La Legrand no cuenta cuál fue su grado de intimidad con el almirante Massera
Escribe Nicanor Zambrano, exclusivo para InfoBaires24
Fue la periodista Mónica de Cahen D’anvers, quien ante los exabruptos de Mirtha Legrand exclamó «Te fuiste de mambo Mirtha». Lo cierto es que en la medida que el PRO y otras expresiones de la oposición neoliberal al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, decaen en el interés de la sociedad, la diva de la dictadura se ha puesto más violenta en sus expresiones.
Y así como olvida el apoyo que tuvo durante los dos primeros gobiernos de Juan Domingo Perón, ahora quiere negar sus vínculos íntimos con la dictadura que sentó sus reales en el país en 1976. El triste itinerario de su ocaso, se carga actualmente con el plomo de la infamia en el que encubre que es una desagradecida a los favores recibidos. Hay un refrán español que reza “Qué favor te he hecho para que me quieras tan mal”. Parece hoy que Mirtha quiere tapar con la ingratitud aquello que la hizo famosa, y aquellos que le tendieron la mano para hacerla una de las actrices favorecidas por el fervor popular.
La casi nonagenaria conductora dijo que Cristina «no es una mujer feliz, es caprichosa, autoritaria y nos ha hecho muchísimo daño a todos los argentinos». Según su odio, el país «vive asustado y con miedo» en referencia a la «imposibilidad de expresar sus opiniones» y, por eso, comparó al gobierno de Cristina con una «dictadura». Nada más alejado de la realidad pero bien pagado. El multimedia en el que realiza sus comilonas de ricos y famosos, paga justamente para ser leal a la destrucción del imaginario que sustenta la mayoría de la población del país. Por eso, su destino hoy, es el del fracaso.
El diputado nacional por el Frente para la Victoria, Carlos Kunkel, cuestionó a la presentadora que come y dijo que su actitud es «hipócrita y despreciable» y añadió con énfasis: «no merece mi respeto». Mirtha ha perdido el respeto de gran parte de un público que en otros tiempos la quería. Kunkel, abundó sobre las actitudes y palabras de Mirtha Legrand y sus injustas declaraciones contra la presidenta Cristina Kirchner. Dijo que la mujer que almuerza «es hipócrita y despreciable» porque, hizo historia, «una persona que cuando su hijo estaba enfermo no lo atendió ni asistió para nada y después estuvo en la inauguración de plazas porque llevaban su nombre para tener un minuto más de cámara, no merece mi respeto».
Mirtha y las alcobas
Kunkel pidió «a la señora Mirtha Legrand que cuente cómo hacía antes del ’55 para ser la actriz que más películas filmaba». Reveló el diputado nacional peronista que «había rumores de cómo hacía para lograr que funcionarios peronistas le otorgaran la preferencia en la protagonización de todas las películas». Y agregó: «Después de que cayó el peronismo parece que quiso lavarse de toda culpa y de su paso por las alcobas ajenas», lanzó Kunkel, quien procuró no tener que hacer un detalle y dar los nombres de los funcionarios peronistas referidos.
Kunkel pidió a la señora Mirtha Legrand que cuente cómo hacía antes del ’55 para ser la actriz que más películas filmaba
Mirtha cargó las tintas contra el gobierno el domingo 27 de julio, y afirmó muy suelta de cuerpo que Cristina «no es una mujer feliz, es caprichosa, autoritaria y nos ha hecho muchísimo daño a todos los argentinos» y, apeló a comparar su gobierno con una «dictadura». «¿Una dictadura Mirtha?, ¿le parece? Dictadura es Videla», retrucó al aire el periodista Luís Novaresio, invitado a su almuerzo. La respuesta de la señora Legrand fue terminante: «Sí, dictadura, si quiere dictadura blanda, pero dictadura».
Se recuerda su vínculo con el comandante en Jefe de la Marina, el almirante Emilio Massera y el represor Alfredo Astiz, que se puede ver en la revista “Gente”. Ella compartió encuentros de cierta intimidad con los amod de la marina en esos años y se llegó a afirmar que gozó de una peculiar relación con el almirante Massera.
Se recuerda su vínculo con el comandante en Jefe de la Marina, el almirante Emilio Massera y el represor Alfredo Astiz, que se puede ver en la revista Gente
Massera solía llevar a su alcoba a muchas divas de la tevé y el teatro en aquellos años. María Noel, actriz y modelo uruguaya que actúo en esos días en la Argentina, fue una de las pocas mujeres que resistió el acoso marino y tuvo que irse del país. Emigró a Brasil ante el acecho, algo que conocen muchos especialistas en espectáculos. La actriz Graciela Alfano, habría sido una de las mujeres del espectáculo que tuvieron intimidad con Massera, fue acusada en varias ocasiones con dureza, y hay testimonios que demuestran que ese tipo de trato existió.
Mirtha no reconoció jamás esa relación posible con el jefe de la Armada pero las coberturas periodísticas, le impiden negar la cercanía con los altos mandos de una fuerza que se especializó en las desapariciones y el cautiverio ilegal de sus víctimas, sometidas a torturas e interrogatorios fuera de la ley. En esos días, como señala Kunkel, no hubo expresiones en sus almuerzos, que pusieran en duda a la dictadura. Federico Luppi la había caracterizado tiempo atrás como «ignorante» y «de alma pobre», debido a su actitud poco democrática en tiempos de democracia, y tan sonriente y fiel, en épocas de dictaduras.
Su actitud de enfrentar al gobierno desde un multimedio que celebra esos actos, no hace sino confirmar su apego a los grandes poderes. No reconoce los favores del primer peronismo, los que pudo darle el almirante Massera. Su discurso sin embargo, niega a la democracia y el Estado de Derecho y celebra la dictadura.
Es sin dudas, uno de sus últimos papeles. Innecesario, gratuito pero por sobre todo, un capítulo inesperado de la tristeza y la desesperanza.
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