevo “negocio” corporativo político con insultos a la comunidad hispana de Estados Unidos. Causó impresión e impacto, varias empresas se desvincularon de su campaña y su popularidad pareció crecer. Algunos emparejan ese fenómeno con el crecimiento de Adolfo Hitler hacia 1930, cuando hacía gala de racismo e intolerancia en sus discursos y crecía en la adhesión de la población alemana.
Trump buscó notoriedad con sucesos fuerte y deshonró a veteranos de guerra. Así fue que se animó a deshonrar a un senador republicanos, el “héroe de guerra” John McCain, prisionero en Vietnam. Trump sin embargo creció en las mediciones.
Por último, en el debate presidencial que alcanzó los 24 millones de televidentes, logró cierta ventaja en el favor del público. Cuando dijo que iba a exigir a los mexicanos que se hicieran cargo de los costos de un muro para separar a México de los Estados Unidos, volvió a sacudir a la opinión pública.
Su línea política de derecha, sus exabruptos y expresiones filonazis de intolerancia racial y ahora su rechazo visceral a las mujeres, puede darle votos en un país que vive profundas frustraciones históricas producto de su nihilismo, montado en el sostén de la guerra como fundamentalismo económico y político.
Trump no es ajeno a las vicisitudes del poder en su país, y el filonazismo no es ajeno a candidatos como los de Tea Party que gozó en su momento de popularidad.
La reanudación de las relaciones diplomáticas con Cuba, dista de las bravuconadas de este empresario sin fe, que parece pretender embestir contra la las razones más sencillas de la democracia, el Estado de Derecho y la convivencia humana.





